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La situación que presentaba Cantabria hace unos años era poco menos que desoladora. Más de la mitad de los municipios se encontraban en riesgo de despoblación en 2020. Exactamente, 56 de los 102. Una cifra preocupante que el anterior Gobierno se propuso revertir y que ... ahora retoma el actual. Desde entonces, el discurso para volver a llenar los pueblos se instaló con fuerza en la agenda política. Había que frenar la sangría. El panorama actual es sensiblemente mejor, aunque aún queda mucho por mejorar. Cuando el bipartito PRC-PSOE aprobó en junio de 2021 la 'Estrategia frente al Reto Demográfico y la Lucha contra la Despoblación (2021-2027)', la cifra de ayuntamientos en alerta ya se había reducido a 39, que son los que continúan a día de hoy en riesgo. Lo peor es que en este tiempo el número de habitantes de estas zonas rurales ha descendido un 1,7%. En términos absolutos, 408 menos. De los 25.411 de junio de 2021 a los 25.003 de 2022, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La lectura positiva es que, al menos, 14 ayuntamientos han conseguido crecer.
Para no inducir a errores, debe hacerse una puntualización. Las cifras que se publican en esta información corresponden a los datos que comunicó el Gobierno regional en junio de 2021 y los de población oficiales que el INE contabiliza cada 1 de enero –los últimos son de 2022–. Así que en apenas dos meses y medio el mapa podría cambiar. Además, hay municipios que son celosos y no revelan sus cifras actuales de población y otros que cada vez que hay elecciones –como ha sucedido este año por partida doble– ven alterado notablemente su padrón. De hecho, el anterior Ejecutivo presidido por Miguel Ángel Revilla hizo en diciembre del año pasado una radiografía aún mejor de la actual. El entonces presidente regional anunció que 24 de los 39 municipios en riesgo habían conseguido elevar o mantener su población. En 21 había crecido y en otros tres seguía siendo la misma. Un hecho que calificó de «éxito» tras una reunión celebrada por el Consejo Asesor contra la Despoblación.
La despoblación rural es ahora un fenómeno también mediático nacido al calor del movimiento ciudadano surgido en torno a la expresión 'La España vaciada', que surgió tras la publicación del libro 'La España Vacía' del periodista Sergio del Molino.
Los habitantes de los pueblos de Cantabria, en síntesis, desean acceder a los mismos servicios esenciales que sus paisanos de las urbes: acceso a internet de alta velocidad, médicos y medios sanitarios en los pueblos, colegios o profesores rurales donde poder mandar a los niños a clase sin necesidad que tener que desplazarse decenas de kilómetros o cajeros automáticos para poder sacar dinero en efectivo sin la obligación de coger el coche para dirigirse hasta la ciudad.
Según los datos del INE, Tresviso es el municipio cántabro que más vecinos ha perdido en este tiempo. «Aquí el principal problema que tenemos es que somos un pueblo de Cantabria al que sólo se puede acceder en coche dando un larguísimo rodeo por Asturias», explica su alcalde, Alan Ruiz (PP).
Alan Ruiz
Alcalde de Tresviso
Así que su reivindicación va en esa dirección. «Igual es una locura. Yo lo dejo ahí. Nos vendría muy bien una carretera que nos conectase con Cantabria de manera mucho más directa», señala.
Tresviso tenía 64 empadronados hace dos años y medio cuando el Consejo de Gobierno aprobó la 'Estrategia frente al Reto Demográfico y la Lucha contra la Despoblación (2021-2027)' y ahora son 10 menos, que en términos porcentuales supone un 15,6%. «La población está envejecida y cada fallecimiento no se repone con la llegada de jóvenes», añade el regidor. Ruiz sabe de lo complejo de un nuevo vial para un municipio enclavado en el Parque Nacional de Picos de Europa, por lo que demanda actuaciones más sencillas para frenar la pérdida de población.
