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Cáritas Diocesana de Santander busca recaudar más de 80.500 euros en donativos para llevar a cabo diez proyectos fuera de nuestras fronteras. El objetivo es conseguir reducir la pobreza, apoyar la educación de calidad, reducir las desigualdades y proporcionar energía y agua limpia. ... Esta iniciativa se enmarca dentro del programa 'Gesto Diocesano de Cuaresma', que esta edición cumple 25 años.
La campaña se pone en marcha coincidiendo con el inicio de la cuaresma, que tal y como ha explicado el obispo de Santander, Arturo Pablo Ros, «es un tiempo para hacer posible sueños de gente que espera nuestro gesto». La idea de la Diócesis es conseguir un total de 80.608 euros a través de donativos que se pueden realizar en la parroquia o mediante transferencia bancaria o Bizum -código 01732-.
En total son diez proyectos que contarán con misioneros ligados a Cantabria; cuatro en América, tres en África, dos en Asia y uno en Santander. El primero será la creación de una Escuela Normal para maestros en Laï (Chad) que forme a los docentes que el país y la iglesia requieren y mejorar la calidad de la educación en sus 19 escuelas diocesanas. El segundo proyecto consiste en el equipamiento de las aulas del colegio Santa Rafaela María, en la República Democrática del Congo. Actualmente las clases cuentan con casi 70 alumnos y se pretende rebajar esa cifra a 40 con la ampliación del colegio. En la República de Benín se instalarán placas solares en un internado de personas invidentes para el uso de agua corriente en cocinas y duchas.
En la República Dominicana se diseñará un laboratorio de computación en el instituto preparatorio San Cristóbal para reducir la brecha educativa y la reincidencia. En Bolivia se reformará la casa Achocalla para convertirlo en un taller de mujeres tsimanés y reducir así las desigualdades y la tasa de analfabetismo. En Honduras apuestan por reducir la brecha digital a través de la entrega de material informático para alumnos de bachiller. Además, en Mano de León (Guatemala) instalarán paneles solares con el fin de proporcionarles electricidad.
Para Asia se destinan dos proyectos, uno para mayores y otro para niños. En Filipinas se creará un centro para acompañamiento y apoyo alimentario de personas ancianas en situación de soledad. En la India se donarán zapatillas de deporte para los niños de primaria que juegan al fútbol descalzos. En lo referente a Santander se invertirá en 'Hogar Belén' para que personas que padecen enfermedades crónicas y estén en situación de soledad sean acompañadas.
El obispo de Santander, Arturo Pablo Ros, ha querido hacer balance de sus –casi– dos meses al frente de la Diócesis. «Los niveles de exigencia que se tienen en este cargo son muy grandes. Es tanta la intensidad que parece que llevo mucho más tiempo». En relación a esto, el obispo ha querido compartir una anécdota que vivió la semana pasada: «De camino a la Catedral se me acercó un señor encantador y me dijo: Don Arturo, nosotros estamos muy contentos y muy agradecidos con usted, pero haga el favor de cuidarse porque tenemos que tener obispo por muchos años y hay mucho trabajo por hacer».Además, el obispo reconoce que se siente «muy feliz» en la Diócesis de Santander. «Igual sorprende que diga esto, pero ya estoy empezando a querer a mis curas. Y ellos a mi creo que también. En general todo el personal es excepcional», confesaba entre risas en la presentación de 'Gesto Diocesano Cuaresma'.
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