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«Cantabria es un paraíso, estoy deseando ir»

«Cantabria es un paraíso, estoy deseando ir»

La noticia de no autorizar mañana la movilidad con Vizcaya obliga a retrasar sus planes a los vecinos que tienen una segunda residencia en la región

Laura Fonquernie

Santander

Domingo, 14 de junio 2020, 07:42

Había ganas, muchas. Tantas que la mayoría lo tenía todo preparado o, al menos, pensado. «Ya hemos mirado los sitios de turismo a donde ir», contaba Andrea Burguillo, vecina de Bilbao y veraneante en Castro con su familia desde hace una década. Lo decía antes de saber que Cantabria no abrirá mañana su paso con Vizcaya tras el rebrote de casos en el País Vasco. Su idea era coger las maletas el mañana mismo y por eso recibieron la noticia con «pena y tristeza. Teníamos ganas de recuperar esa parte de la normalidad», añadía Javier, su padre.

Para ellos estar en Castro es sinónimo de disfrutar y solían ir todos los fines de semana. «Nos encanta el paisaje, la gastronomía, la gente...». Son unos meses de paseos por la playa, por el monte y días de «vivir a otro ritmo», resume Sofía, la hija pequeña. Además, allí «tenemos terraza y eso da mucho juego». No es lo mismo abrir la ventana y ver un edificio que amanecer «con un paisaje enfrente», compara Andrea. Y después de varios meses de confinamiento por la crisis sanitaria y las restricciones de movilidad «valoras más lo que hasta ahora no has podido hacer». Y por este año, más que otros, tienen ganas de empezar el verano. En su caso quizá más aún porque han vivido separados durante estas semanas. Tanto una de las hermanas como la madre son personal sanitario y decidieron aislarse para evitar contagios en la familia.

«Hemos recibido la noticia con pena, teníamos ganas de ir. Nos gusta el paisaje y dar paseos por la playa»

Javier Burguillo | veranea en castro

También a Julia Linacisoro, de Bilbao, la noticia le ha «fastidiado el plan» de acercarse a Cantabria durante la semana. Veranea en la región desde hace casi 50 años y estaba deseando coger los bártulos e irse a su casa en Santoña con tres de sus cinco nietos. Como hace cada verano. Allí disfrutan juntos del jardín y de la piscina. Un plan que este año repetirán «más que nunca». En general, en la familia «somos muy de Cantabria, todo es bonito», señala. Y varios de sus hijos tienen casa en algún municipio de la región. A ella y a su familia les encanta la playa y el monte, sobre todo por la zona de Isla, «que es precioso». Cuando se reúnen todos aprovechan para hacer excursiones. Así que en cuanto pueda instalarse se quedará a disfrutar aquí de todo el verano: «Lo pasamos bien y no nos cabe en la cabeza que no podamos ir, yo no voy a ningún otro sitio». Dice Julia que están muy «contentos» con el destino por lo que ofrece, y también por el tiempo. «Ese airecito en las marismas es el no va más», y tampoco se encuentran grandes aglomeraciones, tan evitadas estos meses. En una palabra, es el «paraíso» del que, como pronto, podrán disfrutar en una semana.

«Los vascos tenemos el placer a 45 minutos y se llama Cantabria, pero por ahora es mejor esperar»

Joseba Barrios | veranea en escalante

A Joseba Barrios y a su familia la noticia del retraso de la reapertura no les ha trastocado tanto los planes porque su intención, en principio, era esperar a julio. Aunque él sí tenía pensado «hacer ya unos viajes para subir algunas cosas». Veranean en Escalante desde hace 20 años. Y tienen unas «ganas locas» de ir. Aunque también son prudentes y prefieren que se adopten las medidas necesarias antes de cruzar el límite regional. Coinciden con el resto, les gusta la playa, el monte, la gastronomía... «todo». Y no fallan a ningún plan. En resumen, «los vascos tenemos el placer a 45 minutos y se llama Cantabria», opina Joseba. Su vida familiar en la región es «feliz». Sobre todo por la calma que les da el lugar. «Hay sosiego», dice. Es la oportunidad perfecta de vivir «lejos del jaleo» y hacer las cosas con «la tranquilidad que aquí (en Bilbao) no tenemos», añade.

«Opto por la prudencia»

Aunque la idea de esperar una semana más para desplazarse entre Cantabria y el País Vasco ha caído como un jarro de agua fría para quienes tienen su segunda residencia en la región, la mayoría insisten en ir poco a poco con la reapertura. «Opto por ser prudentes.Me parece bien la decisión después de los rebrotes», señala Irene Juárez, veraneante en Laredo. Su plan era, efectivamente, visitar el municipio cántabro en cuanto fuera posible. Sobre todo por ver el piso y recoger algunas cosas. Pero mejor ir despacio que correr. «No pasa nada por esperar un poco más», dice.

«Somos muy de Cantabria, es todo bonito. Pensaba ir esta semana y la noticia me ha fastidiado»

Julia Linacisoro | veranea en santoña

Y eso que para ella Cantabria es «libertad y tranquilidad». El momento idóneo de desconectar y romper con la rutina. «Es nuestra segunda casa», cuenta. «Soy feliz». Ellos, además, acudían todos los fines de semana, un viaje que no repiten desde hace meses. Irene tiene dos niñas, Paula y Lucia, mellizas, que cumplirán seis años esta semana. Ellas también tienen ganas de ir y se lo dicen porque allí tienen terraza y «les encanta». Es la sede de todos sus juegos. Eso sí, «entienden que todavía no se puede ir». El momento de viajar llegará y lo esperan con ilusión. «Laredo me aporta tranquilidad, tengo un vínculo muy especial», resume.

El cierre de fronteras no solo afecta a quienes ven en la comunidad autónoma la oportunidad de disfrutar del verano, también a los vascos residentes en Cantabria que antes de la pandemia se desplazaban cada día. Es el caso de Nazareth García, que vive en Castro, pero trabaja en Bilbao. Antes «iba y venía» hasta que se decretó el estado de alarma y por eso ha teletrabajando desde Cantabria. En su caso la restricción afecta también «al negocio». Con el anuncio de la movilidad pensaron que podrían reabrir más tiendas y sacar a trabajadores del ERTE, por eso el cambio de decisión ha sido «un palo» y lo han recibido «bastante mal». No les queda otra que esperar una semana más después de pasar varios meses «tirando de ahorros».

«Tengo ganas de ir, yo en Laredo soy feliz porque me da tranquilidad. Pero no pasa nada por esperar»

Irene Juárez | veranea en laredo

Quien ha necesitado moverse por trabajo lo ha podido hacer con justificante. Carlos Polo apenas lo ha tenido que usar porque se ha pasado tres meses teletrabajando desde Castro en lugar de ir a Bilbao cada día. Él es informático y esta crisis sanitaria ha puesto sobre la mesa un debate en su empresa: si implantar o no el trabajo a distancia. La parte negativa es «la social», el compartir los días con los compañeros, pero tiene sus ventajas. Por supuesto quiere que reabran las fronteras, pero por ocio. Sobre todo porque «cuantas mas libertades tengamos, mejor», aunque prefiere que reabran «cuando esté todo controlado».

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