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Pueden estar más acertados los que dicen que es momento de reducir impuestos para aliviar el efecto de la inflación en el bolsillo de los ciudadanos y empresas o los que defienden que apenas hay margen de maniobra si se pretende mantener los servicios ... públicos de calidad. En Cantabria, la oposición es partidaria de lo primero y el bipartito, pese a que está estudiando las posibilidades de algún retoque fiscal limitado y centrado en las familias con menos ingresos, de lo segundo. Tengan unos u otros la razón, lo que sí que es cierto es que la comunidad autónoma no tiene una presión impositiva más elevada que la media del resto de territorios del país. Eso es al menos lo que se desprende del informe sobre el Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2021 -el último ejercicio analizado-, elaborado por los asesores fiscales del Consejo General de Economistas.
Según los expertos, Cantabria está en la parte media de la tabla. De hecho, en el caso del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF), el que se paga cada mes con la nómina y a la hora de hacer cada año la declaración, la región se encuentra por debajo de esa media nacional. Se compensa con el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, donde Cantabria sí que está entre los territorios donde está más elevado. Este impuesto es el que hay que pagar cuando se realiza alguna escritura notarial, en la compraventa de inmuebles, cuando se firma una hipoteca o cuando se crea una empresa, entre otras cosas. Toda una serie de trámites más o menos comunes.
El informe fija especialmente en el IRPF porque es el que tiene una mayor capacidad recaudatoria y el que afecta a más personas. Está cedido al 50% a las comunidades autónomas, que tienen capacidad de modificar parcialmente en gravamen. Y lo hacen. Los ciudadanos de seis territorios están pagando menos que si el impuesto estuviera totalmente centralizado. Entre ellos Cantabria. Es cierto que la diferencia es mínima -550 millones frente a 551 millones, con un 0,3% de ahorro- y que la diferencia es mucho mayor en Canarias y Madrid, con un 5,3% y un 5,2% de ahorro respectivamente, pero también es verdad que en nueve autonomías sus vecinos pagan más por IRPF. Destacan aquí Extremadura y Aragón.
Escrituras públicas Aquí se paga más por la compra de un inmueble, por hacer una hipoteca o por inscribir una empresa
Impuesto de patrimonio Antes de que algunas regiones anunciaran su eliminación, también estaba en la media
Eso de media, porque hay que recordar que el IRPF tiene diferentes tramos según el nivel de ingresos del contribuyente. Esto permite que los responsables de las arcas públicas puedan hacer que el tipo impositivo se desvíe de la media nacional -hacia arriba o hacia abajo- de forma diferente en unos tramos que en otros.
Según el mismo informe de los economistas españoles, cada cántabro paga de media cada año 1.700 euros en IRPF, frente a los 3.280 de los madrileños y los 1.003 de los extremeños. La tabla sirve como referencia, pero hay que aclarar algunas cosas. En Madrid, aunque la presión fiscal sobre este impuesto es menor, se recauda mucho más per cápita porque los sueldos son mucho más altos.
Hay otros dos grandes impuestos en los que tienen participación las autonomías. En Patrimonio, el que grava las grandes fortunas y que abrió la batalla fiscal nacional tras el anuncio de Andalucía de eliminarlo, Cantabria vuelve a estar en la media y con margen para incrementarlo si quisiera. Y en Sucesiones y Donaciones, que también ha sido foco de polémica, Cantabria es uno de los lugares donde menos se grava porque está bonificado al 100% para familiares directos, algo que no es tan habitual.
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