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Que la madrugada del primer día del año, cuando por tradición se pone la mirada en los paritorios de toda España en busca de los bebés que estrenan generación tras las campanadas de la Puerta del Sol, no nacieran niños en el Hospital Valdecilla ... hasta las nueve de la mañana que llegó el primero es, además de anecdótico, muy significativo. La casualidad quiso que la noticia saltara, de forma sorprendente, en el Hospital de Laredo, con diez veces menos de probabilidades de llevarse ese protagonismo. Y ahí van los números de la comparativa: Valdecilla cierra el año con 2.679 nacimientos, frente a los 308 de Laredo. Y en el Hospital Mompía, el tercero en el que es posible dar a luz en Cantabria, en este caso por la vía de la sanidad privada, el balance fue de 175.
La suma de partos constata, un año más, que «la natalidad continúa en caída libre», como describe Yolanda Jubete, jefa de Ginecología y Obstetricia de Valdecilla. «Es terrible», valora. Basta echar la vista atrás a las estadísticas para dimensionar el problema: casi dos mil niños menos han nacido en Cantabria en 2022 respecto a los registros de 2012, cuando el total fue de 5.064 partos. Unos datos que dan pie a que, de vez en cuando, se den noches tan tranquilas como la del pasado 1 de enero, para compensar, eso sí, otras de intenso ajetreo.
La gráfica de la evolución de la natalidad refleja ese descenso en picado, pese al espejismo de los datos publicados en verano, cuando «parecía que teníamos un pequeño repunte». Según el avance del primer semestre, Cantabria se situaba entre las comunidades con mayor aumento de nacimientos, con un 0,97% más que en 2021. Concretamente, en la quinta posición, por detrás de Asturias (7,56%), Madrid (5,07%), Comunidad Valenciana (2,76%) y Cataluña (1,57%). Pero el recuento anual confirma que la tendencia a la baja no ha encontrado freno. Sólo en Valdecilla, apunta Jubete, «hemos pasado de los 3.440 partos de 2017 a los 2.679 de este último año, casi cien menos al año».
A primera vista, llama la atención el salto en las cifras aportadas desde el Hospital de Laredo, con 308 partos frente a los 257 del ejercicio anterior, pero esa diferencia se explica por la menor actividad obstétrica del centro pejino en 2021, cuando tuvo que derivar a muchas de sus parturientas a Valdecilla (entre julio y septiembre) como consecuencia de su falta de anestesistas. Una decisión que a punto estuvo de repetirse el pasado verano por la misma razón, lo que forzó la orden de Sanidad de mover a profesionales del servicio de Anestesiología de Valdecilla para cubrir guardias en Laredo.
El progresivo descenso de la natalidad va parejo al aumento de las dificultades para concebir de forma natural por el retraso de la maternidad -la edad media para tener el primer hijo está en torno a los 33 años-, lo que, a su vez, reduce el número de hijos. Según informa la jefa de Ginecología, «el 30% de las mujeres que dan a luz en Valdecilla tiene entre 35 y 40 años, después hay otro 37% que está entre los 31 y los 35 años, pero tenemos un 7% del grupo de 41 a 45. Y hay incluso un 0,4% por encima de esa edad». No en vano, cuenta que «el año pasado tuvimos una madre de 52 años, procedente de una clínica de reproducción asistida». Y es ahí donde la demanda está disparada. «Es impresionante. Cada vez hay más parejas que tienen que recurrir a la reproducción asistida. De hecho, España es el país de Europa en el que más se utiliza este tipo de técnicas». En 2022, en Valdecilla se atendieron a alrededor de 800 parejas con problemas de fertilidad, y «a unas 200 se les realizaron técnicas de reproducción asistida complejas».
En la actualidad, constata Jubete, «vemos pocas embarazadas por debajo de los 30 años. Y no hay que olvidar que la edad suma riesgos, porque hay más obesidad, más morbilidad, los óvulos pierden capacidad reproductiva... y también los hombres ven mermada la calidad de su semen, ya que va en función de la calidad de vida». En este sentido, explica que el motivo de la infertilidad está igualado entre sexos, «en un tercio de los casos la causa está en las mujeres, otro tercio en los varones y el resto es una cuestión de ambos».
Lo que sí se ha conseguido reducir es la cifra de embarazos múltiples -38 hubo en Valdecilla en 2022, «un número razonable»-, después del boom de años atrás, en los que «tuvimos cifras brutales, de hasta 60 y 70», indica la ginecóloga. «La ley consiente la introducción de dos embriones, pero intentamos hacer solo uno, porque los embarazos gemelares tienen más complicaciones y no merece la pena el riesgo», añade. «En parejas con buen pronóstico se transfiere in vitro solo un embrión y se criopreservan los otros por si hiciera falta para una segunda oportunidad». Otra cosa es que se siga esa misma pauta cuando se busca el embarazo por la vía privada.
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