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La lista de espera quirúrgica del Servicio Cántabro de Salud sigue disparada y registra los peores datos de los últimos siete años. La tendencia a la baja que se había conseguido mantener la pasada legislatura se rompió en 2019, como consecuencia del impacto de ... los exámenes de las oposiciones sanitarias y de los conflictos laborales que estallaron durante la primavera, y los datos al cierre del año, que acaba de presentar la gerente del SCS, Celia Gómez, confirman el batacazo: la sanidad cántabra vuelve a acumular a más de 10.500 pacientes pendientes de pasar por quirófano –2.000 más que a finales del ejercicio anterior– y la demora media se eleva a los 100,5 días, frente a los 86,9 que se alcanzaron entonces.
Pese al negativo balance, Gómez compareció en rueda de prensa, junto a los gerentes de los tres hospitales –Rafael Tejido (Valdecilla), Mónica Hernández (Laredo) y Pedro Herce (Sierrallana)– para informar de «una situación que nos preocupa», dijo. «El volumen de pacientes en espera ha aumentado de junio a diciembre en prácticamente todas las especialidades», siendo Oftalmología y Cirugía General las que salen peor paradas de la comparativa. El dato positivo lo aporta Traumatología, que pese a ser el servicio con mayor demanda, en este recuento lograr reducir un 4% su lista de espera, pasando de 3.484 a 3.330 pacientes.
La gerente del SCS reiteró que el «efecto de la Oferta Pública de Empleo ha influido de manera importante», de tal forma que las especialidades que se han enfrentado al examen en los últimos meses, entre ellas todas las quirúrgicas, son las más afectadas. «Sabíamos que era difícil mejorar las cifras de junio a diciembre», admitió. «Prácticamente imposible», como demuestra el hecho de que lo ocurrido en Cantabria se ha repetido en otras comunidades, «como Castilla y León, Asturias, Madrid y Valencia, que afrontan también un aumento del número de pacientes y de la demora media».
Celia Gómez | gerente del SCS
Una vez reconocido el problema, «el reto está en que este sea el comienzo de la vuelta a la disminución de las listas de espera», apuntó la gerente, con la esperanza de que pueda percibirse ese «cambio de tendencia» en el balance de junio de 2020. Para ello, desgranó las causas que han llevado a que las listas retornen al nivel anterior a 2013, el año que se logró colocar la lista por debajo de la barrera de los 10.000 (9.327 concretamente, con una demora media de 101 días) y que marcó la senda de la mejoría. Empezó por las oposiciones. Gómez recordó que «hacía más de doce años que no se celebraba una oferta pública de empleo, lo que había generado una alta tasa de interinidad». Y cuantos más interinos –en términos generales, cerca del 40% de la plantilla–, más candidatos a examinarse para acceder a una plaza en propiedad. «El reto que tenemos por delante es organizar el calendario de forma regular y programada para que no tenga impacto negativo en la actividad», reconoció la gerente. Pero por si la preparación de los exámenes no era suficiente, la conflictividad laboral que marcó el final de la pasada legislatura acabó de rematar la situación de las listas de espera. Entre una cosa y otra, «se realizaron mil intervenciones quirúrgicas programadas menos».
Asimismo, desde el SCS sostienen que la vuelta a la jornada de las 36 horas semanales (que será de 35 a partir de mayo de 2020) también supone «un avance en materia de conciliación y recuperación de derechos laborales», cuyo «impacto se notará en los centros». No en vano, en 2019 supuso «seis días menos de trabajo» por profesional, que este año serán «trece o catorce». Todo ello sin perder de vista que «la demanda no para de crecer», en paralelo al envejecimiento poblacional, y que «hay cambios en la organización asistencial que mejora la calidad de vida de los pacientes (como la radioterapia intraoperatoria en casos de cáncer), pero que empeoran las listas (se ocupan quirófanos que antes se dedicaban a cirugías programadas)». De otro lado, las listas de espera de consultas han experimentado «una ligera disminución». Y es ahí donde se quiere incidir, «porque nos preocupan más tener pacientes sin diagnosticar, que pacientes diagnosticados a la espera de cirugía».
«2020 va a ser el año de la puesta en marcha de medidas para mejorar el rendimiento quirúrgico», dijo Gómez, que pasan por «optimizar el tiempo de trabajo de los profesionales», con «un mayor rendimiento quirúrgico en horario de mañana» y refuerzo con cirugías de tarde, «un esfuerzo personal y voluntario». «La solución está en manos de los trabajadores», más que en razones económicas, añadió Gómez. «No hay tanta voluntariedad como había, por eso hay que animar y ofertar esta opción a los profesionales». Respecto a la derivación a centros concertados, el SCS no contempla «en principio» un aumento. «La tasa se mantendrá estable en torno al 8%-9%». Sí cuenta, en cambio, con que este año se pueda acometer por fin la obra de los quirófanos del Hospital de Laredo, que supondría una ampliación de cuatro a seis, y con dar mayor uso al quirófano de Urgencias de Sierrallana y a los de Tres Mares. Aunque en los comarcales, reconoció, los planes estarán más condicionados por el déficit de profesionales.
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