Cantabria prepara la campaña de incendios con dos helicópteros y 400 efectivos

La temporada alta de incendios forestales, a diferencia de lo que sucede en gran parte del país, donde se concentra en los meses de verano, abarca el invierno y el inicio de la primavera. Es en esta época donde se registran los días con mayor predominancia del viento sur, que es el favorito de los incendiarios para dar cerillazo al monte. Los datos de este año, a falta de dos semanas para cerrarlo, son mejores que los de 2023. Según explicaron ambas consejeras, el año pasado se registraron 774 incendios forestales que se llevaron por delante cerca de 12.000 hectáreas. El mes más negro fue marzo, con 386 incendios y 7.445 hectáreas arrasadas. En lo que va de 2024, el número de fuegos asciende a 519, que han calcinado 9.769 hectáreas. En cambio, el peor mes fue abril con 156 fuegos -ardieron 3.757 hectáreas-.

Las representantes del Gobierno regional hicieron ayer hincapié, precisamente, en la ayuda que les proporciona los dos helicópteros. Ambos aparatos realizaron en la pasada temporada alta «diez apoyos en ocho incendios, donde vertieron 244.000 litros de agua en 285 descargas, sobre todo en zonas de difícil acceso por tierra o de alto riesgo». El balance de las dos aeronaves desde que Maya Dama se incorporó al servicio hace cuatro años es de 112 intervenciones «con más de un millón de litros de agua descargados sobre el fuego».

Urrutia y Susinos agradecieron, además, el esfuerzo realizado por todo el operativo contra el fuego que integran los Agentes del Medio Natural, los bomberos forestales -además de los técnicos y emisoristas-, los bomberos autonómicos y municipales y el 112. Una larga lista a la que también hay que sumar el apoyo que cada año envía el Gobierno central, de febrero a mayo, a través de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico.