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Hace falta mucha planificación para que el dinero no se vaya en productos innecesarios. Sobre todo, cuando el tíquet de la compra no para de escalar cada pocos meses. Raúl Díez y Paz Gómez tienen dos hijos adolescentes, «que ya comen como adultos», y organizan sus visitas al súper y al comercio local para que los gastos no se desmadren. Sobre todo, teniendo en cuenta que con el arranque de 2025 el IVA de los productos básicos ha subido del 2 al 4% y el de la pasta y el aceite ha crecido del 7,5 al 10% –menos el de oliva, que se mantiene en el 4%–. «Se nota la subida, lo peor es que es una más que se suma a las que se producen cada pocos meses», reconoce el matrimonio. La familia Díez Gómez tiene claro en qué está dispuesta a gastar y en qué no, porque hay productos que, aunque sean caros, siempre serán indispensables en su carro. Para ellos, por ejemplo, el aceite de oliva virgen es un esencial y, a pesar de su elevado precio, nunca falta en su despensa. No tienen dudas de que merece la pena invertir esos euros extra. Les pasa lo mismo con el producto fresco, que les gusta adquirirlo «en el comercio local, en las carnicerías y fruterías del barrio, porque aunque es un poco más caro, lo hacemos por ética, calidad y cercanía», apunta Paz. Por los horarios, tienen más complicado ir a la pescadería, así que optan por tener pescado congelado. Por si acaso. «Si nos da tiempo a comprarlo en pescadería, perfecto y, si no, tiramos del congelado del súper». El Diario Montañés acompaña a la pareja a hacer su compra en el supermercado para diez días, que se eleva a los 144,16 euros. A esa cantidad, irán sumando día a día lo que adquieran en los comercios locales.
Como cuenta Raúl, tienen una aplicación para controlar los gastos mensuales, tanto de la compra como de todo lo demás. También tienen la aplicación del supermercado –habitualmente van a Lidl– para tener acceso a ofertas, aunque está vigilante a lo que se cuece en otros establecimientos. «Ahora llevo un tiempo viniendo a este súper, pero si veo que hay alguna oferta interesante en otro, voy. Estoy pendiente de los precios que hay en otros establecimientos», explica el padre de familia. Por lo general, Raúl se encarga de la compra del supermercado, que realiza cada diez días, y Paz de la del comercio local, que realiza a diario.
Un 30% más cara
La escalada de precios fue la razón por la que decidieron empezar a controlar sus gastos. «Vigilamos más lo que adquirimos porque hace unos meses una compra nos subió a 400 euros. No puedes descuidarte», apunta Raúl. «En los últimos dos años, hemos notado un aumento en torno al 30% en el precio de la compra». El producto que más notan que se ha encarecido es el aceite, «pero también los huevos», apunta Raúl, «y la verdura», añade Paz. Según avanzan por los pasillos del supermercado, fijándose más a conciencia en los precios de cada producto, van alargando la lista de artículos encarecidos. «Las legumbres y la pasta también ha subido bastante», coinciden. «Vamos, que se nota en todo», concluye el matrimonio, que además nota que sus hijos «ya no son niños, ya son adultos». Aunque no pudieron acompañar a sus padres a la compra porque estaban entrenando, sus preferencias gastronómicas se dejaron notar en los productos que iban cayendo al carro.
Paz Gómez
Madre
Raúl Díez
Padre
Los gustos de los jóvenes de la casa condicionan la compra. En la parte baja del carro, a la hora de pagar había 18 bricks de leche.«Y la toman solo ellos», puntualiza Raúl. La pasta (compran cuatro kilos entre spaghetti, macarrones y los llamados 'tiburones') tampoco puede faltar. Ni las pizzas o las galletas. También arrasan con la carne que trae Paz de la carnicería. «Y si coges algo que no les gusta, hay que oírlos», bromea la pareja. En su día a día, no suelen comer fuera de casa, aunque eso cambia los fines de semana. «Si tienen partido fuera, aprovechamos y comemos por ahí. Pero por lo demás, solemos comer en casa», explica Paz.
Entre los productos más caros que han comprado esta semana en el Lidl está, por supuesto, el aceite de oliva virgen, a 12,70 euros por dos botellas. En la leche entera se dejaron más dinero –más de 16 euros– porque adquirieron 18 litros y también hicieron buen gasto en huevos, a 9,08 euros por las cuatro docenas que se llevaron a casa.
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