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La mayoría de los cántabros cree que la situación general de la región empeorará en los próximos años, según se refleja en la Encuesta Social de Cantabria 2020, y eso a pesar de que se constata una «mejoría global» de las condiciones económicas de los ... hogares respecto a la anterior consulta, realizada en 2017: el trabajo revela, por ejemplo, que el porcentaje de familias que pasan apuros para llegar a fin de mes ha descendido en un 11% en los tres últimos años.
La consejera de Economía y Hacienda, María Sánchez, y el director del Instituto Cántabro de Estadística (Icane), Héctor Sánchez, presentaron ayer las principales conclusiones del estudio, una «fotografía fiel de las condiciones de vida y hábitos de consumo» de la población, en palabras de la primera. De la encuesta se desprende también que los cántabros no están satisfechos con la marcha de la economía (52,1%), ni de la educación (36,5%), mientras que aprueban la sanidad (54,7%), los servicios sociales (36,6%), el medio ambiente (39,5%) y la cultura (40,3%).
Hogares La encuesta constata una «mejoría global» de sus condiciones económicas respecto a 2017
2.200 euros son los ingresos mensuales medios de los hogares cántabros.
97.328 es la cifra de hogares que encuentran dificultades para llegar a fin de mes.
16.310 mujeres viven solas, bastantes más que los hombres en esa situación: 13.658.
Sueldos Un 47% de las mujeres trabajadoras cobra menos de 1.500 euros, frente al 31% de los hombres
Emigrar Los encuestados creen, en su mayoría, que para encontrar un buen trabajo hay que salir fuera
66,9% de la población confía en la Policía: es la institución que le resulta más fiable.
8,1% de los participantes en la Encuesta Social de Cantabria cree en los políticos.
85,39% de quienes acudieron a un hospital público se mostraron satisfechos con su atención.
Perspectivas El 57,7% de los encuestados dice que la situación de la región empeorará en un lustro.
Para la consejera, la perspectiva sombría que han expresado los cántabros sobre el futuro próximo de la región puede estar influida por el momento en que se obtuvo ese dato, en el tercer trimestre del año pasado, cuando «acabábamos de salir de un confinamiento duro, la vacuna todavía era un deseo, los ERTE estaban en rodaje y la Unión Europea no había decidido el grado de actuación que se iba a implementar». En su opinión, ahora que el coronavirus está bajo control y la gente hace una vida «prácticamente normal», y cuando «todos los indicadores de la economía auguran un crecimiento notable para 2022», el resultado de la consulta sería muy distinto. «Estoy segura de que la respuesta a esta pandemia mundial ayudará a que esta última cuestión tenga una gráfica en forma de V y hará que los cántabros y las cántabras recuperen el optimismo de años anteriores cuando volvamos a preguntarles en 2022».
Hasta entonces, el 57,7% cree que la situación de Cantabria empeorará en el próximo lustro, mientras un 23% considera que será parecida y un 10,7%, más optimista, está seguro de que mejorará.
La Encuesta Social de Cantabria es un estudio, que desde 2013 tiene periodicidad bienal, con el que el Instituto Cántabro de Estadística (Icane) realiza una «radiografía» de la sociedad regional, según explicó su máximo responsable, Héctor Sánchez. La crisis sanitaria es la causante del retraso de esta edición, correspondiente a 2020, cuando la anterior databa de 2017. Para elaborar el trabajo, se han realizado encuestas a casi 1.800 personas de toda Cantabria entre junio y octubre del año pasado. La edición de 2020 consta de casi 200 páginas y está disponible en la dirección web www.icane.es.
La cifra de hogares en Cantabria en 2020 es de 241.700, con un tamaño medio de casi tres miembros. En el 66,4% de los casos es el hombre quien lleva el dinero a casa, frente a un 33,6% en que la sustentadora principal es una mujer. Es ella la que está cargo de la mayoría de hogares en que hay un solo progenitor (6.712 frente a 2.329), y, en comparación con los hombres, también es más frecuente que vivan solas (16.310 frente a 13.658).
Los ingresos medios de los hogares se cifran en unos 2.200 euros mensuales, cuando en la anterior encuesta, en 2017, ascendían a 2.000. Un 5,18% dispone de una renta mensual (tras pagar impuestos) de hasta 600 euros, y, en el otro extremo, un 15,83% supera los 3.000. Más de la mitad de las familias (el 56,2%) debe hacer frente al pago de una hipoteca, con un gasto medio de 462 euros mensuales. La mayoría de los ingresos proviene del trabajo -un 78% frente al 71% de 2017- y de las prestaciones contributivas -un 27%, muy inferior al 37% de 2017-. La encuesta indica que casi un 47% de las mujeres trabajadoras tienen salarios inferiores a 1.500 euros, algo que solo le ocurre al 31% de los hombres.
