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Justo en una semana comenzará la vacunación anticovid de los niños de 5 a 11 años, uno de los rangos de edad en los que se está concentrando más la transmisión en esta sexta ola. «Es un patrón que se está viendo por igual en ... todas las comunidades autónomas: el virus busca dónde lo tiene más fácil. En los últimos 14 días, la incidencia en los niños de 0 a 9 años se ha situado en 359 casos por cada 100.000 habitantes, lo que tiene un impacto alto en el ámbito educativo, porque se confina a toda la clase en la que hay algún positivo. Esto justifica el despliegue de la campaña de vacunación», señaló Reinhard Wallmann, director general de Salud Pública, al término de la comisión nacional en la que se aprobó la incorporación de los niños a la estrategia.
Será a partir del 15 de diciembre cuando se empezarán a administrar las primeras dosis a este segmento de población, con el compuesto de Pfizer, comercializado bajo el nombre de Comirnaty, con un tercio de la cantidad administrada en adultos, es decir, diez microgramos, en lugar de treinta. Está previsto el envío de los viales pediátricos a partir del próximo lunes, en proporción al número de candidatos a recibirlos en cada comunidad, que suman 3,3 millones de menores en toda España. «Calculamos que la diana en Cantabria es de unos 38.000 niños», apunta Wallmann, que se irán llamando de mayor a menor edad.
Aunque el Servicio Cántabro de Salud aún está trabajando en la planificación de esta nueva fase de la campaña, la idea inicial es concentrarla en un número determinado de centros de salud (mediante autocita), de forma que queden cubiertas todas las zonas básicas de salud, y hacerlo por las tardes y los fines de semana para facilitar el acceso y no tener que depender de horarios de trabajo de las familias, evitando al mismo tiempo que los pequeños falten a clase. No obstante, será el jueves cuando se concrete este proceso, según indican fuentes del SCS. Las segundas dosis se pondrán tras un intervalo de ocho semanas.
«Los padres nos preguntan bastante sobre la vacunación, sobre todo si tienen hijos con alguna patología o si dependen del cuidado de los abuelos», señala María Jesús Cabero, jefa de Pediatría de Valdecilla. Y siempre responde en el mismo sentido: «La vacunación es eficaz y segura. No hay prisa, se puede hacer de forma tranquila, pero tenemos que animar a las familias a que vacunen a sus hijos. Los niños también necesitan normalizar sus relaciones interpersonales después de tantas restricciones».
Un mensaje que coincide con el que lanzan desde la Asociación Española de Pediatría, que recuerda que aunque el covid en los menores de 12 años se presenta, en general, con cuadros leves y asintomáticos –pasa casi en la mitad de los casos–, el riesgo cero no existe. En estos momentos, entre los 45 hospitalizados en Valdecilla por covid consta un menor. Los pediatras confían en que las vacunas ayuden a reducir la incidencia de contagios entre los niños por debajo de los 12 años, que es el doble que la media general, con 450 casos por cada 100.000 habitantes. Sólo en la última semana, se han confirmado en Cantabria 137 positivos en menores de 9 años, cifras sólo superadas por las franjas de edad de 40 a 49 años (190) y de 50 a 59 años (148).
«No podemos plantearnos dudas sobre las vacunas a largo plazo, porque lo que no se sabe son las consecuencias del propio virus a largo plazo. Probablemente, lo mejor sea no pasarlo», opina Cabero. Sanidad confía en que la respuesta de las familias siga la senda de cuando se abrió la campaña al grupo de 12 a 19 años, con una cobertura del 90%, que se va completando de forma progresiva a medida que se incorporan los niños que van cumpliendo los 12 años.
«Nunca se ha hecho un seguimiento tan excepcional de un medicamento. El engranaje está engrasado y ha funcionado a la perfección», resalta Mario González, médico responsable del Centro de Farmacovigilancia de Cantabria, que incide en la seguridad de las vacunas. «Se ha demostrado ya que en la población adolescente no ha habido ningún sobresalto, por lo que ahora esperamos que la vacuna se comporte igual con los niños», indica. «Tenemos un factor de seguridad extra, que son los países que van por delante (Estados Unidos e Israel), donde se ha vacunado a miles de niños y no se han registrado sustos», añade.
«La transmisión ahora está en los niños y es cierto que, aunque la mayor parte lo pasan sin complicaciones (muchas veces sin apenas síntomas), no deja de haber algún caso grave, sobre todo si tiene algún factor de riesgo en forma de patología. La vacunación no sólo busca protegerse a uno mismo, sino a la comunidad», recuerda González. Sobre los efectos secundarios, explica que «lo esperable son las molestias locales (dolor en el brazo del pinchazo), ganglios en la zona axilar –relativamente frecuente en adultos y adolescentes–, así como el malestar general o la febrícula, pero el riesgo de pericarditis o miocarditis se ha demostrado que es excepcional y que, si se vigila –y eso se está haciendo de forma fabulosa–, tiene una evolución favorable».
reinhard wallmann | Director de Salud Pública
María Jesús cabero | Jefa de Pediatría de Valdecilla
Mario González | Centro de farmacovigilancia
Desde Salud Pública confirman que «estamos en el momento de mayor impacto en el ámbito educativo», pero sin embargo es un tipo de rastreo (en Infantil y Primaria se pone en cuarentena el aula completa en caso de un positivo) en el que «se detectan muy pocos casos secundarios, lo que demuestra dos cosas: que la mayoría de estos alumnos se contagia en el ámbito doméstico y que el colegio es un entorno muy seguro». De hecho, matiza Wallmann, el porcentaje de positivos en clase derivados de un infectado es del 3%, cuando en otros rastreos llegamos al 16% e incluso, en algunos casos, al 30%». Con la vacunación, las autoridades sanitarias esperan en esta nueva fase disminuir la carga de enfermedad del colectivo infantil y la transmisión en el entorno familiar y en los centros educativos.
No es que el porcentaje esté desbocado, pero es el más alto y no ya de este año escolar, sino de los dos cursos de educación presencial en pandemia. Los colegios cántabros se han asomado al puente festivo con la proporción de aulas confinadas más elevada de la serie que, a diario, da a conocer la Consejería de Educación y FP. En Infantil y Primaria, la incidencia covid es del 2,86%, cuando el curso pasado no superó en ningún caso el dos por ciento. ¿Y qué significa ese 2,86%? Que los centros educativos han llegado a estos cinco días no lectivos con 78 grupos de Infantil y Primaria en cuarentena; 78 de un total de 2.721 clases en ambas etapas. Traducido en alumnos, las cuarentenas afectan a 1.357 estudiantes de las etapas educativas iniciales.
De este modo, las consecuencias del covid en el ámbito educativo se concentran claramente en Infantil y Primaria. No en vano es el alumnado que aún está sin vacunar. Por contra, en Secundaria (ESO y Bachillerato) solo 5 estudiantes están en situación de cuarentena.
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