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Después de 15 años en el cargo, Carlos Fonfría cruzó ayer las puertas de El Dueso por última vez como director de la única prisión que continúa en funcionamiento en Cantabria. El responsable de la institución ha alcanzado la edad legal de jubilación ... y el Ministerio del Interior ha puesto en marcha el mecanismo para llevar a cabo el relevo. De hecho, aunque el nombramiento todavía no está oficializado y no se ha hecho público, Instituciones Penitenciarias ya ha tomado la decisión de que su sustituto sea Javier García Bedoya, un funcionario que hasta ahora venía realizando estas mismas labores en el penal de Martutene, situado en San Sebastián y que está pendiente de ser demolido.
Está previsto que García Bedoya, que a comienzos de esta semana se despidió de sus antiguos compañeros de Guipúzcoa, tome posesión a lo largo de los próximos días. En concreto, la fecha que parece más probable es la del día 15. Mientras tanto, las decisiones del día a día de El Dueso las tomará el resto del equipo directivo que en los últimos tiempos ha trabajado con el anterior responsable.
«Siempre hay cosas, por supuesto, pero ha sido una etapa muy positiva. Estoy muy orgulloso de haber dirigido una cárcel que es toda una referencia nacional. Y encima en mi casa», afirmó este miércoles Fonfría, que deja El Dueso pero no Santoña, su pueblo, donde disfrutará de la jubilación. Antes de ponerse al frente del penal cántabro estuvo otros 15 años como subdirector del centro penitenciario de Basauri, donde anteriormente también fue jefe de Servicios.
Carlos Fonfría | Director de El Dueso
El director saliente recuerda que en los últimos tres lustros El Dueso ha sido pionero en la puesta en marcha de distintos programas que luego se han exportado a todo el país. Por ejemplo, el servicio de telemedicina para presos, los planes de apoyo a enfermos mentales, los tratamientos para la lucha contra la hepatitis o las colaboraciones con asociaciones del ámbito deportivo o medioambiental: «Hay muy buenos profesionales y eso es lo que ha permitido que hayamos sumado muchos premios y reconocimientos tanto nacionales como internacionales».
Recuerda que durante su mandato el sistema penitenciario ha experimentado grandes cambios en lo que tiene que ver con el Código Penal y los tipos delictivos, pero también con la organización interna. A él le tocó gestionar el proceso de transición tras el cierre de la prisión provincial de Santander y la puesta en marcha del Centro de Inserción Social José Hierro de la capital.
Aunque durante la etapa de Fonfría ya se han dado pasos en la modernización de las dependencias de la cárcel, con más 110 años de historia, será su sucesor quien vea como director las obras de remodelación integral del centro penitenciario que ya ha anunciado el Ministerio del Interior, un proyecto de gran envergadura pero que aún está en fase de redacción, sin fecha prevista para el inicio de los trabajos.
García Bedoya también tendrá que hacer frente a las reivindicaciones laborales de los funcionarios de prisiones, que en los últimos meses se han manifestado y realizado distintos actos de protesta. Aunque se trata de un conflicto de índole nacional, El Dueso ha sido uno de los centros de España donde se ha registrado una mayor movilización. De hecho, el pasado 19 de noviembre, los sindicatos bloquearon los accesos a la cárcel, por lo que durante 13 horas tan solo hubo 10 funcionarios para vigilar a los 450 presos que forman la población reclusa.
Una de las principales reivindicaciones es la falta de personal y el envejecimiento de la plantilla. A pesar de que la conflictividad de El Dueso es relativamente baja, esto está generando un aumento de las agresiones a los funcionarios. El propio Fonfría recibió un puñetazo de un interno que se negó a cambiarse de celda y protagonizó un altercado.
Los sindicatos con representación en El Dueso ya han manifestado su intención de solicitar una reunión con el próximo responsable de la cárcel, Javier García Bedoya, para exponerle sus inquietudes respecto al funcionamiento del centro –y del Centro de Inserción Social José Hierro– y hacerle partícipe de las reivindicaciones de los trabajadores dentro del conflicto laboral con el Ministerio del Interior. Además de mejoras salariales y la equiparación de los grados, reclaman ser considerados como agentes de la autoridad para que las agresiones que sufren por parte de los internos no se salden sin consecuencias. También reclaman que se cubran las vacantes –unas 15 tras la última llegada de 20 trabajadores– para poder realizar de forma adecuada las labores de vigilancia.
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