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Las caprichosas formas que esculpe el Ebro
RUTA 623 | ETAPA 5 | CABAÑAS DE VIRTUS-MATA

Las caprichosas formas que esculpe el Ebro

La fuerza erosiva del agua imprime el carácter a la primera etapa burgalesa, salpicada de hoces y cascadas

Rafa Torre Poo

Santander

Martes, 14 de diciembre 2021

Una vez superado el serpenteante puerto de El Escudo y atravesado el límite provincial con Burgos, la Ruta 623 se da de bruces con la meseta castellana. Un altiplano que, en sus primeros kilómetros, está cortado a cuchillo por el Ebro, el río que da nombre a la península ibérica. Un arroyo que brota a los pies del pico Tres Mares –el Híjar renacido en Fontibre– que, tras la tranquilidad de haber sido embalsado, fluye encabritado rumbo al Mediterráneo. Ese ímpetu norteño es el responsable de las caprichosas formas que modelan los paisajes en forma de hoces, cañones y cascadas de esta quinta etapa de la denominada N-623.

Aunque Cabañas de Virtus es el punto de partida, lo primero que se encuentra el viajero tras cruzar el mojón y adentrarse en tierras burgalesas es una extraña construcción piramidal. Está en el mismo alto, en la margen derecha, pegada a la carretera. Una construcción anacrónica de veinte metros de altura y 18 niveles diferentes que el dictador Francisco Franco regaló a su homólogo Mussolini: la pirámide de los italianos.

Vídeo. Interior de la Pirámide de los Italianos, en el alto de El Escudo, repleta de nichos vacíos. Pablo Bermúdez

Fue el pago del favor en forma de tropas que ayudó a los golpistas en su avance hacia Santander tras la insurrección militar que desembocó en la Guerra Civil y la abolición de la República. Actualmente se encuentra en estado de abandono. En su momento, acogió 372 nichos de soldados y generales transalpinos fallecidos en los alrededores. Un terreno propicio para el misterio y las leyendas, en el que los amantes de la parapsicología aseguran haber grabado psicofonías.

No es el único vestigio franquista en la Ruta 623. Unos kilómetros adelante un enorme águila de mármol venido a menos –por aquello del vandalismo y el pillaje– aún homenajea, pese a la Ley de Memoria Histórica, al general Sagardía. Otro franquista apodado 'el carnicero de Pallers'.

Vídeo. La playa de Arija en el embalse del Ebro es otro de los reclamos de la quinta etapa. Pablo Bermúdez

El embalse del Ebro da de nuevo la bienvenida al viajero antes de retomar el camino. Una inmensa laguna artificial que Arija ha convertido en su principal reclamo. Para llegar sólo hay que desviarse 10 kilómetros en Cabañas de Virtus. La recompensa es una acogedora localidad bañada por el embalse y una coqueta playa fluvial de fina arena. Un paraíso para los amantes de los deportes acuáticos, especialmente del kitesurf, que aprovechan las bonanzas de los vientos del norte tan característicos en esta zona. También los amantes de la ornitología tienen aquí un punto para deleitarse con la gran variedad de especies que habitan en el embalse.

Marrón y verde

Toca regresar a la Ruta y continuar rumbo al sur. Sin apenas dificultad se llega al puerto de Carrales, a 1.020 metros de altitud. Antes de coronar, a ambos lados de la carretera, un inmenso hayedo saluda al viajero y lo adentra en un fantasmagórico juego de luces, sombras y colores. Especialmente recomendable es detenerse para hacer una ruta de senderismo durante el otoño, cuando los marrones y ocres ofrecen su paleta al completo.

Vídeo. El hayedo de Carrales, en la cima del puerto, expone su mejor gala cromática durante el otoño. Pablo Bermúdez

Algo parecido, pero a la inversa, sucede con los verdes de la primavera. Este hayedo es, además, uno de los bosques caducifolios mejor conservados de la provincia burgalesa.

El hayedo de Carrales es el punto de inicio del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón. La fuerza del agua de ambos ríos ha llenado de cicatrices la meseta en forma de impresionantes cañones. Pesquera del Ebro, a la que se llega tras dejar a la derecha la N-623, ofrece uno de los mejores miradores para contemplar la potencia excavadora del Ebro. Un templo para los amantes del barranquismo y el 'rafting' o descenso de cañones.

