Secciones
Servicios
Destacamos
Los expertos consideran que las pensiones son financieramente insostenibles por debajo de una ratio de dos trabajadores en activo por cada jubilado. Y Cantabria se encuentra lejos de esta media necesaria, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, fechados al cierre del mes ... de junio: la tasa de dependencia es de 1,74 afiliados a la Seguridad Social por cada beneficiario de las prestaciones públicas. Es decir, no hay ni dos cotizantes por cada pensión que se abona.
Las pensiones en España se financian con las cotizaciones, con aportaciones procedentes de los impuestos generales (los complementos a mínimos) y últimamente con deuda pública (15.000 millones este año). El sistema de pensiones es de caja única y reparto, es decir, que los ingresos y gastos están centralizados en un organismo nacional que permite atender por igual, con independencia del lugar de residencia, a todos los pensionistas del Estado en base a un mecanismo de solidaridad interterritorial que hace que los superávits de ciertas comunidades se empleen en garantizar los derechos de los territorios deficitarios. De no ser así, si dependiera única y exclusivamente de sus cotizaciones, Cantabria no podría asumir en la actual situación su factura de jubilaciones. Las otras comunidades en las que sucede lo mismo son Galicia, Asturias, País Vasco y Castilla y León.
Según revelan los datos oficiales del Ministerio en torno a la distribución geográfica de los gastos e ingresos, Cantabria cerró 2017 con un déficit de 159 millones de euros, ya que el pago anual de las pensiones de jubilación ascendió a 1.284 millones y los ingresos por las cotizaciones a la Seguridad Social de empresas y trabajadores se situaron por su parte en 1.125 millones. Todo ello sin tener en cuenta otras prestaciones del sistema, como las de invalidez, viudedad, orfandad, maternidad o bajas laborales, que multiplicarían el desfase hasta los 735 millones. En los otros territorios que no lograrían asumir las jubilaciones si dependieran sólo de sus propias cotizaciones, el desajuste de las cuentas varía de los 1.038 millones de Asturias a los 115 del País Vasco, pasando por los 695 de Castilla y León o los 397 de Galicia. Es decir, toda la Cornisa Cantábrica y Castilla.
las claves
El envejecimiento de la población, la pérdida de habitantes, las bajas tasas de empleo y actividad laboral y los precarios salarios justifican la situación que vive Cantabria, a lo que hay que añadir una natalidad en mínimos históricos para completar el dibujo de un futuro preocupante.
La ratio de trabajador por pensión en España se sitúa en 2,17, tasa resultante de los 18,9 millones de cotizantes ocupados y los 8,7 millones de jubilados existentes. En Cantabria, los primeros son 218.549 y los segundos superan los 125.000. La denominada tasa de dependencia, uno de los indicadores para medir la sostenibilidad de las pensiones, presenta grandes diferencias territoriales que fluctúan desde los 3,4 ocupados por pensionista de Baleares, los 2,95 de Madrid o los 2,66 de Canarias a los 1,34 de Asturias, 1,50 de Galicia, 1,64 de Castilla y León y 1,74 de Cantabria, que ocupan el furgón de cola. Y eso que la región ha repuntado desde la salida de la crisis, cuando no alcanzaba ni siquiera el 1,50. Hasta siete comunidades están por debajo del umbral de 2.
las claves
Si el análisis territorial se concreta más, en 33 de las 50 provincias en que se divide España la relación de afiliados por cada pensión es inferior a 2, un dato que alerta de que el sistema de la Seguridad Social es difícilmente sostenible después de años continuados de cuentas deficitarias. La situación ha llegado al límite en Orense, la primera provincia en tener más pensionistas que ocupados.
Cada vez hay más pensionistas y viven más años que antes, con lo que la tasa de dependencia entre cotizantes y pensionistas se ha ido erosionando. A ello también ha contribuido, sin duda, la pérdida de empleos sufrida durante la crisis. Respecto a mediados de 2008, el número de trabajadores afiliados todavía no se ha recuperado y se encuentra un 1,13%, por debajo de los 19,2 millones de trabajadores que había entonces, en tanto que el número de pensionistas no ha parado de crecer, acumulando un incremento del 14,5%.
