«Entre uno y dos cántabros acuden cada día a Urgencias con conductas suicidas»
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El jefe de servicio de Psiquiatría de Valdecilla, Jesús Artal, advierte de que es la primera causa de fallecimiento entre los jóvenesNACHO GONZÁLEZ UCELAY
Santander
Jueves, 10 de octubre 2019, 07:22
El jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Valdecilla, Jesús Artal, calcula que cada día acuden a las urgencias de los hospitales de la comunidad autónoma «entre una y dos personas» con conductas relacionadas con el suicidio. «Y estamos por debajo ... de la media del país», subraya el especialista, que reconoce que la salud mental «no ha aumentado proporcionalmente al bienestar social por motivos educacionales que se escapan al ámbito psiquiátrico».
En una entrevista concedida al Colegio Oficial de Médicos de Cantabria al hilo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra hoy, 10 de octubre, Artal admite un incremento de las patologías psiquiátricas en la región. «No han crecido las graves», aclara, «pero sí aquellas relacionadas con el estrés, los trastornos de personalidad y los adolescentes».
27 personas se suicidaron en 2017 en Cantabria, una cifra inferior a las recogidas en los años precedentes, exceptuando la de 2016, cuando se produjo un repunte que situó a la región en los 41.
629 intentos. La Consulta de Alta Resolución del Suicidio (CARS) del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla ha atendido a 629 personas que han protagonizado al menos un intento de suicidio entre 2016 y el mes de junio del actual.
20 menores de la región con problemas psiquiátricos ingresaron el año pasado en hospitalización total.
180 profesionales integran la Unidad Psiquiátrica del Hospital Valdecilla, inaugurada en el año 1929.
También ha observado un aumento «importante» de las urgencias psiquiátricas, lo cual ha requerido un refuerzo de los recursos. «Hasta hace cuatro años carecíamos de hospitalización completa de niños y adolescentes», indica Artal. «Teníamos que derivarles a otras comunidades autónomas con el consiguiente sufrimiento de los pacientes y sus familias», afirma el psiquiatra, que, en ese sentido, ha visto corregido en buena parte este problema. «El año pasado ingresamos aquí a más de veinte menores en hospitalización completa».
Luego de ofrecer una radiografía de las patologías psiquiátricas, el especialista acota su entrevista al ámbito de las conductas suicidas para abordar cifras que ponen los pelos de punta.
Dice Artal que a pesar de que Cantabria está entre las cuatro comunidades autónomas españolas con menos tasa de suicidios, «esta es la primera causa de fallecimiento entre los jóvenes cántabros», por lo que el abordaje de tal conducta «tiene que ser muy importante en el ámbito sanitario». En este sentido, el doctor explica que en Santander, por ejemplo, «tenemos un programa desde 2016 con una consulta específica de atención a las personas con alto riesgo de suicidio que da respuesta en un plazo de entre 24 y 72 horas.
Y, además, aquellos pacientes cuya patología no obliga a ingresarles, «tienen en el Hospital Valdecilla una Consulta de Alta Resolución del Suicidio (CARS)», oficina en la que desde 2016 hasta junio de este año «hemos atendido a 629 personas que habrían intentado suicidarse». Una cifra espeluznante que él resume con un porcentaje revelador. «Entre una y dos personas acuden cada día a las salas de Urgencias del Servicio Cántabro de Salud (SCS) con una ideación suicida».
De acuerdo con la información que maneja el jefe de Psiquiatría, en 2017 se suicidaron en Cantabria 27 personas, una cifra inferior a la recabada en años anteriores exceptuando 2016, cuando se produjo un repunte: 41. Esto, sin olvidar que España «es uno de los países del mundo con los índices de suicidios más bajos» -según los últimos datos publicados por el INE, la tasa en 2017 era de 7,9 por 100.000 habitantes/año-, recuerda Artal, que insiste en la gran importancia que tiene ofrecer una respuesta inmediata al paciente.
Con todo, el doctor y su equipo (la Unidad de Psiquiatría cuenta con la aportación de 200 profesionales) miran al futuro con optimismo porque han comprobado que el porcentaje de pacientes psiquiátricos que pueden hacer una vida normal «ha crecido mucho gracias a los dispositivos hospitalarios y a los nuevos tratamientos», que, según dice, «han evolucionado muchísimo».
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