Cantabria se juega en las urnas los proyectos industriales y ferroviarios claves de su futuro

Uno de los mejores ejemplos de la fuerza de una comunidad en el Congreso lo encontramos en la recta final de la presidencia de Mariano Rajoy, apenas un mes antes de la moción de censura de junio del año pasado. El PP logró salvar su último Presupuesto picoteando escaños de los partidos minoritarios. Las enmiendas pactadas con UPN movilizaron unos 50 millones, principalmente dedicados a inversiones de carreteras, la cuenca hidrográfica del Ebro e instalaciones deportivas, mientras que Foro llevó a las cuentas 20 millones en ayudas a las centrales térmicas para reducir emisiones, más ayudas a la reconversión industrial y reactivación de las cuencas mineras. En total, más de 60 millones. Nueva Canarias logró bonificaciones al 75% del transporte interpeninsular, con vigencia indefinida, y extendida también a Baleares, Ceuta y Melilla. El fin del bipartidismo era esto: el Congreso convertido en un mercado al mejor postor donde cada escaño cuenta.

Cantabria tiene demasiados frentes abiertos y necesidades endémicas como para trivializar con la importancia de las elecciones generales. En eso coinciden los siete empresarios, profesionales y expolíticos consultados por este periódico, que consideran fundamentales los próximos comicios para el presente de la región. Aunque la primera clave la aporta Javier González Portilla, consejero delegado del Grupo Tirso: «La única forma de poner en marcha esos proyectos es que todas las fuerzas cántabras trabajen juntas, no divididas. Hacer proyectos de región por encima de intereses partidistas, de otra manera es imposible». También Antonio Lombardo, exdiputado del PSOE, coincide con la necesidad de esa unión y de que todos los partidos «definan los 4 o 5 objetivos básicos para desarrollar la Cantabria de los próximos 20 años».

El Puerto debe ser uno de ellos. Sus expectativas de crecimiento dependen en buena medida de la voluntad del próximo inquilino de La Moncloa. «La actividad portuaria puede incrementarse, lo que generaría dinamismo económico. Para ello, la multimodalidad y la eficiencia en nuestras redes de transporte deben mejorarse y complementarse entre sí», destaca la presidenta de Sniace, Gema Díaz Real.

Los números del Puerto no han dejado de crecer. El movimiento de vehículos ha aumentado un 22% y ya desembarcan 241.000 cruceristas anuales, pero La Pasiega y el proyecto para convertir el puerto en un operador ferroviario necesitan una inyección financiera faraónica que sólo puede darse si Fomento cree en ese desarrollo y el Presupuesto nacional incluye esas inversiones. Voluntad política, al fin y al cabo.

Mirar por el retrovisor es, sin embargo, desalentador. Las inversiones reales del Estado en Cantabria sufrieron una drástica caída -un 57%- desde 2013 a 2017, según datos del Icane. La bajada más acentuada se produjo en Fomento, donde se redujeron un 61% en ese periodo. Y el último Presupuesto, el del PSOE de Pedro Sánchez, no fue muy alentador, con un tijeretazo del 9% al dinero para invertir en la región.

Será necesario revertir esta tendencia para que se materialicen, por ejemplo, todas esas infraestructuras de comunicación tan demandadas durante la legislatura. El tren a Bilbao. El otro tren a Madrid. La mejora de la red de cercanías. La mejora de la autovía A-8 y el nudo de Torrelavega. Una larga lista de actuaciones que todos quieren, desde los dos últimos ministros de Fomento hasta cada uno de los partidos de la región, pero que a la hora de la verdad necesitarán una apuesta real en el Presupuesto.

«Es prioritario que tengamos unas conexiones ferroviarias acordes al siglo XXI para que nuestras empresas puedan mantener y aumentar su competitividad y que otras vengan para crear empleo de calidad, y que nuestros ciudadanos puedan utilizar el tren como medio de transporte entre nuestros pueblos sin retrasos y con unas máquinas modernas», pide el exdiputado y exalcalde de Laredo (PRC), Santos Fernández Revolvo.

También González Portilla apuesta por mirar a Bilbao antes que a Madrid: «Es muy importante para nosotros orientarnos estratégicamente hacia el País Vasco porque es nuestra salida a Europa. Cuando tengamos eso, ya podremos reivindicar el tren a Madrid».

A miles de cántabros les favorecen algunos avances en derechos laborales y pensiones de los últimos meses. Más de 70.000 perceptores del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) vieron aumentar su nómina en enero en la región y unos 140.000 pensionistas se han garantizado que su prestación subirá en línea con el IPC anual. De hecho, la pensión media de jubilación alcanzó en febrero en Cantabria los 1.203 euros mensuales. Y aunque la bajada del paro en los últimos cuatro años supone un hito, esta región es una de las más perjudicadas por la calidad de los contratos, especialmente sangrante en el sector servicios. Urge una reforma legislativa que los diputados cántabros no deben obviar. Gervasio Pinta, presidente de los constructores de la comunidad, apunta, por ejemplo, a la necesidad de apoyos en su sector para «conseguir más empleo y que sea de calidad y que sea estable». «Si potencian la formación de nuestra industria inmobiliaria, conseguiremos una mayor calidad y abaratamiento de costes», señala.

En la lista de deudas del Estado con Cantabria sigue estando Valdecilla en una de las posiciones de cabeza. Todavía hay 100 millones de euros que el Gobierno central debe pagar al regional. Y ya se ha convertido en una tradición anual comprobar si el Ejecutivo de turno incluye una partida para pagar el hospital en el Presupuesto. Los diputados cántabros deben ser especialmente intransigentes con este dinero porque Valdecilla se ha convertido, junto con el IH, en el símbolo empresarial y de innovación de la comunidad.