«En Cantabria la ratio de cotizantes por pensionista sigue siendo baja, lejos de los niveles de hace décadas, pese a estar creándose empleo. Tenemos cotizaciones de las más bajas, y en cambio, se incrementa el número de jubilados y las pensiones son más altas que en otras comunidades», reflexiona David Cantarero, profesor titular de Hacienda Pública de la Universidad de Cantabria. ¿Cuales son las razones? «Aunque suban los ocupados, el caso es que el número de parados que cotizan y cobran prestación contributiva no aumenta mucho, pues, ademas de que pueden encontrar algún empleo, llegan a agotar su prestación y entonces no cotizan, lo que produce que no suban tanto los ingresos por cotizaciones», responde.
La pensión media que reciben los jubilados en Cantabria representa el 66,6% del salario medio que perciben los trabajadores en este 2018, una de las tasas más altas de España, que en el conjunto del país se reduce al 58,5%.
Un trabajador cobra de media en Cantabria 1.720 euros mensuales, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al primer trimestre del año, mientras que la pensión media se sitúa en 1.147 euros. Eso sí, el 54% de ellas no superan la barrera de los 1.000 euros al mes, lo que pone de manifiesto la desigualdad existente. A nivel nacional, las nóminas se sitúan como promedio en 1.844 euros y las prestaciones por jubilación en 1.079 euros.
Mientras que las pensiones de jubilación se han revalorizado en los últimos diez años un 33,26 %, los salarios, pese a ser más elevados, sólo han crecido un 7,28%.
Cantarero explica que en el déficit cántabro confluye una 'tormenta perfecta'. «Existen menos ingresos de los necesarios porque, pese a que el empleo está remontando tras la crisis, hay poca población activa, hay muchos trabajos temporales, los salarios son bajos, entre otras razones, por la caída del trabajo industrial en favor del sector servicios, de menos valor añadido y sueldo... Todo ello confluye en que las cotizaciones sean bajas. Y los gastos son altos por los problemas derivados de la despoblación y el elevado envejecimiento», resume.
Una reflexión basada en unos indiscutibles números: la tasa de población activa en la región es del 55,1% frente a la media nacional del 58,8%; la tasa de empleo (48,3%) está también por debajo de la de España (49,1%); tiene 149 habitantes de más de 65 años por cada 100 menores de 16 años, cuando la media es 120... «El problema del envejecimiento se agrava además porque no hay reemplazo por la baja tasa de natalidad, que son los que luego deberían reponer las cotizaciones», añade el experto en Economía. Así, la natalidad de Cantabria es la más baja desde que existe una serie histórica: 7,07 nacimientos por cada mil habitantes, cuando la media en el país es de 8,40.
las claves
Cantarero añade un último dato que confluye en esta 'tormenta perfecta': «la pensión media de los jubilados es alta». En Cantabria, según los últimos datos del INE, la media es de 1.147 euros mensuales cuando en España es de 1.079, lo que supone el 66% del salario de un trabajador. El problema es que el 54% de los jubilados que reciben prestación en la región no llegan a los 1.000 euros, por lo que el reparto es «muy desigual» y esconde pensiones «injustamente bajas».
Según Cantarero, la salida a la actual encrucijada pasa por tomar «soluciones transversales e integradoras que combinen mas inmigración y relevo generacional a efectos de paliar el déficit demográfico actual y la devaluación salarial». Considera igualmente que se precisaría «aumentar» las tasas de empleo y actividad e incorporar con «más rapidez» a parados, de nuevo, al mercado laboral, además de obtener «nuevas fuentes de ingreso» que no sólo sean cotizaciones sino también vía impuestos.
El profesor apunta además la necesidad de poner en marcha «medidas y políticas activas de atracción económica y demográfica» para corregir un fenómeno que se repite en Cantabria en los últimos años: la fuga de jóvenes a «zonas económicamente dinámicas» en busca de una mejor ocupación y salario, mientras que los pensionistas, o los que vayan a serlo en un futuro cercano, «bien se quedan aquí o si estuvieron fuera regresan para disfrutar su jubilación en su lugar de origen».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.