El tren deja tirados a 300 cántabros que regresaban de Fitur: «Esto empieza a ser una mala broma»

«No ha sido por la catenaria», decía a este periódico desde el vagón la consejera de Economía, Ana Belén Álvarez. Y es que para los cántabros, eso de que la catenaria se rompa no es una novedad. Pero esta vez el problema es que «el freno no levanta la parte delantera». Por megafonía únicamente les informaron de un «fallo técnico» mientras les aseguran que buscaban medios de transporte alternativos para recogerles y llevarles a casa. Daba más detalles Óscar Villegas, alcalde de Puente Viesgo, otro de los afectados: «Iba hablando por el móvil un mecánico y hemos oído que se había quedado sin aire el sistema de frenado».

Los nueve vagones estaban llenos. Los políticos y empresarios que regresaban de Fitur lo hacían con muy buen sabor de boca. El stand de Cantabria se había llevado todos los honores y era uno de los temas que iban comentando a medida que iban subiéndose al tren y viendo caras conocidas. El cocinero Jesús Sánchez, la número dos del PSOE, los alcaldes regionalistas de Ribamontán al Mar y Medio Cudeyo, alguno de Liébana... El regidor de Villaescusa, Constantino Fernández, era otro de ellos: «Estamos desesperados. Tenía que haber llegado a Tanos a las once de la noche y son más de las doce y aquí estamos parados». También el portavoz de Ciudadanos, Félix Álvarez, que pensaba que «no llegaremos a casa hasta las tres o cuatro de la mañana» y no dudó en contarlo en Twitter: «Esto ya empieza a ser una mala broma. Al próximo que me hable del AVE le tiro del bigote».

Hasta ese momento el viaje parecía normal. De hecho todos los consultados por este periódico comentaron que el tren salió en hora de Madrid. Venían tranquilos, hablando de lo orgullosos que estaban de la presencia de la región en la feria. Iban entretenidos cuando, de repente, algo empezó a fallar. El tren empezó a perder fuerza... Parecía que era cosa de un momento y volvió a coger un poco de velocidad, pero nada. Empezó a ir marcha atrás y volvió a parar. Otra vez para adelante pero sin fuerza... «Estábamos en mitad de la nada», dice la consejera de Economía.

En la estación de Alar el termómetro marcaba cuatro grados, pero sí reconocen que dentro del tren no hacía frío. Villegas, que se apeó en Santander casi a las tres de la madrugada. Ya por la mañana, todavía con ojeras, prefería quedarse con la parte buena de haber tenido un rato extra para intercambiar impresiones sobre Fitur: «Pese al trastorno, todo el pasaje se comportó estupendamente. De hecho al llegar nos lo agradecieron los trabajadores de Renfe».

Poco a poco y a una velocidad de tortuga llegaron a la estación de Alar del Rey y de allí no se movieron. Estaban cansados después de un día largo y con ganas de llegar a Cantabria. «No podemos hacer nada», dijo Álvarez, la misma frase de impotencia que repitió el alcalde de Villaescusa y el portavoz de Ciudadanos. «Los problemas técnicos no paran de sucederse en este tren», insistía un empresario enfadado que no es la primera vez que se encuentra en esta situación.