La Cantabria que pudo ser y no fue

Fueron unos fuegos de artificio que subieron y subieron, explotaron en una algarabía de ilusiones en pueblos y comarcas enteras y, tras meses o años de dar vueltas por despachos y titulares, se apagaron y nunca más se supo. Típicos cuentos de la lechera, en muchos casos. La suma de proyectos soñados y sonados que nunca han llegado a concretarse conforman una suerte de Cantabria inalcanzada y rica, en la que se mezclan planes visionarios capaces de cambiar su entorno con alardes de modernidad solo aptos para momentos de gran prosperidad. Unos quedaron arrumbados por decisiones políticas. A otros los asfixió la falta de financiación, y algunos perdieron todo su sentido sin ayuda externa.

Con todo, resulta inevitable preguntarse qué habría pasado de seguir adelante. ¿Y si Santander se hubiera conectado con el Mediterráneo a través del Túnel de la Engaña? ¿Cómo sería ahora Potes si se pudiera llegar desde Reinosa evitando el Desfiladero de la Hermida? ¿Se imaginan una central nuclear funcionando en San Vicente de la Barquera? Estos fueron solo algunos de los planes que alguna vez se alumbraron en la comunidad e iluminaron durante un tiempo los debates. La mayoría están definitivamente descartados. Otros siguen en la carpeta de pendientes.

La Ciudad del Cine y las Artes iba a ser un gran complejo de ocio, entretenimiento y formación, una mezcla de parque temático y pequeño Hollywood, con residencia de actores incluida, a levantar en las canteras de Cuchía, con 600 millones de inversión privada.

Doce millones de inversión (privada), 150 empleos y 190.000 visitantes anuales. Esas eran las grandes cifras del teleférico pasiego, llamado a hacer la competencia al de Fuente Dé. Primero iba a ir hasta la cumbre del Castro Valnera, luego hasta la mitad y al final, nada.

¿Por qué no aprovechar las galerías mineras de Udías para construir el mayor parque de atracciones subterráneo del mundo? Cabárceno y El Soplao ya probaron el partido que se puede sacar a antiguas explotaciones. Lástima que no se halló quien lo pagara.

Fue una promesa electoral del PSOE de la que no se ha sabido mucho más: reconvertir en Parador el emblemático e infrautilizado edificio de Correos de Santander. El plan precisa del visto bueno y del apoyo del Gobierno central, propietario de la red turística.

Sería el campo de golf con el que siempre soñó Severiano Ballesteros. Diseñado por el propio campeón, tendría 18 hoyos repartidos por una superficie de 73 hectáreas junto a la costa, desde Cueto hasta la playa de El Bocal. El Ayuntamiento no ha informado de avances.

Primero fue lazareto, a finales del siglo XIX; después, sanatorio para tuberculosos. En los últimos tiempos, centro de desintoxicación y, de haber salido adelante los planes del Gobierno de Ignacio Diego, emplazamiento de un hotel de lujo.

El diseño de los arquitectos Mansilla y Tuñón resultaba rompedor: unos picos de Europa metálicos a levantar en Las Llamas, donde cabría la Historia y el arte de la región. Santander acaba de pedir al Gobierno que devuelva los terrenos que le cedió para nada.

El Gobierno regional se decantó por el edificio ideado por Rafael Moneo para que albergase su nueva sede; hasta los ciudadanos votaron por internet cuál era la propuesta que más les agradaba. De aquel proyecto solo quedan dos solares convertidos en aparcamiento.

El sueño de una conexión con el Mediterráneo, sin pasar por el País Vasco, volvió a recuperarse en los años 90: una autopista de peaje que enlazara Cantabria con el Valle del Ebro, y de allí hasta la costa de Levante. No superó el estudio de impacto ambiental.

Uno de los proyectos visionarios del presidente Juan Hormaechea: unir Liébana con la Meseta desde Campoo. Para comunicar ambas comarcas se construiría un túnel en la zona de los Asnos y una nueva carretera hasta el mirador de Piedrasluengas.

Un puente sobre la ría de San Martín de la Arena que uniese los municipios de Suances y Polanco reduciría en quince minutos el viaje desde esta primera localidad hasta Santander, y acabaría con los habituales problemas de tráfico a la villa costera en verano.

