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La caída de la presión hospitalaria ha permitido a Cantabria pasar al nivel 2 de alerta sanitaria y rebajar las restricciones. De este modo, la hostelería recuperará el aforo completo de sus instalaciones, siempre y cuando tenga colocados los medidores de CO2, y podrá volver ... la clientela a las barras, que se cerraron a mediados de diciembre cuando la sexta ola empezó a subir como la espuma y la región saltó al nivel 3. En aquel momento, las discotecas volvieron a echar la persiana, poco después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria avalara el horario establecido en sus respectivas licencias, anulando así la limitación hasta las tres de la madrugada impuesta por Sanidad. Ahora, casi dos meses después, el ocio nocturno podrá reabrir, pero aún será con condiciones.
El semáforo covid actualizado este martes señala a 53 municipios en nivel 1 y 49 en el 2, incluidos los de población superior a 5.000 habitantes. «Estamos viendo una evolución favorable, donde baja la incidencia en todos los grupos de edad, sobre todo en los niños. Y eso se refleja en los colegios, con solo 23 aulas confinadas», ha dicho esta mañana el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, quien ha asegurado también que están registrando una «bajada espectacular» en la tasa de hospitalización. Según ha explicado Wallmann hay 135 ingresos, 13 de ellos en UCI, predominan los mayores de 70 años y el 40% de ellos no presenta síntomas respiratorios, sino que ingresan por otras causas y en las pruebas se les detecta la presencia del virus.
Wallmann ha explicado que cantabria registra una evolución «muy favorable» de la pandemia y tras bajar al nivel 2, es «posible» que la semana que viene descienda al 1 y, si la mejora se mantiene y la comunidad entra en 'nueva normalidad', en «pocas semanas» se podrían acabar con las limitaciones.
MUNICIPIOS EN NIVEL 2 Santander, Torrelavega, Camargo, Castro Urdiales, Piélagos, El Astillero, Santa Cruz de Bezana, Laredo, Santoña, Los Corrales de Buelna, Santa María de Cayón, Reinosa, Suances, Colindres, Reocín, Cabezón de la Sal, Medio Cudeyo, Polanco, Cartes, Entrambasaguas, Marina de Cudeyo, Miengo, Ribamontán al Mar, Bárcena de Cicero, Ampuero, Santillana del Mar, San Vicente de la Barquera, Villaescusa, Campoo de Enmedio, Puente Viesgo, Val de San Vicente, Voto, Noja, Liérganes, Alfoz de Lloredo, San Felices de Buelna, Ribamontán al Monte, Valdáliga, Comillas, Arnuero, Mazcuerras, Meruelo, Corvera de Toranzo, Limpias, Argoños, Villacarriedo, Potes, Udías y Arredondo.
Hay 36 centros de mayores de Cantabria con algún brote y 36 enfermos hospitalizados, pero también aquí la tendencia es claramente a la baja (en el pico de la sexta ola llegó a haber 72 hospitalizados).
Sobre la variante Ómicron silenciosa, Wallmann ha dicho que hay 72 casos «altamente sospechosos» pero no cree que se impongan o que incrementen la transmisión comunitaria. También se han detectado en esta sexta ola numerosas reinfecciones.
El paquete de restricciones que el semáforo covid señala para el riesgo medio (nivel 2), permite a los negocios de hostelería funcionar con el 100% de su capacidad y con un máximo de diez personas por mesa, tanto dentro como en terraza (mismo número que en bares y restaurantes). El ocio nocturno queda el 50%. También los comercios y las instalaciones deportivas tendrán que controlar el aforo para que no se exceda ese 50% establecido, pero en cines y teatros ya se podrán ocupar todas las butacas sin problema. No obstante, la mejora de la situación epidemiológica permitirá que un puñado de municipios pasen al nivel 1, donde los aforos permitidos se amplían (hasta el 75% tanto para discotecas como para comercios, gimnasios y velatorios).
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En la mayor parte del país, las restricciones han ido desvaneciéndose a medida que la gigantesca oleada de Ómicron se ha desinflado. Hay comunidades donde sólo el uso de la mascarilla en espacios interiores o la exigencia del pasaporte covid en determinadas circunstancias -en Cantabria fue una herramienta que se demostró «ineficaz», lo que llevó a las autoridades sanitarias a anularla a mediados del pasado enero- recuerdan que el virus sigue ahí y que no ha perdido su capacidad de sorprender (lo ha hecho hasta cinco veces).
A preguntas de los medios sobre la retirada de muchas de las restricciones en otras comunidades, Wallmann considera que en Cantabria se va «bastante en consonacia».
