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CONSUELO DE LA PEÑA
Domingo, 3 de febrero 2019, 07:49
Cantabria ha perdido muchos trenes, pero el de Europea supuso una humillación ya que fue borrada del mapa de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T por sus siglas en inglés), pensada para facilitar la comunicación de personas y mercancías a lo largo de toda ... la Unión Europea.
Ocurrió en 2012, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero excluyó a la comunidad autónoma de la planificación ferroviaria europea aprobada un año después por la Comisión Europea con una vigencia de diez años. Eso supuso que el tren de alta velocidad Palencia-Santander quedó fuera del corredor europeo de transportes, y también el Corredor del Cantábrico que iba a unir La Coruña con Irún, de manera que la conexión a Bilbao, ahora tan demandado, tampoco forma parte de esta Red. Pero Cantabria tendrá la oportunidad de engancharse al eje ferroviario europeo en 2023, año en que finaliza el periodo de vigencia de la TEN-T actual, si bien las negociaciones entre España y la Comisión Europea empezarán dos años antes.
Sólo cuando se abra esta puerta, Cantabria podrá reclamar su pertenencia al corredor de transporte europeo y obtener financiación europea para la conexión ferroviaria con Bilbao. En las últimas semanas el Gobierno regional ha lanzado una ofensiva, sobre todo mediática, aunque también en el Ministerio de Fomento, para reclamar la ejecución de este proyecto. El Ejecutivo ha advertido de las dificultades para sacar adelante esta conexión sin estar dentro del Corredor Atlántico o en el eje Mediterráneo (ambos pertenecientes a la Red Transeuropea de Transporte), pero esto no será posible hasta que termine la planificación europea actual y se negocie una nueva.
Hay que mirar hacia atrás para comprender por qué Cantabria no pertenece a un club tan privilegiado. La actual Red Transeuropea fue aprobada en 2013 por la Comisión Europea para los próximos diez años, y una vez definida no se puede modificar en ninguno de sus términos. La propuesta española fue elaborada por el Ministerio de Fomento, entonces dirigido por el socialista José Blanco (el mismo que paralizó la ejecución del AVE a Cantabria) que básicamente dibujaba dos ejes ferroviarios para articular el transporte de pasajeros y mercancías por el país: el Corredor Mediterráneo y el Atlántico, de manera que el ramal Palencia-Santander o la conexión con Bilbao quedaron fuera, y no se pudieron beneficiar de unas inversiones que sumaban 49.800 millones de euros hasta 2020 dentro del programa Conecta Europa (CEF). Cuando Ana Pastor sustituyó a Blanco al frente de Fomento, el entonces presidente regional Ignacio Diego remitió una carta a la ministra donde le solicitaba su apoyo a la petición del Gobierno de Cantabria de incluir el tramo Santander-Palencia en la Red Transeuropea de Transporte mediante una enmienda al reglamento sobre las directrices de la UE. Pero la petición no cuajó.
En 2017 el órgano ejecutivo de la Unión Europea solicitó a los países miembros de la Unión que antes del cierre de ese enviaran sus propuestas de financiación de proyectos debidamente argumentadas. El exministro de Fomento Íñigo de la Serna apostó porque todos los proyectos recibieran financiación de la Comisión, al considerarlos prioritarios. Pero como el ferrocarril Palencia-Santander no está en el eje europeo de transporte, el Gobierno de España no pudo incluir esta infraestructura dentro del programa de financiación.
La cuestión no es trivial y tiene su trascendencia dentro de los reproches que el Ejecutivo cántabro ha lanzado al Ejecutivo central y en concreto al exministro Íñigo de la Serna, al que ha acusado de «borrar» a Cantabria en las conexiones europeas. «Nadie ha sacado nada de nada, ni se podía haber hecho más de lo que España ha hecho», asegura el portavoz del PP y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santander, César Díaz, que acusa a Martín de «hacer un ridículo mayúsculo demostrando un profundo desconocimiento de este asunto para alguien que tiene las responsabilidades del transporte en la comunidad autónoma». Díaz, que saca la cara por el exministro, asegura que fue el PP y De la Serna quienes «impulsaron» la alta velocidad entre Santander y Palencia, y quien «dejó comprometida su financiación al margen de la que pudiera llevar aparejada en el futuro su inclusión en la Red Transeuropea».
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