El documento, elaborado por el comité de técnicos en el que también participan distintas consejerías y que ya ha sido remitido al Ejecutivo central, recoge algunas de las exigencias que ya había esbozado Revilla. Casi todas consisten en adelantar a la fase dos algunos supuestos que, de forma general, no estarían permitidos hasta la fase tres, que no llegará al menos hasta dos semanas más tarde. También lo que Cantabria denomina «especificidades propias» -fórmula ya la utilizó cuando reclamó la apertura de la pesca recreativa y la caza- como la autorización para recoger setas o para la práctica de surf y ciclismo de no federados fuera de los límites del municipio.
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1.
Comercio y hostelería Aforo del 40% en municipios de más de 10.000 habitantes, del 80% entre 5.000 y 10.000 y del 100% en los de menos de 5.000.
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2.
Mercadillos y alojamientos turísticos Ocupación de un tercio (municipios grandes), de dos tercios (municipios medianos) y del 100% (pequeños municipios).
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3.
Cabárceno Reducir el aforo máximo durante la fase dos al 20%, de 10.000 personas diarias a alrededor de 2.000 visitantes.
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4.
Fuente Dé Reapertura del teleférico por su «importancia como activo de la comarca» al 50% (10 personas en cabina).
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5.
Surf y ciclismo Cantabria pide que los no federados puedan hacer deporte fuera del límite actual de su municipio.
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6.
Paseos Todos los miembros de la familia podrían hacer actividad física juntos al aire libre.
Pero la principal novedad es que la comunidad autónoma propone que el proceso de 'desescalada' se haga atendiendo al número de habitantes, lo que beneficia sustancialmente a las zonas rurales. Es decir, que igual que ahora no hay franjas horarias para pasear en los ayuntamientos de hasta 5.000 habitantes, también se flexibilicen las restricciones de aforo a establecimientos hosteleros, hoteleros y comercios en los lugares menos poblados al entender que se diluye el riesgo de contagio por la menor masificación.
El Gobierno regional garantiza que cumple las condiciones sanitarias para avanzar a la fase dos
La propuesta, que Cantabria reclama que se acepte en Madrid en base al principio de «cogobernanza» entre Estado y autonomías al que apela el Ejecutivo de Sánchez, contempla que bares, restaurantes, hoteles, casas rurales ubicados en localidades de menos de 5.000 censados se puedan ocupar al 100% y no al 40% como por norma general se permitiría en la fase dos. De aceptarse, todo lo anterior sería de aplicación en 82 de los 102 municipios de la región.
Solicita flexibilizar las normas en ayuntamientos pequeños por el menor riesgo de contagio
Además, en los que tengan menos de 10.000 vecinos, se reclama que el aforo pueda llegar al 80% en el caso de comercio minorista y hostelería y a dos tercios en establecimientos hoteleros y mercadillos. Siempre con la exigencia de mantener la distancia de dos metros entre los clientes. Los ayuntamientos de mayor tamaño seguirían las restricciones generales del resto del Estado.
Ya se contempla que en la fase dos se permita el uso de playas y piscinas y las visitas a las residencias
Por otra parte, Cantabria quiere que todos los miembros de la unidad familiar, excepto mayores de 70 años, pueden realizar juntos actividad física no profesional al aire libre. Esto incluye que en los paseos de los menores de 14 años puedan estar los dos progenitores, y no uno como ahora. En el ámbito turístico, la región pide abrir Cabárceno para un máximo de 2.000 personas al día (el 20% de su capacidad) y el teleférico de Fuente Dé al 50%. A ello se sumaría todo lo que ya contempla el Ministerio de Sanidad para la fase dos, como el uso de piscinas y playas «manteniendo medidas de seguridad» y las visitas a las residencias de mayores.
Un estudio de la UC estima que a Cantabria le corresponderían 270 millones del fondo de Hacienda
Cantabria remitirá a Madrid un informe elaborado por la UC con el que pretende hacer presión para cambiar los criterios de reparto del fondo extraordinario de Hacienda de 16.000 millones de euros para hacer frente a las consecuencias del Covid-19 en las autonomías.
En estos momentos, Hacienda valora repartir el dinero en función de la población total y del grado en que cada territorio se ha visto afectado por el coronavirus (contagiados, hospitalizados, ingresados en la UCI...). Según el estudio de los profesores David Cantarero y Santiago Álvarez, esto perjudicaría a las regiones pequeñas y beneficiaría a las que menos invierten en Sanidad. Cantabria recuerda que si ha tenido menos casos es precisamente por su mayor inversión y solicita que se utilice como referencia el coste efectivo de los servicios (valora la población o el envejecimiento), como ya se hace con la financiación autonómica. La diferencia, según el informe, sería pasar de los 180 millones previstos con el cálculo actual a cerca de 270 millones.
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