Secciones
Servicios
Destacamos
. Cantabria prepara el engranaje para echar a andar el cribado de cáncer de cérvix o cuello de útero: una revisión abierta a todas las mujeres de 35 a 65 años para detectar de forma precoz a su causante –el Virus del Papiloma Humano (VPH)–, ... aumentar así las posibilidades de curación y reducir la tasa de mortalidad de esta enfermedad que en 2022 sumó 2.480 diagnósticos nuevos en España. La Dirección General de Salud Pública prevé para final de año la puesta en marcha del programa piloto, en el que se seleccionará una zona de salud antes de extenderlo a toda la población diana, que englobará a más de 134.000 mujeres.
¿Cómo funcionará? El sistema de invitación será parecido al de programas veteranos, como el de cáncer de mama y de colon, aunque en esta ocasión ya no se enviarán cartas por correo postal sino que la idea es que sea el robot Jano –el software que se utilizó para la citación masiva de la vacuna del covid– el que se encargue de hacer la ronda de llamadas. Lógicamente, no se llamará a todas las mujeres susceptibles de participar en el cribado a la vez, sino que se hará de forma escalonada, por cohortes de cinco años. En la primera tanda se contactará con las que cumplen 35, 40, 45... y así sucesivamente hasta la generación de los 65 años –y lo mismo al año siguiente, con las que repitan esas edades–. Si dan negativo en el test, se las volverá a convocar al cabo de cinco años para un nuevo seguimiento. En caso positivo, la paciente tendrá que realizarse una citología, que será enviada al laboratorio de Anatomía Patológica para comprobar si el virus está latente o hay indicios de algo más. Si hay infección, pero no hay lesión tumoral, se recomendará repetir anualmente una colposcopia (biopsia cervical).
134.725 mujeres de 35 a 65 años hay en Cantabria, según el censo de julio de 2022 (INE). Serán las llamadas a participar en el cribado de cáncer de cérvix.
Estimación Sanidad estima que la tasa de positivo en Virus del Papiloma Humano en este rastreo entre las mujeres puede ascender al 10%
«Lo que se pretende con este cribado es anticipar el diagnóstico de cáncer de cérvix, porque cuando más precoz sea la detección mejor será el pronóstico», señala el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann. Y la vía para conseguirlo es rastreando a toda la población femenina de la franja de edad señalada en busca del Virus del Papiloma Humano. «Se ha comprobado que es una medida efectiva», añade, sobre todo porque en la mayor parte de los casos las infectadas ni siquiera lo saben, al no haber ningún síntoma sospechoso. El hecho de que sea tan silenciosa la convierte en la infección de transmisión sexual más frecuente, aunque la mayor parte de las veces negativiza por sí sola.
Como apunta la oncóloga de Valdecilla Ana de Juan, «hasta el 90% de las infecciones por VPH se eliminan sin tratamiento en los dos primeros años y sólo aquellas infecciones que son persistentes pueden ocasionar lesiones premalignas o infiltrantes en 15-20 años desde la primera infección». Desde Sanidad se calcula que la tasa de positividad que arrojará este nuevo cribado será «del 10%», es decir, que una de cada diez examinadas descubrirá que tiene el virus. Aunque el nivel de riesgo de desarrollar un tumor dependerá del 'apellido' del propio virus (si es oncogénico o no). Hay diferentes tipos de VPH, algunos provocan solo la aparición de verrugas genitales o desaparecen sin dar complicaciones, pero otros sí son más preocupantes: «Los del tipo 16 y 18 son los que tienen mayor riesgo de causar cáncer, por eso son los que están incluidos también en la vacuna», explica el director.
El cáncer de cérvix es el cuarto más común en las mujeres a nivel mundial y el undécimo en España. «El 85% de las muertes ocurren en países subdesarrollados, siendo la tasa de mortalidad hasta 18 veces superior respecto a los países desarrollados», subraya De Juan. «La principal razón de estas diferencias son la prevención primaria (vacunación) y la prevención secundaria o cribado (detección de VPH y citología). Gracias a estos programas, la enfermedad se diagnostica en etapas muy incipientes, tanto que en la mayoría de los casos se descubren sólo lesiones premalignas», señala la oncóloga, que destaca que «el cribado reduce la mortalidad hasta en un 70% de los casos». La ventaja es que «el cáncer de cérvix cumple los principales requisitos para que un programa de detección precoz sea exitoso: se conoce el factor etiológico más importante (VPH), la historia natural del tumor es predecible y hay test efectivos para realizar un diagnóstico precoz, permitiendo un tratamiento eficaz». La edad media al diagnóstico se sitúa en los 48 años, aunque un 47% de los casos se da antes de los 35 años.
