Cantabria rompe su aislamiento en los foros entre comunidades autónomas

Después de casi una década con el modelo de reparto de fondos caducado, la socialista María Jesús Montero está dispuesta a meter mano al asunto. Abrir el melón que su antecesor, el exministro Cristóbal Montoro, prefirió apartar por su elevada conflictividad. Deberá lidiar con las dos opciones que hay sobre la mesa: equilibrar las diferencias actuales o mantener un sistema como el actual, con más diferencias entre comunidades autónomas, pero que los participantes en la cumbre de Santiago de Compostela consideran «más justo», porque se basa en la idea del coste efectivo de los servicios. Porque no es lo mismo prestar educación y sanidad de calidad en un territorio que tenga a todos sus ciudadanos concentrados en grandes ciudades que hacerlo en otro en el que ocurre lo contrario. El martes, en esta cita a ocho, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ponía como ejemplo que su región representa el 5% de España y, en cambio, tiene funcionando el 27% de todos los consultorios rurales del país.

En base a ese criterio, Cantabria es en este momento la comunidad autónoma que recibe más dinero por habitante del Estado, seguida muy de cerca por La Rioja. Para Miguel Ángel Revilla, el tema de la financiación autonómica es la gran batalla del momento. La que, junto al mapa de infraestructuras, marcará el futuro de la región. De ahí su implicación en esta cumbre con otros siete líderes autonómicos y su insistencia en destacar lo trascendental de la negociación cada vez que tiene ocasión en foros locales o nacionales. Un asunto muy técnico que el regionalista quiere bajar a ras de suelo.

De ahí la importancia que Revilla da al frente común que ha formado con sus homólogos Javier Lambán (Aragón), Concha Andreu (La Rioja), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Adrián Barbón (Asturias) y Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), además de los ya citados Núñez Feijóo y Fernández Mañueco.

Pero, más allá del contenido de la agenda, la reunión de Santiago de Compostela también es importante para Cantabria por otro motivo. Hasta ahora, la comunidad había estado excluida de estos foros autonómicos multilaterales. El documento con 35 puntos concretos que se consensuó el pasado martes en Galicia es una ampliación de otro anterior, el que salió en septiembre de 2018 de un encuentro previo celebrado en Zaragoza, y este a su vez del que unos meses antes se redactó en la ciudad de León. En ambos casos fueron cumbres de territorios en riesgo de despoblación -con la financiación autonómica como uno de los temas principales a tratar- en las que no estuvo Revilla.

Como le echaba en cara el lunes en el Parlamento la oposición, o bien porque no le invitaron o bien porque al regionalista no le interesó asistir. Lo decían, más concretamente, por otro tipo de reuniones que llevan celebrando de forma periódica los líderes de Castilla y León, Galicia y Asturias, en este caso para la inclusión de los puertos marítimos y cruces de caminos del noroeste de España en el Corredor Atlántico. Porque esta zona también fue excluida en el reglamento que la Comisión Europea aprobó en 2013, pero pudieron subirse al carro posteriormente de la mano de Fomento a través de su inclusión en el mecanismo Conectar Europa.

Más allá de las reivindicaciones de esta semana en la cumbre de Santiago, los participantes también quisieron dar un mensaje formal. Que el diálogo y el acuerdo entre políticos del PP y del PSOE -además del PRC- es posible y que, frente al separatismo catalán, la reclamación de diálogo al Estado se tiene que hacer con el objetivo de «sumar, no de restar», como apuntó García Page. Todos los intervinientes insistieron en que en el asunto del reparto del dinero van de la mano, pero que no pretenden hacer un «frente común» contra nadie, en referencia a Andalucía, Murcia, Baleares o Valencia, que defienden una posición contraria a la suya.

Y esas dos ideas -la de transversalidad y compromiso con la idea de España más allá de los frentes- son las que también ha hecho suyas Revilla con el acercamiento a Núñez Feijóo (PP) y Barbón (PSOE). Dos varones de cada uno de los dos partidos hegemónicos de la izquierda y la derecha con predicamento en Madrid y con discursos más centrados y menos altisonantes que los de alguno de sus compañeros con los que el regionalista tiene especial sintonía. Incluso presume de amistad. Los tres se encontraron en junio en Potes para participar en un acto en torno a los Caminos de Santiago y Liébana al que también fue invitado el lehendakari. Más allá del asunto turístico, cultural y religioso de la peregrinación, Revilla abrió en esa cita una vía que pretende seguir transitando.

Antes de la alianza a ocho que salió de Santiago de Compostela con el objetivo de que el Ministerio de Hacienda tenga en cuenta las reivindicaciones de las regiones más despobladas para concretar el nuevo modelo de financiación autonómica, los líderes de Asturias, Cantabria, Galicia y Castilla y León -especialmente sus consejeros de Medio Ambiente- ya han actuado con una voz común en el asunto de la protección del lobo.

Los cuatro territorios se oponen a la protección especial de la especie que, en la práctica, significa la prohibición de su caza para el control poblacional. Juntos han acudido a la Justicia para tratar de frenar las intenciones de la ministra Ribera. Mientras se resuelve el asunto, también juntos echaron abajo el reglamento sobre el lobo, que también regula otros aspectos sobre la especie