Secciones
Servicios
Destacamos
El pasado 21 de junio arrancó el verano y, aunque entonces todavía no se sabía, también se inauguraba la quinta ola. Al contrario de arremetidas anteriores del covid, que o llegaron más tarde o impactaron de forma menos intensa en Cantabria que en el ... resto de España, la última se manifestó en la región de forma prematura e intensa. Con menos muertes de las que venían siendo costumbre durante lo que va de pandemia gracias al avance de la campaña de vacunación, especialmente en los grupos de edad más elevados, pero con cifras de contagios nunca vistas hasta entonces.
El 16 de junio, la incidencia acumulada a 14 días alcanzó su mínimo con 60 casos por cada 100.000 habitantes en la comunidad autónoma y desde entonces, coincidiendo con el final de los exámenes, las fiestas de graduación y el normal aumento de la interacción social en estas fechas del año, el indicador de referencia -el que marca el endurecimiento o flexibilización de las medidas- no hizo más que escalar hasta llegar al récord absoluto desde que el covid-19 apareció por primera vez en Cantabria, allá por febrero de 2020.
El 27 de julio se alcanzó el pico con 707 casos por cada 100.000 habitantes a dos semanas. A partir de ese momento, pese al caos jurídico y la entrada en vigor y posterior desactivación de restricciones -incluido el semáforo covid, que quedó apartado durante más de tres semanas- como consecuencia de la desaprobación por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) de las medidas planeadas por la Consejería de Sanidad, la tendencia es hacia la relajación. Lenta, pero continuada. Hasta el punto que ya se puede decir que la quinta ola se ha pinchado y no deja de desinflarse. Lo que ocurre es que tras la avalancha de casos del verano, el camino por desandar es muy largo. La prueba es que, en este momento, cuando las familias encaran el arranque del curso escolar y las empresas están a punto de volver a sus ritmos normales de actividad tras el final de la temporada en la que se concentra el grueso de las vacaciones de sus trabajadores, la incidencia es aún tres veces superior a las del inicio del verano.
en lenta mejoría
Ese 21 de junio había 92,98 casos por cada 100.000 habitantes a dos semanas y ahora la incidencia es de 322,69 con el dato cerrado a día de ayer. El resto de indicadores -ocupación de camas de hospital o ingresos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), entre otros- también presentan índices que triplican las de aquel momento. Frente a las 21 camas ocupadas del inicio del verano, ahora son 65. De ellas, 16 corresponden a pacientes graves, frente a un único enfermo en la UCI de Valdecilla al acabar la primavera. Con el agravante de que el número de fallecidos en las últimas semanas sí que es superior porque entonces se partía de una situación especialmente positiva en el control del covid y ahora ocurre justo lo contrario.
El que está a la vuelta de la esquina es el segundo arranque de curso de la pandemia. Tras los nervios de hace un año y el miedo de las familias y las instituciones a que la convivencia en los colegios se convirtiera en una explosión de contagios, la experiencia ha demostrado que los protocolos han funcionado y que, con más o menos incomodidades, es posible convivir con el virus en las clases. En cualquier caso, Sanidad y Educación quieren acelerar la vacunación entre la población de 12 a 19 años -por debajo de esa barrera aún no se pincha a ningún niño salvo poquísimas excepciones, por normativa nacional- para que el 100% de los chavales vuelvan con al menos una dosis. Ahora ya la tiene el 50%, pero alcanzar a todos los alumnos será imposible, entre otras cosas porque algunos, los que acaban de pasar la enfermedad, tendrán que esperar al menos un mes para recibir su dosis.
En términos generales, la población de Cantabria vacunada es del 77,7%, frente al 58,2% que tenía al menos una dosis el 21 de junio. Si miramos el dato de inmunizados con pauta completa, se ha pasado del 34,7%al 69,8% actual.
Esa cifra es donde las autoridades sanitarias ponían la marca de la inmunidad de rebaño y la que las empresas esperaban alcanzar para poner en marcha la vuelta a la presencialidad en los puestos de trabajo. Con las previsiones del Gobierno de España y Cantabria, no son pocas las compañías que situaban en el mes de septiembre el fin del 'teletrabajo', pero una vez alcanzado este momento, la decisión no parece tan evidente debido a la aparición de nuevos variantes y a la aparición de contagios en personas ya vacunados, algo que no sorprende a los expertos, que ya avisaban de que las vacunas no evitaban al 100% el riesgo de adquirir el virus, pero sí reducían la probabilidad y también las posibilidades de que la enfermedad se agrave.
Por municipios, la evolución es similar a la región. Entre los grandes, todos salvo Reinosa tienen ahora mayor incidencia que al inicio de verano. En el caso de Torrelavega, que partía con una situación mucho mejor a la capital, está ya igualada con Santander.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.