Cantabria lidera un proyecto de la ONU para conocer los escenarios climáticos del futuro

Ahí es donde entra Cantabria y su papel determinante en el desarrollo de esta táctica. «Llevamos un año y medio trabajando en ello», afirma Gutiérrez en relación a las próximas conclusiones del IPCC, en la que trabaja como coordinador junto a cerca de 800 científicos de todo el mundo involucrados en sus respectivos capítulos y responsabilidades. De manera muy singular, así, la UC ha contribuido con un coordinador dos años seguidos a estos informes –en el anterior, con el director del Instituto de Hidráulica Ambiental, Íñigo Losada–. Y no sólo eso. En lo que se refiere a la elaboración de este sexto informe, están envueltos cerca de veinte autores de la institución.

La responsabilidad que tendrá el director del IFCA en los nuevos desafíos climáticos consistirá en el desarrollo de un atlas interactivo, una herramienta servida de todas las simulaciones climáticas disponibles en todo el mundo para ofrecer tanto modelos globales, de los que se encarga el Proyecto de inter-comparación de modelos de clima acoplados (CMIP, por sus siglas en inglés); como regionales, a una mayor resolución gracias del Grupo de Trabajo sobre Clima Regional (Cordex). Ambas entidades están siendo fundamentales para su desarrollo.

La experiencia del grupo en la evolución de proyecciones regionales de cambio climático, tecnologías y herramientas interactivas para organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con ayuda de la compañía Predictia –surgida en el Grupo de Meteorología de la UC y con fuertes alianzas con la institución en todo tipo de proyectos similares–, iban a ser de gran ayuda para la creación de estos nuevos mapas.

¿Y cómo funciona el atlas interactivo? El director del Instituto de Física lo explicaba así: «Con todos esos modelos globales y regionales, extraemos y seleccionamos la información más útil para elaborar el atlas y aplicar las variables que nos interesan –la precipitación, temperatura, viento, etc.–». A partir de ahí, los expertos replican todos los datos que van a usar en el mapa interactivo, de forma que hay una copia de todo lo que van a analizar en el servicio de datos climáticos de Santander, dependiente de la UC. Siguiente paso, procesar toda esa información y producir mapas o, más concretamente, «índices climáticos que dan cuenta de los riesgos climáticos que se puedan producir hasta el año 2100», como declaró Gutiérrez.

El resultado es una serie de proyecciones de temperatura a lo largo de los próximos años, una ventana interactiva al futuro, abierta a consulta en cualquier periodo, región o estación que el usuario quiera elegir. «Es una herramienta que ofrece mucha flexibilidad», zanjaba. ¿Cuándo estará disponible? El IPCC ha elaborado y validado un informe al respecto con científicos de todo el planeta. Ahora va camino del mismo proceso con un segundo documento, esta vez valorado por diferentes Gobiernos. Ese será el momento de recibir dudas, sugerencias, implementar una serie de cambios este mismo verano para que, luego, se elabore un informe final que verá la luz en abril de 2021.

Entre tanto, el escenario que depara al planeta si los países no logran limitar el aumento de la temperatura al menos a los 2 grados centígrados es, como mínimo, impactante. La advertencia de Gutiérrez en ese sentido fue meridiana: «Si no mitigamos, el planeta se calentará a niveles de entre seis y siete grados». Por fortuna, el desafío climático concede una lectura mucho más optimista y que tiene en España un motivo de orgullo: la implicación de la sociedad y, junto a ella, la de las instituciones: «Ahora mismo estamos a la vanguardia de este tema. El Ministerio de Transición Ecológica ha hecho una apuesta muy fuerte. Leyes como la del cambio climático van a suponer una apuesta muy fuerte. Se empiezan a ver cosas que van en buena dirección, aunque no sean muy populares».

No es casualidad que España haya liderado la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), el pasado diciembre. En ese sentido, el director insiste en seguir por esa misma senda a pesar de que todavía haya gobiernos menos predispuestos a dar un sí rotundo a la agenda contra el calentamiento global. «Claro que hay que empezar. No porque Rusia o EEUU no se sumen el resto tenemos que pararnos. Cada país tiene que hacer los deberes porque si no jamás se empezará a trabajar», declaró.

¿Qué depara el futuro en este camino? Por lo pronto la necesidad de un cambio de óptica o, dicho de otra forma, tomar consciencia del papel que cada individuo tiene como consumidor en esta sociedad. «Nosotros somos los que le dicen a las empresas lo que nos interesa y lo que no», aseguraba Gutiérrez, antes de mencionar la penetración en el mercado de los coches eléctricos y otro tipo de productos 'bio' en cuanto los ciudadanos han mostrado su atracción hacia ellos.

La victoria contra el cambio climático y la sostenibilidad son dos desafíos que el experto insiste en mantener ligados. No habrá uno sin el otro. De nuevo, los movimientos sociales serán determinantes para que los gobiernos legislen en una dirección favorable «y no como ellos consideren oportuno», como apostillaba. Por fortuna, y a juzgar por la dimensión que estos retos han adquirido en el debate popular, «ese movimiento ya ha empezado».

Son los síntomas de la fuerza que ha cobrado esta nueva perspectiva, la que sabe que el petróleo, el carbón y otros recursos son finitos y contaminan. «No hay otro camino», zanjó el director del IFCA, «salvo que queramos esperar cien años más y perder todavía más tiempo para remediar esta situación».