«Cantabria es una explosión de naturaleza»
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LUCÍA ALCOLEA
Jueves, 15 de julio 2021, 15:18
Las emociones parecen fluir entre las obras de María Marqués mientras las percepciones del espectador se agitan en una especie de remolino visual envuelto en colores vivos. Tras el estallido inicial que supone enfrentarse a la visceralidad de sus cuadros, llega una especie de calma ... reflexiva que nos hace cuestionarnos la naturaleza de la existencia. Hasta el 4 de agosto muestra su obra en el interior de la Casa Gótica de Mazcuerras en la exposición 'Densidad y sutileza del ser', incluida dentro de la programación del VII Encuentro de Artistas Aselart.
-¿Es menorquina?
-Sí, pero me fui a vivir a Barcelona porque la isla se me quedaba pequeña y soy una persona muy inquieta. Estudié Estilismo y Diseño y trabajé en el sector durante 25 años, hasta que llegó la crisis económica. Fue entonces cuando decidí empezar a pintar en serio, se fijó en mí un galerista catalán, comencé a ir a ferias a París y pude dedicarme al arte. También tuve la suerte de contar con el apoyo de mi marido.
-¿Pinta desde siempre?
-Sí. Y soy autodidacta. No estoy sometida a la rigidez de la técnica, sino que pinto de una forma mucho más abstracta, inspirada en las emociones y el subconsciente. Paso mucho tiempo pensando y mi obra es una proyección de cómo experimento el mundo. En los textos poéticos que acompañan mis cuadros planteo cuestiones sobre por qué estamos aquí. Mi pintura también está relacionada con el mundo de la mujer, porque empatizo muy bien con lo femenino y creo que las mujeres sufrimos un poco más que los hombres en este mundo.
-Es paradójico que en su autorretrato se represente como una figura estática cuando pintando da la sensación de que es todo movimiento.
-Tengo una forma de ser muy social, alegre y curiosa y he viajado mucho, pero en el fondo mi espíritu es ermitaño. Vivimos en Renedo de Piélagos, y tanto mi marido como yo siempre huimos de la sociedad. Me veo muy estática porque siempre he sido un poco rebelde en el sentido de no seguir las tendencias y tengo un espíritu crítico con el sistema. También vivo alejada de la tecnología.
-¿Es difícil hoy en día vivir ajena a la sociedad y a las nuevas tecnologías?
-Mucha gente me dice que debería promocionarme más en las redes sociales y es verdad que quizá debiera hacerlo. Es difícil porque al final siempre tienes que ver a un galerista y terminas pasando por el aro. Precisamente por eso me encantó la filosofía de Aselart y en seguida llamé a José Antonio Andrés (organizador) para exponer mi obra.
-¿La soledad es aliada del artista?
-Yo necesito estar sola muchas horas para pintar. No es como decir hoy de diez a doce me pongo, porque no me sale nada si tengo un reloj delante. Pinto por épocas. Ahora no estoy trabajando porque me dedico a hacer otras cosas, como preparar el tejido, que es un trabajo muy mecánico. Cuando pase el verano y termine la exposición, empezaré a crear y me recogeré un poco más.
ESTILO
LO USADO
-Su trabajo recuerda a la pintura gestual. ¿Cómo le definiría?
-Mi arte es cada vez más conceptual, porque lo importante es lo que quiero decir, más que cómo lo digo. Detrás del cuadro siempre hay un mensaje con el que pretendo hacer pensar al espectador y despertarle un sentido crítico. Una pintora me comparó con el artista americano Mark Bradford. Mi obra se podría definir como muy abstracta, que no busca nada concreto, simplemente intenta provocar una reflexión. Para mí el arte es una terapia y si no pinto, me muero.
-Invita a pararse a reflexionar en un mundo regido por un ritmo frenético.
-Lo que estamos viviendo ahora mismo va a dejar un rastro tremendo en los niños y eso es algo que me preocupa mucho. Los niños tienen una necesidad enorme de arte y el dibujo espontáneo es muy curativo. Debería tenerse en cuenta en los colegios y me gustaría poder ayudar a los niños en este sentido.
-Utiliza el lino egipcio.
-Es una clase de lino cara que tiene una trama específica, ni demasiado estrecha ni demasiado ancha. Primero preparo la tela y luego le voy dando capas de color y forma, intento que los colores no se mezclen y tengo que esperar a que sequen. Después rasco los cuadros y voy sacando las formas que quiero. Lo más bonito de todo esto es que a veces rasco tanto que consigo sacar la pintura del cuadro y que se vea un trozo de lino, de la tela original, lo que me parece apasionante.
-¿Lo hace directamente con las manos?
-Sí, soy una amante de lo antiguo, lo usado y lo viejo. Me encanta recuperar cosas antiguas y todo lo que haga referencia al pasado, porque pienso que con lo nuevo tampoco nos ha ido tan bien.
-Y escribe...
-Tengo cajas y cajas de folios escritos. Cuando no podía pintar por el trabajo, me ponía a escribir por las noches. Necesito hacer algo cada día que me recuerde que estoy viva, en el sentido de crecer y evolucionar como ser humano. La cultura y el arte me ayudan en eso.
-¿Qué es para usted Cantabria?
-Es una explosión de naturaleza verde que me llena y me motiva, porque necesito la naturaleza para vivir. Cantabria es fuerza y estoy muy feliz aquí.
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