Revilla: «En Cantabria ha muerto mucha gente en soledad, sin despedirse, eso es lo más tremendo de la pandemia»

Revilla asegura sentirse «muy orgulloso» del comportamiento «extraordinario» de los sanitarios de Cantabria y destaca que la región ha estado «en la vanguardia» frente el coronavirus gracias a unos profesionales que han demostrado estar «a la altura».

La pandemia se ha cobrado en Cantabria 578 víctimas desde que la crisis sanitaria estalló en marzo de 2020. Para el presidente, lo más «dramático» es que muchas de esas personas «murieron en la absoluta soledad, sin la compañía de los familiares, eso es lo más tremendo». Además, ha resaltado que en muchos casos, los sanitarios «han sido los únicos que han podido consolar a las víctimas».

La cifra de las 578 víctimas de la región resume el negro balance tras cinco olas de la pandemia. Pero no son números, detrás de esos datos se encuentran las 578 personas con nombre y apellido que han perdido la vida en Cantabria. En el empeño de no reducir las muertes a un simple número o estadística, el Diario Montañés realizó un homenaje con los obituarios de algunos de los fallecidos para rescatar la memoria de aquellos que perdieron la vida durante la mayor crisis sanitaria de la historia.

El 17 de marzo de 2020, falleció la primera personas por covid en la Cantabria, un hombre de 88 años con patologías previas. Marzo se convirtió así en la antesala a una sucesión de meses trágicos con 60 fallecidos en tan solo dos semanas. La virulencia del virus fue tal durante el arranque de la pandemia que abril se convirtió en el mes más negro de la crisis sanitaria con 136 muertos en cuatro semanas y un balance de 196 víctimas en mes y medio. Las residencias fueron las más damnificadas de esa primera ola: dos de cada tres fallecidos por covid vivían en uno de estos centros. La primera ola dejó en Cantabria 212 fallecidos.

Tras el desconfinamiento y la desescalada, la tranquilidad llegó a la región después de la tormenta, con una sola muerte por covid en todo el mes de julio (entonces el total de decesos ascendía a 212). Pero la calma duró poco y el aumento de la presión hospitalaria tras los meses de verano se tradujo en que agosto fuera el mes del regreso de las muertes con siete nuevos decesos, que serían el anticipio del estallido de la segunda ola en octubre. En noviembre la segunda onda tocaba techo, con 60 fallecidos más, hasta llegar a la tercera ola en diciembre, sin tiempo suficiente para recuperarse de la anterior, en plenas fechas navideñas. El último mes del año sumó 84 decesos en Cantabria, que elevaban hasta los 394 los fallecidos en el primer año de la pandemia.

Tras el repunte de las vacaciones, Cantabria superó el medio millar de muertos después de casi un año de pandemia. Con la vacunación, los fallecidos comenzaron a disminuir considerablemente, pero, aunque más dispersas, la región continuó sumando muertes hasta llegar a las actuales 578 víctimas contabilizadas en Cantabria de forma oficial.