Secciones
Servicios
Destacamos
«Sabe Dios que no he guardado absolutamente nada para mí, he gastado lo que sabía». Con estas palabras, el cardenal cántabro Carlos Osoro cedía su responsabilidad de arzobispo de Madrid, a la que ha dedicado los últimos diez años, al llegarle el momento de ... la jubilación. Cumplidos los 78 –tres años más de la edad establecida por el Vaticano para el retiro de sus prelados–, el Papa Francisco ha considerado que era el momento oportuno para que diera un paso atrás quien ha sido su hombre en España. Osoro, no obstante, seguirá siendo una persona de peso en la Iglesia, al mantener su cargo de vicepresidente de la Conferencia Episcopal y como nuevo administrador apostólico de Madrid. José Cobo Cano, de 57 años y, desde 2017, obispo auxiliar de Madrid, será su sucesor.
De esta forma, Carlos Osoro (Castañeda, 1945), pone fin a su etapa al frente de la principal diócesis del país, en la que ha hecho valer su visión progresista, en sintonía con las reformas puestas en marcha por Bergoglio. Lo más difícil durante está década ha sido, según dijo, «no haber sido fiel» o no haber respondido «con la fuerza» que le pedía el Señor, aunque, llegada la hora de la jubilación, confesó sentir «agradecimiento a Dios».
Obispo «itinerante»
En su despedida, el cardenal cántabro se describió como un obispo «itinerante», algo que le ha permitido «conocer la realidad de España, las diferencias». Aseguró haber sido «muy feliz» en todos los lugares en los que ha estado, siguiendo una vocación a la que ha entregado su vida, y avanzó que, ahora, su intención es la de retirarse a un piso vacío situado detrás de la Catedral de Madrid y dedicarse a «rezar, confesar, descansar y a escribir».
«Para mí, la Iglesia no es una palabra más: es mi vida, mi pasión; es aceptar aquel reto de Jesús de ir por el mundo y anunciar el Evangelio. El lugar donde he recibido lo mejor de mi vida», manifestó, durante la rueda de prensa en la que dio cuenta de su despedida.
Osoro dice adiós cuando están a punto de cumplirse cincuenta años de su ordenación como sacerdote, que tuvo lugar en Santander, diócesis en la que trabajaría durante más de dos décadas. Lo cierto es que la suya fue una vocación tardía, pese a que siendo un adolescente ya confesó a su padre que había sentido la llamada de Dios: antes de atenderla por completo cursó estudios de Magisterio, Pedagogía y Matemáticas, y ejerció la docencia hasta ingresar en el seminario para, después, completar su formación en Filosofía yTeología.
Desempeñó diversos cargos en la Diócesis de Santander, hasta que, en 1996, el Papa Juan Pablo II decidió que diera un paso al frente para convertirse en obispo de Ourense, dando inicio a una intensa carrera episcopal.
Pasó seis años en la diócesis gallega, que dejó al ser designado arzobispo de Oviedo por el mismo Pontífice. De Asturias pasó a Valencia en el año 2009, de la mano de Benedicto XVI y, en 2014, Francisco hizo de él arzobispo de Madrid. Dos años después fue creado cardenal, en el tercer consistorio del Papa argentino, quien, junto con el birrete, le entregó también el título de cardenal presbítero de Santa María de Trastevere.
Durante el tiempo que ha pasado al frente de la Archidiócesis de Madrid, Carlos Osoro ha impulsado la atención a las víctimas de curas pederastas, se ha opuesto a leyes como la del aborto, la eutanasia o la conocida popularmente como 'Ley Celaá' de educación; también ha apoyado las reivindicaciones de las mujeres que hicieron huelga por el 8 de marzo y ha dejado ver su lado más soldiario visitando zonas deprimidas de la capital, como la Cañada Real, y repartiendo desayunos entre las personas sin hogar en San Antón.
Proclamó la «tolerancia cero» en los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, y también su disposición a recibir a los afectados. Al tiempo, lamentó y pidió perdón públicamente por las ocasiones en que trataron de taparse los escándalos. En enero de 2020 puso en marcha un proyecto para atender a las víctimas y prevenir esta lacra.
Osoro ha sido partidario de una Iglesia conectada con la realidad, y así se pronunció sobre temas de actualidad como la «emergencia educativa», al defender el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, opiniéndose a la Ley Celaá, que, en su opinión, relegaba a las familias. También se mostró contrario a la reforma de la Ley del aborto y a la aprobación de la de eutanasia, una «traición a la vida».
Hizo gala de su talante más abierto al distanciarse del obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá, sobre la cuestión de la homosexualidad, asegurando que él solo ve «personas» y no juzga a nadie, y defendió el respeto a la dignidad y acogida de cualquiera, independientemente de su tendencia sexual.
Tuvieron mucho eco sus declaraciones en vísperas de la huelga del Día de la Mujer de 2018, cuando dijo comprender la postura de quienes se sumaban al paro. «Lo haría también, lo hace de hecho, la Santísima Virgen María».
También se posicionó –a favor– en cuestiones como la acogida de refugiados o el cumplimiento de las normativas sanitarias durante la pandemia, y admitió su preocupación por el cambio climático tras la celebración de la Cumbre del Clima COP 25 en Madrid.
No evitó otros temas espinosos, como la exhumación del cadáver de Franco del Valle de los Caídos, una decisión que, según él, correspondía al Estado y la familia, y no a la Iglesia, aunque tampoco se opuso a que los restos del dictador fueran enterrados en la catedral de La Almudena.
Que Osoro es un hombre de su época lo prueba el hecho de que cuenta con su propio perfil en Twitter, aunque no se prodigue demasiado en la red social. Su última publicación, de hoy mismo, decía: «Con nuestra Iglesia Diocesana, doy gracias a Dios por el nuevo Arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo, rezamos por su misión».
Con nuestra Iglesia Diocesana, doy gracias a Dios por el nuevo Arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo, rezamos por su misión.
— Carlos Osoro Sierra (@cardenalosoro) June 12, 2023
El nuevo arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, tiene 57 años y es, desde 2017, el obispo auxiliar de Madrid. Además, en la Conferencia Episcopal Española (CEE) es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y promoción humana desde marzo de 2020. Dentro de esta Comisión, es el obispo responsable del departamento de Migraciones.Nació en Sabiote (Jaén) el 20 de septiembre de 1965. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1988, entró en el seminario de Madrid ese mismo año. Realizó los estudios de Ciencias Morales en el Instituto Redentorista, vinculado a la Universidad Comillas, y el 23 de abril de 1994 fue ordenado sacerdote.Comenzó su ministerio pastoral como viceconsiliario de la Hermandades del Trabajo de Madrid. Desde 1995 fue vicario parroquial de San Leopoldo hasta el año 2000 en que fue nombrado párroco de San Alfonso María de Ligorio y miembro del Consejo presbiteral.En 2001 fue nombrado arcipreste de Nuestra Señora del Pilar (Aluche-Campamento) y participó en el II Sínodo diocesano como miembro de la Comisión Permanente. En 2015 fue nombrado vicario episcopal de la Vicaría II, miembro del consejo presbiteral y del consejo diocesano de pastoral, cargos que desempeñó hasta su nombramiento episcopal.El 29 de diciembre de 2017 se hizo público su nombramiento como obispo auxiliar de Madrid, asignándole la sede titular de Beatia (Baeza, Biatien-sis), que tenía como metropolitana a Sevilla, recibiendo la ordenación episcopal el 17 de febrero de 2018.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.