Cantabria infinita... de atracciones

A vías ferratas, tirolinas y teleféricos se van sumando reclamos turísticos en tamaño gigante, como el columpio de Miera, los marcos de los Valles Pasiegos o el futuro tobogán alpino de Cabárceno

Lucía Alcolea

Santander

Lunes, 18 de marzo 2024, 07:10 | Actualizado 11:56h.

Para darse un atracón de adrenalina. O de 'selfies'. La extensa oferta de atracciones turísticas –muchas de ellas basadas en deportes de aventura– en Cantabria no deja de crecer. Los municipios y el Gobierno apuestan cada vez más por aprovechar el potencial orográfico de la región para crear atracciones que son el resultado de la simbiosis entre paisaje y aventura, aunque a veces solo se trate de la aventura de fotografiarse. Vías ferratas, puentes tibetanos, tirolinas, teleféricos, marcos, bancos y columpios gigantes que encajan en el 'muro' de Instagram... Experiencias para disfrutar y de paso, claro, descubrir los atractivos del territorio.

La última apuesta del Gobierno cántabro tiene forma de tobogán, circulará a cuarenta kilómetros por hora y estará situado en el recurso estrella de Cantabria, el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. El tobogán alpino que se prevé construir en el complejo natural es el proyecto definitivo para hacer de la Comunidad Autónoma uno de los mayores referentes del turismo de aventura. O de riesgo. Porque atravesar el puente colgante de la Hermida, con cien metros de distancia al vacío, entraña su dificultad. Seguramente más que balancearse en un columpio de siete metros de altura junto a los Pozos de Noja –dos lagunas artificiales situadas entre Miera y Liérganes–. Un trampolín al Mar Cantábrico. Columpiarse con vistas al litoral y el silbido del viento en la espalda y ver en cada elevación la cabeza nevada de los Picos de Europa no tiene precio.

La instalación, que cuenta también con un banco de grandes dimensiones ideal para otra estampa de recuerdo, es un reclamo para los visitantes que quizá de otro modo no conocerían este enclave –inmenso con columpio y sin columpio– situado en pleno territorio meracho.

La pionera en bancos gigantes fue Torrelavega. La capital del Besaya instaló una estructura para sentarse con los pies en el aire en medio del Bulevar Demetrio Herrero –luego se trasladó al parque Manuel Barquín–. En la Plaza Baldomero Iglesias optó por colocar un letrero de gran tamaño con la palabra 'Torrelaveganízate' (hashtag incluido). Con este mensaje, más que atraer población, la ciudad buscaba aumentarla, frenar la pérdida de habitantes. Luego Alfoz de Lloredo ideó 'plantar' un banco de piedra en la plaza de Novales, delante del Ayuntamiento, con un limón 'sentado' en medio. Cada uno vende lo suyo. O no.

En esta 'fiebre' de logos gigantes que entró en Cantabria, Noja optó por llevar unas gafas de acero inoxidable y seis metros de altura a la playa de Ris. El armatoste es original y de fondo se ve la isla de San Pedruco. Todo muy 'instagrameable'.

Y quien dice gafas dice marcos. Los pueblos de Carmona (Cabuérniga) y Villacarrido (Valles Pasiegos) colocaron unos singulares y, como no, enormes rectángulos de hierro en lo alto de sus campos. La instalación, que aunque es de color verde altera la armonía cromática del paisaje, generó polémica porque hubo quien la consideró innecesaria. Pero eso depende de cómo se mire. Desde luego, el entorno no lo necesita, porque las panorámicas que ofrecen ambas localidades resultan conmovedoras de por sí. Pero si se trata de potenciar el desarrollo turístico de estas zonas, los marcos pueden tener un efecto llamada en una sociedad en la que parece más importante publicar que has estado que estar. Un principio aplicable a las letras gigantes con las que los municipios tatúan su nombre cerca del mar.

Para quien prefiera la foto en las alturas, está el teleférico del parque de la naturaleza de Cabárceno o el de Fuente Dé. A estas dos máquinas se pretende añadir ahora una tercera en la Vega de Pas. Bueno, ahora no, porque de instalar una telecabina en la zona pasiega se empezó a hablar en 2015, con Ignacio Diego en el Gobierno. Luego el bipartito PRC-PSOE lo desechó –hubo muchas voces discrepantes por el impacto que podía generar en el entorno– y los nuevos inquilinos de Peña Herbosa han decidido recuperarlo con el fin de relanzar la comarca pasiega. Se salvará un desnivel de 424 metros y unirá mediante un recorrido de 2.317 metros las inmediaciones de la estación de Yera con el alto del Muro de Peñallana. El alcalde espera que eche a andar en 2026.

Y más que andar, en las tirolinas se puede volar –en sentido figurado–. Es otra de las atracciones que proliferan en Cantabria y permiten deslizarse entre los árboles y recorrer la distancia entre dos macizos a 40, 50 o 100 kilómetros por hora. Sujeto de un cable, prácticamente suspendido en el aire y con el vértigo palpitándote en la sien. El paisaje en Cantabria ya no solo se mira o se fotografía. A través de estas experiencias, el paisaje se toca, se siente y se sufre. Porque en la tirolina de Camaleño uno tiene que sufrir, aunque sea un poco. Al menos en la de mil metros –hay otra de 600 metros–. Se denomina 'Tirolina Liébana' y es de las más grandes y rápidas del norte de España. Va desde Los Llanos hasta Camaleño. Un minuto y medio en el aire con los Picos de Europa de fondo. Porque ese es otro de sus potenciales, aparte de la adrenalina, las vistas. El último municipio en anunciar una iniciativa de este tipo ha sido Soba, donde la Corporación municipal respaldó esta semana el proyecto para crear una tirolina que sobrevuele las cascadas del río Gándara. Porque si hay algo más arriesgado que quedar suspendido en el aire, es quedar suspendido en el aire sobre una cascada.

Catorce vías ferratas en Liébana y Asón-Agüero

En Liébana y Peñarrubia lo que triunfan son las vías ferratas. Las hay en horizontal, en vertical, para hacer en familia, de mayor o menor dificultad... Hay vías ferratas para todos los gustos y todas ellas consisten en colgarse de la montaña. En atravesarla, lucharla y llegar a la cima. En Cantabria hay catorce travesías. La mayoría se sitúa en la comarca de Liébana y en Asón-Agüero. El alcalde de Peñarrubia, Secundino Caso, se define como «pionero» en escalar 'las paredes' de su entorno. Fue hace diez años cuando se creó la primera vía ferrata en Liébana y desde entonces hasta ahora, el éxito de estas atracciones enCantabria sí que da vértigo.

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