Cantabria tendrá una Semana Santa sin nuevas restricciones

La propuesta inicial del Ministerio no pasaba por adelantar el toque de queda, actualmente establecido a las 23.00 horas en la región, sino por obligar fundamentalmente a los bares y restaurantes a echar la persiana antes del anochecer, lo que, según los expertos, reduciría de manera notable los temidos contactos sociales. Adelantar el toque de queda supondría tener que modificar el actual decreto de estado de alarma, del 25 de octubre de 2020, que sólo permite limitar la movilidad nocturna desde las 22.00.

Entre las comunidades ha habido división de criterios. Algunas, como Castilla y León, se mostraron a favor de la propuesta, mientras que Madrid fue la más beligerante en contra de este planteamiento. Cantabria, como adelantó el presidente, Miguel Ángel Revilla, habría apoyado la propuesta en caso de que así se hubiera decidido por parte del Ministerio y las autonomías, y eso a pesar de que la región se mantiene en un nivel de riesgo dos «holgado» que ha permitido reabrir el interior de la hostelería y retrasar a las once de la noche el toque de queda. «Cantabria se sumará a lo que se apruebe en la interterritorial. Si se dice que a las ocho, a las ocho», afirmó el jefe del Ejecutivo regional, quien recordó que Cantabria siempre ha adoptado las medidas acordadas por ese órgano, «para bien o para mal». «Es bueno que todos hagamos lo mismo. Si no hacemos todos lo mismo, pues no conseguimos nada».

Hosteleros y comerciantes no se mostraron tan comprensivos ante la perspectiva de que se limitase aún más su actividad. Así, la directora de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria, Bárbara Gutiérrez, dijo que obligar a cerrar a las 20.00 horas supondría «dar un paso adelante y cuatro atrás». «Lo único que se conseguiría con esa medida, mientras el toque de queda sigue a las once, es que sigan creciendo los botellones, que es un problema terrible, y que vayan a casas privadas a seguir la juerga». «Yo creo que al final es más fácil cerrar un bar que controlar el resto: nos hemos hartado de decir, con los datos del Ministerio, que no se ha llegado a superar el 3% de contagios en la hostelería, y creo que se debería poner el foco en el 97% restante. Ahí están los contagios que hay que atajar».

Para la Federación del Comercio de Cantabria, Coercan, que aglutina a los minoristas, aunque ese horario pueda no afectar demasiado, sí lo hace la caída de la actividad hostelera. «El sector comercial está muy ligado a la hostelería: si dejan de dar cenas y de atender a los clientes por la tarde supone un gran perjuicio para el comercio, como hemos visto durante los últimos meses: la clientela apenas consumía en los comercios por las tardes y, sobre todo la gente mayor, se quedaba en casa después de comer».

La estrategia sugerida por el Ministerio de Sanidad tampoco convenció a las grandes superficies, como explicó Rubén Santiago, representante de la Asociación Nacional de Grandes empresas de Distribución (Anged) en Cantabria. «Todo lo que sea restringir los horarios comerciales lo único que provoca es concentrar las ventas en menor tiempo y provocar más aglomeraciones en los centros comerciales, sería una equivocación».

Santiago también llamó la atención sobre los problemas de organización que origina la adopción repentina de medidas de este tipo. «Tenemos que planificar los horarios del personal en función de lo que tengamos abierto y de la afluencia de público. Si las medidas se implementan con poco tiempo de maniobra hay una pérdida de capacidad de afrontar esa afluencia de clientes», argumenta.

Carlos Restegui, propietario del cine Los Ángeles, se planteaba incluso no abrir de haber salido adelante esa propuesta ministerial. Pese a haberse desechado, incidió en la sensación de «falta de uniformidad de criterio» que se traslada con estas ideas. «Lo que no se puede es jugar con las cosas como se está haciendo, la imagen que se da es que no se sabe a qué se está: un día dicen una cosa y otro día otra. Aunque no se haya aprobado esta nueva limitación de horario, sólo plantearlo ya carga a las empresas con las dudas de lo que va a ser la Semana Santa, y te estás volviendo loco pensando qué vas a hacer. Sugerir algo así para que luego no se haga es un despropósito y lo único que se consigue es generar más incertidumbre».

El Gobierno central ya recurrió –y ganó en los tribunales en su momento– la decisión del Ejecutivo regional de Castilla y León de iniciar por su cuenta el toque de queda a las 20.00 horas para frenar los contagios, y desanimó al País Vasco cuando este sopesó limitar la actividad no esencial hasta las 18.00 horas con idéntico objetivo. El lógico que, tras aquel rechazo, ahora haya provocado cierta sorpresa que Sanidad lanzara al aire una medida en esa misma línea.