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A principios de este mes se dejaban ver en la costa cántabra las primeras carabelas portuguesas de la temporada. Eran pocas y de pequeño tamaño, por lo que la alerta no era todavía excesiva. Eso sí, desde Cruz Roja ya sabían que cuando aparece ... una, vienen más detrás. Así ha sido. Hasta hoy se han localizado más de mil carabelas portuguesas en las playas de Cantabria y se han tenido que atender 50 picaduras, aunque ninguna grave.
Estas cifras demuestran que las carabelas han llegado para quedarse este verano. Sin embargo, todavía no se ha dado una situación lo suficientemente alarmante como para prohibir el baño en las playas. «Para cerrar el baño es necesario que se de un número de avistamientos considerados en la misma zona. Es decir, tener más de quince carabelas portuguesas en la misma playa. Pero si vemos que hay peligro o que tenemos que atender picaduras importantes, las cerraremos», explica el director de Emergencias de Cruz Roja Cantabria, Agustín Salán.
Lo que sí ha tenido que hacer el equipo de socorristas de la Cruz Roja ha sido izar la bandera de medusas en más de una ocasión y en según que playas. «Donde más carabelas hemos encontrado ha sido en la zona de Laredo, Santander y Liencres por el nordeste que ha habido estos días», detalla Salán. Eso sí, advierte de que «hay presencia en todas las playas». Si en los últimos días ha paseado por la orilla de alguna de ellas habrá podido atisbar algún ejemplar de carabela portuguesa postrado en la arena y rodeada con un círculo. Es el protocolo que los ciudadanos suelen llevar a cabo por cuenta propia, para evitar que los bañistas las pisen antes de ser recogidas por los socorristas. «Nosotros las retiramos siempre con guantes y las metemos en una bolsa hasta que vengan los servicios de limpieza municipales y se las lleven», cuenta el director de Emergencias.
Esas son las medidas que se estás llevando a cabo hasta ahora en nuestra comunidad. Donde han ido más allá ha sido en Asturias. El pasado fin de semana el equipo de Salvamento se vio obligado a cerrar el baño en todos los arenales urbanos gijoneses por la presencia de las temibles carabelas portuguesas. Aquí, de momento, vía libre para sumergirse en las aguas del cantábrico.
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