Vídeo. Vista desde lo alto de Orbaneja del Castillo. Pablo Bermúdez

Hay que estar bien atento para no saltarse, en el kilómetro 61, el desvío hacia Orbaneja del Castillo. Una de los pueblos más turísticos de Burgos por la belleza de su conjunto arquitectónico y la del paisaje en la que se enclava. Aquí el agua –la del Ebro, de nuevo– es la protagonista. Contemplar su cascada, su cueva o las curiosas formas de la curva del cañón que las protege es uno de los atractivos. El otro, sin duda, es su gran oferta gastronómica, repleta de restaurantes que ponen sobre la mesa las bonanzas de la despensa castellana.

En el camino de regreso a la Ruta 623, si no se ha hecho a la ida, es aconsejable parar en la localidad de Escalada. A los pies de la carretera nacional, esta localidad es famosa por la iglesia de Santa María la Mayor, que tiene una portada románica con restos de policromía y sus destacadas seis arquivoltas.

El impulso de lo desconocido

Retomando el curso de la Ruta 623 toca avanzar. Quintanilla-Escalada es un buen lugar para repostar y comer. Dos bonitas áreas recreativas junto al río permiten al viajero desconectar de la conducción. Un poco más adelante se encuentra Valdelateja. Pueblo de postal con cascadas, oferta de restauración y un bonito conjunto arquitéctonico. Quien vaya con prisa puede parar a contemplar las vistas desde un mirador en la misma N-623. En San Felices de Rudrón, un poco más adelante, se puede tomar el camino hacia Sargentes de la Lora donde hay un curioso Museo del Petróleo. Esta zona extractiva ofrece estampas de película americana en los dos pozos que hay en Valdeajos de la Lora y el que tiene la Compañía Petrolífera de Sedano.

Covanera es la capital mundial del espeleobuceo. Es una parada recomendable. Apenas hay que recorrer 300 metros a pie para llegar a esta surgencia de agua que es la cueva subacuática más larga del mundo. Hasta el momento los mejores buceadores han llegado a explorar 13,7 kilómetros. Para hacerse una idea de este enclave es buena idea parar en el bar Muñecas, convertido en pequeño museo de la cavidad.

Vídeo. El Pozo Azul, en Covanera, es la cueva subacuática más larga del mundo: se han explorado casi catorce kilómetros sin encontrar el final. Pablo Bermúdez

Pero el Pozo Azul no sólo es un reclamo para los buzos. En los meses veraniegos se llena de cientos de valientes bañistas. Valientes porque la temperatura del agua apenas varía durante el año: unos once grados de media.

Los moteros tienen un aliciente nada más abandonar Tubilla del Agua, el siguiente pueblo a Covanera, y ascender al Portillo del Fresno (1.050 metros) y el Páramo de Masa (1.050 metros). Una vasta extensión de terreno llano con una recta kilómetrica salpicada de aerogeneradores eólicos. Una estampa que recuerda a la archifamosa Ruta 66 norteamericana.

Tras cruzar el Páramo se llega a Quintanilla Sobresierra, famosa por su potente industria armamentística –fabrica armas y munición para las Fuerzas Armadas españolas y las de más de sesenta países de todo el mundo–. Mata, a 24 kilómetros de Burgos es el último pueblo de esta quinta etapa de la Ruta 623 tras 63 kilómetros de recorrido.

Puntos de interés

  • Arija. Es uno de los desvíos obligados de la ruta. Famosa por su playa de fina arena en el embalse del Ebro, es ideal para los amantes del kitesurf. Paraíso para los ornitólogos.

  • Hayedo de Carrales. Se encuentra en el puerto de Carrales. Es uno de los bosques caducifolios mejor conservados de Burgos. Alberga numerosas rutas de senderismo. Especialmente vistoso durante el otoño.

  • Orbaneja del Castillo. Otro de los desvíos recomendados. Considerado como uno de los pueblos más bonitos de Burgos. A los pies del Ebro, es famoso por su conjunto arquitectónico y su bella cascada. Ideal para visitar con tranquilidad y disfrutar de su amplia oferta gastronómica.

  • Covanera. Pequeño pueblo junto a la N-623 famoso por su Pozo Azul. Una surgencia color turquesa, paraíso de los espeleobuceadores. Han explorado 13,6 kilómetros y aún no han llegado al final de la cavidad.

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