En cuanto al procedimiento para la obtención de las muestras a analizar dentro del nuevo cribado, el plan de Sanidad contempla dos opciones. En la primera toma de contacto será Jano quien plantee a las participantes si quieren una cita en su centro de salud, para que sea un profesional sanitario quien le coja la muestra de fluido vaginal, o prefieren hacerlo ellas mismas en su casa (autotoma). Si eligen la primera vía, en esa llamada inicial el robot le indicará fecha, hora y el centro de salud al que debe acudir; si opta por la segunda tendrá que recoger el kit correspondiente en la farmacia –Salud Pública y el Colegio de Farmacéuticos están perfilando el protocolo–, tomarse la muestra (vendrá con instrucciones de cómo hacerlo y las pegatinas del código de barras) y volver a depositarlo en la farmacia para su posterior envío al laboratorio a través de su red de transporte.
La implantación de este cribado viene marcada por la orden del Ministerio de Sanidad de 2019, aunque su desarrollo quedó en punto muerto con el estallido de la pandemia. Hasta ahora y desde hace décadas el control se limitaba a las citologías de control (pruebas para detectar alteraciones celulares indicativas de cáncer) en las revisiones ginecológicas, bien por indicación del especialista o del equipo de Atención Primaria (médico o personal de enfermería). Cuando entre en funcionamiento este nuevo programa, esa opción –el llamado cribado 'oportunista'– se centrará en las mujeres de 25 a 34 años.La recomendación para ellas es realizarse una citología cada tres años. Por encima de esa edad entrarían en la población diana del cribado para la determinación del VPH. Además, el Ministerio detalla que en el caso de las mujeres que cumplen criterios de alto riesgo personal o riesgo de cáncer familiar o hereditario se realiza la valoración del riesgo individual y su seguimiento a través de protocolos de actuación específicos.
Desde la Consejería, a través de la Dirección General de Transformación Digital, se está tramitando la adjudicación del sistema de información que se utilizará para gestionar las citas. Una plataforma que identificará a quién hay que invitar para hacer el test y que controlará el grado de éxito y de fracaso en la respuesta. «Nos ofrecerá información en tiempo real, podremos saber qué mujeres han respondido de forma negativa a Jano, lo que nos permitirá planificar una rellamada para volver a intentarlo, esta vez con un profesional que hable directamente con ella para incentivar su participación», explica Wallmann. Y toda esta red de rastreo poblacional irá ligada a una campaña de vacunación frente al Virus del Papiloma Humano entre aquellas mujeres clasificadas como población de riesgo, tras un primer positivo.
Hay comunidades que ya tienen más avanzada la implantación del cribado. Galicia, por ejemplo, extenderá este año el cribado que ya tiene funcionando en las áreas de salud de Pontevedra, Lugo y Ferrol. Madrid también ha anunciado recientemente su puesta en marcha a partir del próximo abril.
La incorporación de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) para los adolescentes varones en el calendario oficial fue una de las novedades que se aprobó el pasado diciembre en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Y si se cumplen las previsiones de Sanidad, en Cantabria empezarán a administrarse «a partir de mayo». Está en tramitación la compra de las nuevas vacunas en su versión nonavalente, que protege frente a nueve genotipos, en lugar de la versión anterior, que era de dos. Aunque no se suele desarrollar en hombres, estos sí pueden transmitir el virus a las mujeres, aumentando el riesgo de desencadenar cáncer de útero y vagina, por lo que se decidió ampliar la protección a los niños, que era una de las reivindicaciones reclamadas desde hace tiempo desde el ámbito de la Pediatría.
La pauta acordada es que se pondrá la vacuna también a los menores varones que cumplan los doce años, la misma edad a la que se le administra a las niñas, con una segunda dosis en un intervalo mínimo de 6 meses. Aunque las vacunas llegarán a los centros de salud en un plazo estimado de tres meses, está prevista una repesca para todos los niños que hayan cumplido los doce años desde enero de 2023. No así para los que los cumplieron previamente, cuya protección dependerá del bolsillo de las familias, igual que se ha hecho hasta ahora. En este caso, el coste de la vacuna en farmacia, aunque se ponga en los centros de salud, oscila entre 120 y 170 euros la dosis.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.