Cáritas alerta de que la pobreza se cronifica en Cantabria por el precio de los alimentos

«A lo largo del año fue necesario aumentar la intensidad de las ayudas en un momento en el que para llenar la cesta de la compra comenzó a hacer falta una inversión muy superior a la de antes de la pandemia», explica López. Más allá del baile de cifras, lo que más preocupa a Cáritas es que una de cada cuatro personas que pidieron ayuda lo hicieron por primera vez. «La subida generalizada de los precios ha hecho que las economías más precarias necesiten un apoyo de mayor intensidad para llegar a fin de mes», insiste. En este contexto, López destaca el trabajo del «pilar fundamental de la atención», el que componen los 62 equipos parroquiales repartidos por toda la región, que han «acogido y acompañado» a todos los que han tocado su puerta.

En unos tiempos en los que la guerra de Ucrania y la subida generalizada de los precios están afectados especialmente «a los más vulnerables», la directora de Cáritas recuerda que es «necesario mirar más allá de esas grandes cifras», porque «son 5.557 personas a las que se les han arrebatado sus derechos esenciales, que tienen nombre propio y una historia vital compleja, llena de esfuerzo, de constancia, de trabajo y de preocupaciones».

De hecho, es llamativo que no hay unas características comunes de los beneficiarios de estas ayudas. «En Cáritas atendemos y acompañamos a gente de todo tipo. No hay un perfil único. Muchos son profesionales, estudiantes, familias...», añade López. Aunque el informe que presentaron desprende que la mayoría de personas atendidas fueron mujeres (el 58%), mientras que casi la mitad (el 46%) de quienes buscaron ayuda tenían nacionalidad española.

La memoria dada a conocer bajo el lema 'Tú tienes mucho que ver', escogido por Cáritas Diocesana de Santander para celebrar la Semana de la Caridad, detalla que la organización acompañó a 134 mujeres en contextos de exclusión, prostitución o trata, a 37 personas sin hogar, a 194 niños y adolescentes y a 15 familias a través del acceso a la vivienda, mientras que 163 personas participaron en procesos de formación para mejorar su empleabilidad. Además, se atendieron las necesidades de salud de 305 individuos y el centro sociosanitario Hogar Belén de Cáritas acogió a diez personas con enfermedades crónicas en situación de exclusión.

La directora de la entidad, acompañada por la secretaria general, Raquel Menéndez, y el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, explicó su apuesta por las tarjetas monedero y otros formatos de ayuda económica como alternativa a la entrega de alimentos. «Gracias a este nuevo modelo, 3.171 personas han podido satisfacer sus necesidades de alimentación desde el respeto a su autonomía y capacidad de elección», detalló la directora.

Por ello, López animó a los ciudadanos a «abrir la mente y enfocar de nuevo la mirada» para ver esa otra realidad, la de muchas personas que no pueden acceder a los mismos derechos. «Quiero invitarles a sumergirnos en lo que vemos para transitar de una forma de ver superficial y despersonalizada a mirar y actuar con los ojos y las manos de Cáritas», concluyó.