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Cantabria enviará a Asturias todos los residuos orgánicos domésticos que se recojan en los contenedores marrones que se van a instalar de forma inmediata en toda la región. Ese acuerdo con el Principado permitirá que Cantabria cumpla con la normativa europea y que disponga del ... tiempo necesario para construir en Meruelo una planta para el tratamiento de esta basura, con un coste previsto de 50 a 60 millones de euros, y que, según explicó el consejero de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Roberto Media, podría estar en funcionamiento en un plazo de tres o cuatro años.
El convenio alcanzado con Asturias supondrá un gasto de 1,8 millones de euros hasta 2027 por el traslado y tratamiento de la basura orgánica, dividido en anualidades que irán aumentando conforme crezca también el volumen de residuos recogidos.
Esa basura depositada en los contenedores marrones que serán repartidos por toda Cantabria se procesará en la planta de Cogersa, situada a 14 kilómetros de Gijón, que cobrará 75 euros por tonelada. Según las estimaciones del Gobierno regional, en 2024 se recogerán y enviarán allí 2.000 toneladas.
El envío de los residuos orgánicos domésticos a la comunidad vecina permitirá a Cantabria cumplir con los objetivos de reciclaje previstos para 2025, aunque a costa de sumar ese gasto a la inversión millonaria precisa para la recogida y tratamiento selectivo de la basura, y es consecuencia del retraso en su desarrollo.
La Consejería de Medio Ambiente prevé que la recogida de basura orgánica podrá empezar a realizarse a partir del próximo mes de mayo en los municipios que dispongan ya de los contenedores marrones y que así lo soliciten; para el 1 de enero de 2025 se efectuará la recogida completa en toda Cantabria. El consejero asumió que la implantación del 'quinto contenedor' requerirá un trabajo de concienciación entre la población. «Cambiar esos hábitos llevará un tiempo, y por eso vamos a poner en marcha de forma paralela una potente campaña de información y sensibilización de toda la sociedad».
Roberto Media acusó al Ejecutivo anterior de que «nadie había hecho los deberes en los últimos años y no se habían dado los pasos necesarios para cumplir con los objetivos marcados por Europa». Recordó que los plazos marcados por Europa para la recogida separada de biorresiduos de origen doméstico habían caducado sin que se cumpliesen los objetivos marcados, puesto que debería haber estado implantada antes del 30 de junio de 2022 en los municipios de más de 5.000 habitantes y antes del 31 de diciembre de 2023 en el resto.
De hecho, aseguró que, al llegar al Gobierno en julio, se encontraron con que no había contenedores preparados ni planta para su tratamiento –«ni tan siquiera proyecto de la misma»–, y tampoco se habían licitado los fondos europeos destinados a la implantación de ese quinto contenedor, «por lo que estábamos a punto de perder una partida de casi tres millones de euros».
El consejero informó de que esos fondos europeos se han licitado en los municipios que tienen asumida la recogida de residuos domésticos en tres líneas de actuación: mejora de la recogida separada de residuos orgánicos (el contenedor marrón), recogida de aceite usado de cocina (otra exigencia de Bruselas, que precisará otro contenedor, y que deberá estar lista antes de fin de año), y recogida diferenciada de textil (con su consiguiente contenedor también, y sujeta al mismo plazo).
De ese dinero, el pasado diciembre se aprobó una partida de 1,3 millones para la compra de contenedores marrones en una decena de municipios que solicitaron la ayuda. El resto tendrá que adjudicarse antes del 31 de mayo.
Por su parte, MARE, la empresa pública que gestiona los residuos en Cantabria, licitó en octubre la compra de 1.300 contenedores por valor de 2,4 millones, y en las próximas semanas realizará ese trámite para adquirir tres camiones y un lavacontenedores, para el transporte de esa basura, con un coste de otros 2,4 millones. A esa cuenta de gastos habría que añadir además los 292.000 euros necesarios para adaptar el vertedero de El Mazo, adonde van los residuos de la comarca del Besaya, los 399.000 que ha costado la experiencia piloto llevada a cabo en varios ayuntamientos de esta zona para diseñar un sistema de recogida y gestión óptimo, y los 258.000 en que se ha adjudicado a la UTE Paprec-Depuram para la recogida selectiva de biorresiduos en el área del Besaya y su traslado a El Mazo. Mientras, está pendiente de licitar la recogida selectiva a demanda en el resto de ayuntamientos (una partida fija de 700.000 euros al año, con incrementos anuales del 25%), y aún será preciso gastar otro millón en la implantación de la alternativa del compostaje doméstico.
El importe global de todos esos desembolsos, sumado a la inversión para la nueva planta de Meruelo, alcanza los 70 millones de euros, necesarios para adecuar la recogida de basura a las directrices europeas. La empresa TIRCantabria, que gestiona actualmente las instalaciones de Meruelo, ya ha presentado una propuesta para la futura planta de tratamiento para esa basura, aunque la Consejería está a la espera de recibir y estudiar nuevas alternativas. «En un momento en que el cuidado del medio ambiente es crucial, vamos a actuar con determinación y con responsabilidad. El reciclaje y la gestión de los residuos no es una opción, es una necesidad y así lo vemos», concluyó Media.
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