La capacidad de llegar a fin de mes también ha mejorado en comparación con 2017: el número de hogares con dificultades baja un 11%, con un descenso del 2% de aquellos que pasan grandes dificultades. Aún así, el número de familias que pasa apuros sigue siendo altísimo, 97.328 en total.
Estos resultados están directamente relacionados con la situación laboral de quienes integran el hogar, y se constata un aumento del porcentaje de núcleos familiares con personas activas en las que alguno de sus miembros está trabajando (92,9% en 2020; 91,2% en 2017), sin que apenas varíe el de los que tiene a todos ocupados (73,7% y 73,8%). Mayor es el cambio en los hogares con activos parados, que han crecido del 26,6% al 27,5%, y también en aquellos en que todos sus miembros activos están desempleados, el 12,3% frente al 10% de 2017. Entre los hogares con activos parados, en un 62,97% de ellos no se cobra ninguna prestación.
En líneas generales, la mayoría considera que su situación es similar a la del año anterior (59%), y que dentro de un año también será parecida (46%). El porcentaje de hogares en que se piensa que todo empeorará ha pasado del 22% al 26,5%.
La población activa representa el 59,5% de los cántabros de 16 años en adelante, cuando en 2017 era el 61,1%. Se debe al aumento de peso de los pensionistas y jubilados, un grupo de población que ha crecido del 27% al 29%.
El paro castiga, según la encuesta, al 9,1% de la población, algo menos que en 2017 (9,5%). Por el contrario, se ha incrementado el tiempo que quienes están desempleados llevan en esa situación, 14,4 meses frente a los 13,6 del informe anterior. La evolución de la duración, no obstante, es distinta en el caso de los hombres (se reduce de 14 a 12 meses) y de las mujeres (crece de 13 a 15,7 meses).
Las opiniones respecto al mercado de trabajo en Cantabria no difieren de las expresadas en la Encuesta Social de 2017. Los participantes ven muy difícil encontrar un puesto de trabajo igual o mejor al que tienen, y también consideran complicado iniciar un nuevo negocio.
Los cántabros creen, en su mayoría, que los puestos a los que se puede optar en la región no son principalmente cualificados, y que para dar con un buen empleo hay que marcharse fuera. Ese pesimismo sobre el mercado de trabajo también se observa ante la opinión mayoritaria de que los contratos que se ofertan en Cantabria no son estables, y que contar con relaciones personales sigue siendo una gran ayuda a la hora de encontrar un empleo, aunque cada vez en menor medida. El autoempleo gana puntos como opción ante el problema del paro.
A pesar de la crisis sanitaria, la valoración del sistema sanitario es buena y similar a la de la Encuesta Social anterior. La consejera de Economía, María Sánchez, subrayó que, tanto en el ámbito público como en el privado, «los servicios sanitarios cuentan con la aprobación mayoritaria de la ciudadanía», destacando especialmente el aumento de la satisfacción entre los que acudieron a un hospital público (un 85,39% de quienes los utilizaron) y los servicios de urgencias (78,78%). No obstante, Sánchez reconoció que la opinión ha empeorado «ligeramente» tanto en el caso de los usuarios de centros de salud (baja del 85,85% al 77,69%), y especialistas públicos (del 85,07% al 81,68%), como en relación al hospital y las consultas de especialistas privados (del 87,40% al 77,81%, y del 91,26% al 89,89%, respectivamente).
La Policía es la institución en la que más confían los ciudadanos, exactamente el 66,9% de ellos, aunque el porcentaje se ha reducido respecto a 2017, cuando contaba con el aprecio del 73,8%.
El 41,9% de los cántabros confía en el sistema legal, que ocupa el segundo puesto en la estimación de la gente, aunque el porcentaje también ha empeorado desde la última encuesta (48,7%).
Los gobiernos municipal, regional y nacional ven aumentar en esta última consulta la confianza que se tiene depositada en ellos: en el caso de los ayuntamientos, crece del 32,2% hasta el 35,5%;en el caso del Gobierno autonómico, pasa del 28,2% al 31,2%. Por su parte, el Ejecutivo central goza de la confianza del 22,3% de los cántabros, cuando en 2017 era del 21,3%.
Los políticos, en cambio, acentúan su descalabro: si en 2017 solo un 9,4% de la población de Cantabria creía en ellos, en 2020 se ha reducido aún más, hasta el 8,1%.
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