«En Cantabria tendemos a pensar que para emprender hay que irse fuera»

Las mujeres jóvenes que residen en el medio rural desempeñan un papel crucial en la organización territorial y social de estas zonas y son, además, un factor importante para fomentar la innovación y el emprendimiento rural». Este es uno de los principales argumentos del informe 'Jóvenes emprendedoras en el medio rural' elaborado por el Observatorio del Emprendimiento de España, en colaboración con Reale Seguros, que se presentó ayer en un acto organizado por El Diario Montañés en el Centro Cívico Tabacalera de Santander, con el patrocinio de la compañía aseguradora.

El Observatorio del Emprendimiento de España (OEE) se creó hace 25 años en colaboración con dos universidades de Estados Unidos e Inglaterra. Y tal y como explicó su presidenta, Ana Fernández Laviada, su principal objetivo es estudiar el fenómeno emprendedor «a través de valores, percepciones, actitudes, perfiles, actividades, contexto... De todas aquellas variables que influyen a la hora de poner en marcha una actividad emprendedora, poniendo el foco en las mujeres jóvenes entre los 18 y los 45 años, que viven en municipios de hasta 5.000 habitantes».

El acto arrancó con una bienvenida de Arancha Escalada, directora de Sostenibilidad de Reale Seguros, que destacó el papel esencial de la mujer joven, dando voz al mundo empresarial, femenino y rural, contando con el testimonio de cuatro mujeres inspiradoras que han apostado por su sueño aquí, en Cantabria, sin necesidad de irse fuera. «Aunque pueda sonar a tópico, estos modelos de negocio son un referente». Tras la presentación de los principales bloques que estructuran el informe y que analizan, entre otros aspectos, las características de los negocios, sus expectativas de empleo, el sector y el grado de innovación e internacionalización de los mismos, se dio paso a la mesa redonda moderada por la experta en sostenibilidad empresarial y emprendimiento, Sandra Castañeda.

A través de sus testimonios, Sara Martín, copropietaria de Granja Santa Ana, en Santoña; Sarah Hart, gerente de la quesería La Lleldiría, en San Roque de Riomiera; Ana Portillo, fundadora de la empresa Viento Sur Asistencia (servicio de ayuda a domicilio), en Liébana, y Paula Andrés, de Botánica Textil, en Cabezón de la Sal, demostraron estar sobradamente preparadas, haber generado arraigo en el territorio, dinamizado la actividad económica local y haber puesto freno a la despoblación. Pero antes de emprender «tenemos que aprender a identificar una necesidad». El mundo rural ofrece muchas oportunidades y «tenemos que saber mostrárselas a los jóvenes».

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