Cantabria es la segunda región con menos ejecuciones hipotecarias de viviendas

A pesar de que los hogares lo están pasando peor que nunca por el aumento continuado del euríbor, no están dejando de pagar la letra en la misma proporción. La espiral inflacionista que lo abarca prácticamente todo –alimentos, energía, hipotecas, alquileres...– ha obligado a los bancos centrales a elevar el precio del dinero para contener este fenómeno adverso. Es la única receta que conoce el sistema capitalista para deshinchar el globo, pese al elevado coste y desgaste para las familias.

Aun así, los cántabros ha conseguido cumplir con sus compromisos bancarios. El dato del INE del tercer trimestre no es malo, sobre todo si se compara con el resto del país. Además, el número de ejecuciones hipotecarias se encuentra en retroceso. Los quince procedimientos iniciados suponen un 40% menos de los que se pusieron en marcha durante el mismo periodo del año pasado y, además, un 34,7% menos que en el segundo trimestre de 2023. Así lo refleja la estadística que el INE publicó este pasado martes, cuyo objetivo principal es ofrecer de manera trimestral el número de certificaciones de ejecuciones hipotecarias iniciadas e inscritas en los registros de la propiedad.

Los datos dibujan con perfección el perfil de Cantabria. Por ejemplo, la totalidad de las ejecuciones iniciadas en el último periodo de referencia fueron sobre personas físicas –no hubo ninguna jurídica–, un 28,5% menos que en el trimestre anterior y un 37,5% por debajo que hace exactamente un año.

La mayoría de estos procedimientos que pueden terminan en la desposesión de la titularidad se correspondieron a viviendas nuevas, el 80%. Solo el 20% afectaron a casas y pisos comprados de segunda mano. Del total de fincas registradas en Cantabria, 23 vieron como se iniciaba este proceso entre julio y septiembre. Una cifra que es un 32,3% inferior a la del tercer trimestre de 2022 y un 20,6% más baja que en el segundo trimestre de este año. De las 23 ejecuciones, quince correspondieron a viviendas, tres a fincas rústicas y cinco a fincas urbanas que el INE típica como 'otras'.

Pese al difícil momento, a nivel nacional, las cifras también bajaron. El número de ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales fue de 1.721, un dato que es el menor para un tercer trimestre desde el año previo a la pandemia (2019) y que supone un descenso del 16,5% respecto al mismo tramo de 2022.

De esta manera, entre julio y septiembre se inscribieron 3.308 ejecuciones en los diferentes registros de la propiedad. De ellas, 3.138 afectaron a fincas urbanas (donde se incluyen las viviendas) y 170 a fincas rústicas. Sobre el total de fincas, Andalucía también encabezó la clasificación, con 864, seguida de la Comunidad Valenciana (652) y Cataluña (576). En el lado opuesto, Navarra (8), Cantabria (23) y País Vasco (39) fueron las que menos registraron.