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Cantabria pasará a la fase tres el lunes, pero la movilidad entre regiones limítrofes en la misma fase aún tendrá que esperar. La reivindicación abanderada por Cantabria y el País Vasco ha recibido respuesta negativa. «Los viajes entre comunidades se tendrá que hacer entre ... las que hayan alcanzado la 'nueva normalidad' cuando ya no exista decreto de alarma en ellas», ha dicho el ministro de Sanidad. Es decir, hasta finales de junio nada. No obstante, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha confiado este viernes en que la movilidad entre Cantabria, el País Vasco y Asturias pueda adelantarse «una semana antes» del 21 de junio, cuando finaliza el estado de alarma, y ha dicho que así se lo pedirán las regiones al Ministerio de Sanidad. Aún así, reconoce que el ministro, Salvador Illa, «está firme» en que no se va a permitir la movilidad entre comunidades autónomas antes del 21 de junio.
Al margen de esto, se da otra circunstancia y es que el cambio a la fase 3 implica que son los presidentes autonómicos los que toman el mando de la 'desescalada'. Así las cosas, serán el lehendakari Íñigo Urkullu o el presidente Revilla quienes decidirán cuándo sus respectivas comunidades pasarán a la «nueva normalidad». Y es en esa 'nueva normalidad' cuando será posible el cambio de una comunidad a otra. La cuestión es el cuándo y ese cuando es en cuanto ambas comunidades den por terminada la 'desescalada'. La fecha dad por Pedro Sánchez es el 21 de junio, pero podría acelerarse al quedar la decisión en manos de los máximos responsables autonómicos. Y esto podría suceder en cualquier momento, pero siempre a partir del lunes cuando trece comunidades y ciudades autónomas (el 52 por ciento del país, 25 millones de personas) entran ya en la fase tres. Revilla ha reconocido que a Cantabria es la «gran beneficiada» de que el turismo del País Vasco pueda volver a la región y no descarta que esa movilidad entre comunidades se pueda producir antes del 21 de junio, como se ha permitido también adelantar la actividad en el puerto y el aeropuerto de Santander.
En cualquier caso, con más de la mitad de España ya en la última fase, Cantabria experimentará algunos cambios que aunque tal vez no parezcan muy evidentes sí son necesarios para que algunos negocios puedan volver a ponerse en marcha.
«Volvemos a la normalidad dentro de la situación que, vuelvo a recalcar, debe ser de máxima prudencia», ha dicho Revilla después de la reunión de la comisión de seguimiento para la desescalada en la región y tras conocer que el 8 de junio la comunidad autónoma estará en fase 3.
El presidente cántabro ha considerado que con un «cumplimiento estricto» de las normas «quien no quiera contaminarse, no se contamina», pero también ha advertido que se contagiarán los que no cumplan y pueden, incluso, «provocar una marcha atrás lamentable».
«Somos nosotros los ciudadanos, los principales agentes contra el virus, cada uno de nosotros. Respetemos las instrucciones que nos han dado», ha enfatizado Revilla, quien ha pedido no olvidarse que la covid-19 «está« aún y que no se puede volver atrás, »porque las consecuencias puedan ser mucho peores».
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Precisamente uno de los cambios más importantes que experimentara Cantabria el lunes es que entra en vigor esa llamada 'cogobernanza' y el Estado devolverá a las comunidades en esta fase la gestión y organización de algunas competencias. Para ello, el Gobierno regional está trabajando en un decreto para regular esa 'desescalada' y las condiciones en que se desarrollarán las actividades cuya regulación competerá a las comunidades.
«Hasta hoy la máxima persona responsable -en Cantabria- era el consejero de Sanidad, ahora ya vuelvo a recuperar ese poder como presidente de la comunidad autónoma», ha subrayado Revilla.
En el ámbito laboral, durante la fase tres comenzará la reincorporación presencial en las empresas, siempre manteniendo las exigencias de seguridad y con horarios escalonados que eviten aglomeraciones de trabajadores.
Aumentan los aforos en muchos ámbitos sociales, como la celebración de velatorios o bodas, ceremonias que podrán contar con un mayor número de asistentes, aún por establecer. También está previsto que dé comienzo una revisión del modelo de gestión de las residencias de mayores, donde el virus ha ocasionado mayores estragos.
Desde el lunes habrá «libertad absoluta» para acudir a todos los establecimientos que estén en poblaciones de menos de 5.000 habitantes, que tendrán aforo permitido del 100%.
Para aquellos lugares con entre 5.000 y 10.000 habitantes, el aforo será del 75% y para las poblaciones de más de 10.000 habitantes, del 50% por ciento todos los establecimientos, como bares, restaurantes, teatros, cines o museos.
Para los centros comerciales significará un aumento del aforo hasta el 50% y el libre acceso a las zonas recreativas y de descanso, ahora clausuradas. Se relajarán las exigencias de público igualmente en actos y espectáculos al aire libre -hasta 800 personas-. Y vuelven, con condiciones, los toros.
La hostelería también notará el cambio con la entrada en servicio de las barras de los bares, un previsible aumento del aforo en mesas de interior y terrazas (que en Cantabria es de la mitad, actualmente), y la reapertura de los locales de ocio nocturno (hasta un tercio de su capacidad). En algunos municipios los bares podrán abrir por completo.
Para muchos gimnasios y centros deportivos la fase tres equivaldrá a la luz verde. Si bien su vuelta al trabajo estaba prevista para la fase dos, los titubeos de Sanidad han llevado a gran parte del sector a esperar un poco más.
Salvo cambios en los próximos días, el departamento de Salvador Illa no contemplará la movilidad entre comunidades hasta una vez finalizada la 'desescalada', a finales de junio, mientras son cada vez más numerosas las voces que reclaman que, aunque limitada, sí se permita antes entre territorios que se encuentren en la misma pase de transición.
Para el sector turístico de Cantabria, ahí se encuentra la mayor reivindicación: al ser la región un destino preferente del turismo nacional, la eliminación de barreras entre comunidades permitiría arrancar la campaña de verano con más margen y más garantías de recuperación tras una parada tan prolongada.
Por su parte, el aeropuerto Seve Ballesteros se suma a la lista de puntos de entrada al país con capacidad de atención de emergencias de salud pública internacional, según ha informado este viernes el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. Esto quiere decir que estará entre los puntos de entrada para recibir viajeros en cuanto haya movilidad en la Unión Europea y en el territorio nacional.
El ministro ha firmado una orden que incorpora a los aeródromos de Santander y Bilbao a los puntos de entrada en el país, en el que ya figuran los de Sevilla, Menorca, Ibiza, Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife Sur, Alicante-Elche, Valencia, Barcelona-El Prat, Gran Canaria, Madrid-Barajas, Málaga y Palma de Mallorca.
La secretaria de Organización y portavoz parlamentaria del PSOE Cantabria, Noelia Cobo, ha firmado tras conocer que Cantabria pasará a la fase 3 de la desescalada que este avance afianza la gestión de la Consejería de Sanidad encabezada por el socialista Miguel Rodríguez, ayuda a reactivar la economía y pone de manifiesto también el «alto grado de responsabilidad y buen comportamiento» del conjunto de la ciudadanía.
En un comunicado de prensa, la portavoz socialista ha asegurado que los Gobiernos de España y Cantabria están «dando los pasos necesarios» para acabar de superar la emergencia sanitaria y asegurar la «necesaria» reactivación económica en las diferentes fases de la desescalada.
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