Aemet anuncia una primavera cálida con temperaturas «bastante por encima de lo normal»

Arteche ha explicado que en Cantabria se prevé una primavera normal en precipitaciones, «con unos días que llueva mucho y otros muy secos», y temperaturas «más bien cálidas». En España, ha dicho, existe «gran probabilidad» de temperaturas cálidas, y en cuanto a las lluvias, más posibilidad de que sea una estación seca.

En cuanto al balance sobre el pasado invierno, Rodríguez ha indicado que ha sido el undécimo más cálido desde 1961, con 0,8 grados por encima de lo esperado. Y seco, con un déficit de lluvias del 12%, además del más soleado de la serie histórica, desde 1991. El carácter del invierno en Cantabria ha estado marcado por un diciembre muy húmedo y muy cálido y por un febrero muy seco.

La precipitación se concentró a principios de diciembre y en la primera decena de enero, y durante esos meses no hubo ninguna borrasca importante, frente a las nueve que se registraron durante el invierno del año pasado. Gracias a esa precipitación, la estación no ha sido más seca en la región.

Además, la distribución de las lluvias ha sido «variada», con más precipitaciones hacia el este (Valle del Asón) y al noroeste, mientras que el invierno ha sido más seco en el interior y el sur de la comunidad.

Además, las altas temperaturas han dejado muy poca nieve en las montañas, con nevadas reducidas al episodio de diciembre y del 12 de enero.

En cuanto al año hidrológico, es decir la precipitación acumulada desde octubre, tiene un superávit del 29%, marcado por las lluvias de comienzos de diciembre y de enero. El año agrícola -precipitación acumulada desde septiembre- también arroja superávit, del 27%.

Por meses, diciembre fue muy cálido y muy húmedo; enero, seco y frío; y febrero, un mes «atípico», cálido y muy seco.

En España, el invierno ha sido muy cálido y seco, el segundo más seco desde 1961.

Respecto al episodio de polvo subsahariano que ha vivido Cantabria en los dos últimos días y que ya ha remitido en la región, Arteche y Rodríguez han señalado que nunca se había producido uno similar en la comunidad.

Se trata de tormentas de polvo que se han producido en Niger, Mali o Burkina Faso, con partículas muy pequeñas, que han entrado en los flujos atmosféricos a bastante altura y que han llegado a Cantabria con la única borrasca con nombre del inverno, Celia.

Si bien casi todos los años llega calima a la región, más frecuentemente al sur de la comunidad, nunca lo había hecho de tal manera, cuya máxima concentración de partículas se registró el miércoles por la tarde.

El episodio ha afectado a la visibilidad -por ejemplo en el caso de los aviones- y también a la producción eléctrica solar fotovoltaica, que bajó este miércoles, según ha indicado Arteche, quien ha resaltado que en el lado positivo, la calima ha fertilizado los cultivos.