Sí ha apuntado que Cantabria empezó un poco más tarde la sexta ola y, por ello, le ha costado un poco más mejorar sus datos. «Ahora por fin lo estamos consolidando y el semáforo nos va a ir quitando las medidas, es una cuestión, probablemente, de pocas semanas», ha apuntado.
Ha insistido en que todo dependerá de la evolución epidemiológica y de la situación en los hospitales. De esta forma, se mantiene una «desescalada progresiva» y no se quiere «acelerar» demasiado.
Y cuestionado por las celebraciones de los Carnavales, el director general de Salud Pública ha explicado que al entrar la comunidad en nivel 2, no se precisa de solicitar autorización a Sanidad para llevarlas a cabo y se pueden realizar «sin ninguna restricción».
Cantabria se ha quedado a la cola en esta desescalada, junto a Murcia y Canarias, los tres únicos puntos de la geografía nacional donde se mantienen los porcentajes de aforos, aunque ya están valorando su supresión. El descenso de la presión hospitalaria, que es el bloque de indicadores que funciona como llave del cambio de nivel cuando la incidencia se dispara (y lo está desde mediados de diciembre), ha permitido a la región regresar al nivel 2. Según el director general de Salud Pública, el semáforo covid se ha adaptado «bastante bien» a la situación sanitaria provocada y no contemplan prescindir de la hermmaienta, como tampoco quitar de un plumazo todas las restricciones. Más bien hacerlo de una forma «progresiva».
La vriánte Ómicron sigue siendo la dominante y hay 72 casos «altamente sospechosos» de la 'silenciosa' aunque de momento no se percibe que sea más violenta y tampoco se está imponiendo ni se percibe un incremento de la trasmisión comunitaria.
En esta sexta ola, que Sanidad cuenta desde el 3 de noviembre, hay registrados más de 75.300 casos positivos y en ella, en la que ómicron ha sido la protagonista, sí se ha experimentado un «llamativo» incremento en las reinfecciones (esto es contagio de personas que ya habían pasado el virus anteriormente).
Concretamente, en los últimos 14 días, hay contabilizadas 486 reinfecciones, lo que suponen un 4,9 por ciento de todos los casos detectados.
Respecto a la evolución de la comunidad, Wallmann ha señalado que en la última semana se ha «consolidado» la tendencia a la baja en los principales indicadores, como la indidencia, que ha descendido en todos los grupos de edad, y la ocupación hospitalaria ha «mejorado sustancialmente».
Pese a la bajada, los indicadores de transmisión del virus siguen en nivel muy alto, ya que las incidencias acumuladas (IA) tanto a 14 como a 7 días por cada 100.000 habitantes se sitúan en 1.606 y 552, respectivamente, mientras que la positividad alcanza el 29,7%, también muy alta.
El descenso de la incidencia es más pronunciado en los grupos más jóvenes, de 0 a 9 y de 10 a 19, lo que tiene su repercusión en el ámbito de la educación, en el que hay 23 aulas confinadas -6 en Infantil, 12 en Primaria y 5 en Especial-, con un total de 181 alumnos en cuarentena.
El número de hospitalizados ha bajado «sustancialmente» hasta los 135 ingresados que hay en la actualidad, lo que supone un 9,9 por ciento de ocupación. El descenso se ha producido, sobre todo, en Valdecilla, y ha sido «más suave» en Sierrallana.
En estos momentos, las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) tiene una ocupación del 9%, con 13 pacientes, lo que supone una bajada importante respecto a los 25 que había hace una semana.
En cuanto al perfil de los hospitalizados, siguen predominando las personas mayores, sobre todo entre 80 y 90 años. Además, un 40% no presenta síntomas respiratorios, lo que hace que éstas sean hospitalizaciones de personas «más bien con Covid que por Covid».
En las residencias la situación también ha mejorado y, en estos momentos, hay 36 centros con algún brote activo -lo que, según Wallmann, supone una «clara tendencia» a la baja- y son 36 el número de usuarios hospitalizados, la mitad que en el «pico», cuando se llegó a los 72.
En cuanto a la mortalidad, Wallmann ha reconocido que en las últimas tres semanas se ha registrado un número «relativamente alto» de decesos. Concretamente, en la última semana ha habido 27.
Sin embargo, el director general de Salud Pública ha aclarado que la tasa de letalidad en esta sexta ola sigue siendo la más baja en comparación con las anteriores y está en el 0,2 por ciento.
Los fallecimientos se producen en mayores de 80 años, en el que la letalidad se sitúa en el 3,15 por ciento y luego baja «exponencialmente», siendo del 0,53% entre los de 70 a 79 años y del 0,16% entre 60 a 69 y luego por debajo del 0,3% hasta los 40 años. No se ha registrado en esta sexta ola ningún fallecido de menos de esta edad.
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