«Sería muy bueno y una gran ventaja para todos que llegase la fibra óptica. También necesitamos más días de visita del médico, que no sube tanto como deseamos. Y lo del colegio es otra historia. Ni sabría decir cuál es el más cercano que nos correspondería en Cantabria. Los niños de aquí tienen que ir al de Arenas de Cabrales, que está en Asturias, por una carretera que está a media hora de camino y que en invierno, cuando nieva, se suele cortar dejándolos incomunicados sin poder ir a clase», recalca.
Hay municipios, en cambio, que sí han crecido y, aunque a priori tienen mejores circunstancias, no consiguen que el aumento de población sea proporcional. Es el caso de Pesquera. Según los datos del INE, es el que más. Un 16,1% al pasar de 68 a 79 vecinos. Pesquera, sobre el papel, lo tiene todo. Dispone de internet con fibra de alta velocidad, buenas comunicaciones por tren –tiene estación de Renfe– y por carretera –servicio de autobús y se encuentra pegado a la autovía A-8–, pero aún así le cuesta sumar altas en su padrón. «A los políticos se les llena la boca con la despoblación rural pero ninguno de ellos sabe cuál es la solución», afirma su alcalde, Julian Gutiérrez (PSOE), que llegó al cargo después de cuarenta años residiendo en Salamanca, donde trabajaba en Adif.
«Nuestro problema es que no conseguimos atraer a gente joven. La mayoría de la población trabaja en las fábricas de Reinosa, así que el hecho de que puedan teletrabajar desde aquí no les influye demasiado. Lo notan más los que viven fuera y vienen por vacaciones o durante los puentes. Ahora pueden estirar más la estancia al poderse conectar», añade.
Julián Gutiérrez
Alcalde de Pesquera
Lo que sí tiene claro es cuál es la principal petición de sus vecinos. «Nosotros a día de hoy somos 73 empadronados –seis menos que los últimos datos del INE– y el médico sólo viene los jueves durante una hora. El problema es que no puede entrar al historial médico de cada uno ni tampoco hacer las recetas. Coge nota y cuando va a otro pueblo nos la expide», explica. «Y no es por la conexión. El problema está en que la Consejería no tiene un ordenador conectado al sistema sanitario en nuestro consultorio», recalca. La otra solicitud gira en torno a uno de sus mayores atractivos turísticos, la calzada romana. «Necesitaríamos una mejor señalización para que fuese aún más atractiva de lo que es ahora», concluye.
El Gobierno regional del PP toma el testigo del anterior del PRC-PSOE comprometido con la lucha para frenar el éxodo rural. Eso sí, reformulará la ley contra el despoblamiento que el bipartito sacó a información pública siendo consciente de que no le iba a dar tiempo a aprobar. Así lo aseguró la actual consejera de Presidencia Isabel Urrutia durante su comparecencia en el Parlamento para hablar de los proyectos de legislatura de su departamento.
«En el momento en el que estén formados todos los grupos de acción local y la propia Federación de Municipios, iniciaremos de nuevo la elaboración de un texto normativo», afirmó. «Los municipios en riesgo de despoblación van a ser el eje sobre el que pivoten todas nuestras políticas», añadió a continuación.
El anteproyecto de la 'Ley de Cantabria de Lucha contra el Despoblamiento y frente al Reto Demográfico' buscaba blindar el derecho de acceso a los servicios básicos en los municipios afectados. La anterior consejera del ramo, Paula Fernández, explicó que los objetivos del texto eran «hacer frente a un fenómeno complejo y de múltiples vertientes» y reconocer a los habitantes de los territorios despoblados «derechos en la prestación de servicios esenciales y fundamentales», que el Gobierno deberá prestarles «garantizando la igualdad de oportunidades y la cohesión social y territorial de Cantabria». Fernández resumió la ley con una frase del entonces presidente Revilla: «Mismos derechos y servicios vivas donde vivas».
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