Hormaechea soñó con unir Laredo y Santoña con un puente de 630 metros de longitud, presupuestado, entonces, en unos 13 millones de euros. Un ingeniero laredano, Mario de Lucio, acaba de recuperar la idea de juntar esas dos orillas con un nuevo diseño.

Potes, a un paso de la variante' titulaba la prensa en 2009 y, para entonces, la obra ya llevaba seis años de retraso. Fomento había elegido uno de los dos proyectos posibles, el oeste, que suponía 4,5 kilómetros de circunvalación... que la villa aún está esperando.

En 2010, el Gobierno vasco encargó un estudio sobre un posible enlace de metro de Bilbao con Castro Urdiales. La A-8 ya se colapsaba los fines de semana, pero impulsar una unión ferroviaria entre ambas ciudades venía de atrás y todavía no se ha logrado.

Fue una de las mejores fantasías de Maliaño: el soterramiento del tráfico por la Avenida de Bilbao, en casi un kilómetro, con lo que el centro daría un vuelco (sería verde, habría aparcamientos) tras invertirse más de 40 millones. Se dio como factible en 2008.

Más de 10.000 personas participaron, en 1977, en la manifestación que dio la puntilla al proyecto de instalar una nuclear junto a la playa de Fuentes. Como recuerdo de aquel proyecto abortado de Electra de Viesgo, queda hoy una enorme zanja en forma de herradura.

La pretensión de levantar, al sur de la bahía (en Liérganes, Cayón y Entrambasaguas) un polígono industrial con 249 aerogeneradores eólicos -de 125 metros de altura- generó gran polémica en la capital en 2009 por su impacto visual. Todo el plan se fue a la basura.

¿Hay o no hay 20 millones de toneladas de zinc en Reocín y municipios aledaños? En 2017 el Gobierno autorizó explorar terrenos en varios lugares. Pero la investigación no ha dado frutos para apostar por una explotación que generaría -se dijo- 2.000 empleos.

Es uno de los pocos proyectos de estas páginas que todavía está de viaje por los despachos, aunque el gasto que conlleva -superior a los siete millones de euros- podría ser un hándicap tras la pandemia. La idea lleva desde 2007 rondando el Ayuntamiento.

Dio mucho que hablar en 2014 en Santander la propuesta del Ayuntamiento de construir un ascensor en el entorno del hotel Chiqui que serviría para enlazar con Mataleñas. Hubiera sido transparente y con vistas a La Magdalena, pero se quedó en nada.

La reordenación de los espacios ferroviarios en Santander ha llegado varias veces al Boletín Oficial del Estado (BOE), aunque no acaba de coger vuelo. En 1997 se aprobó la primera partida para un estudio. Hoy, una consulta ciudadana lo tiene todo en el aire.

Esta era la pregunta que en 2019 se hizo un ingeniero de la UC que pensó en un tranvía que atravesara los cuatro kilómetros de la S-20. La descongestionaría de tráfico, pero costaría como mínimo 15 millones de euros. Fue ilusión de una noche de verano.

Duplicar el espacio del Parque de Las Llamas es una aspiración desde la primera fase: pasaría de los 300.000 m2 a 690.000. Una tercera parte de ese terreno ya es municipal. Pero el parque actual costó 30 millones de euros y continuar el plan no será barato.

En 2008, la directiva del Racing alegó al PGOU de Santander para que se autorizara una ampliación de los Campos de Sport y crear una zona comercial y de ocio. Se querían construir tiendas, bares, restaurantes e incluso cines y dinamizar el barrio todo el año.

Hubo un revuelo fenomenal cuando se supo que había un plan para autorizar en San Martín la construcción de un máximo de 140 pisos, un hotel y dotaciones comerciales. Con los años, se redujo el volumen edificable y el área se ha reordenado a medias.

Se anunció «para ya» en 2016: un túnel uniría Camilo Alonso Vega con General Dávila. Construir los 142 metros que mediría costaría más de siete millones de euros y se abrirían dos bocas de acceso. El plan lleva desde 2009 de cajón en cajón municipal.

Veinte años fueron necesarios para horadar los siete kilómetros del túnel que une Vega de Pas con Pedrosa de Valdeporres, en Burgos. La obra ferroviaria cayó en el olvido y los sucesivos proyectos para darle utilidad, aunque sólo sea turística, han fracasado hasta ahora.

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