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Pedro Casares y Susana Herrán entraron triunfales el pasado viernes en el Congreso del PSOE, en Sevilla, tras imponerse a la candidatura de Pablo Zuloaga en las elecciones internas de Cantabria, pero menos de dos días después salieron muy contrariados por la falta de respaldo ... que encontraron en Pedro Sánchez. La salida forzada de Casares de la dirección nacional tras siete años y, sobre todo, la entrada de Eugenia Gómez de Diego -mano derecha de Zuloaga además de delegada del Gobierno en Cantabria- supuso un varapalo para el diputado de Santander, quien siempre ha subrayado su cercanía con el presidente del Gobierno. Un inesperado movimiento de sillas en la cúpula socialista que tendrá una fuerte carga simbólica para los militantes más indecisos con su voto en el Congreso Regional de la próxima primavera.
Pero este contratiempo no cambiará los planes de Casares, que ya tiene decidido presentar batalla a Zuloaga por el liderazgo del PSOE cántabro. «Los planes siguen adelante. El equipo está cohesionado y convencido, no se va a echar atrás nadie», aseguran desde su entorno, donde ayer todavía se mostraban sorprendidos de que Ferraz haya penalizado «a una persona siempre leal y entregada».
El espaldarazo al secretario general cántabro y el castigo al diputado nacional no responden a una sola razón. Hay varias claves que explican lo sucedido en el Congreso de Sevilla, entre ellas, la decisión de Casares y Herrán de adelantar la lucha interna por el control del partido. «Madrid quería un cónclave tranquilo y nosotros abrimos un melón», reconocen desde este sector. De hecho, Ferraz había pedido no trasladar las divisiones regionales a las elecciones de delegados al Congreso Federal. Y aún así, en Cantabria se hizo. «No era el momento y no respetaron los tiempos. No supieron entender el contexto de unidad del Congreso y pusieron por delante su estrategia», lamentan fuentes cercanas a Zuloaga.
Puede que Casares supiera de antemano que existía ese riesgo de perder poder orgánico en Madrid, como dicen sus más cercanos, y aún así decidir seguir adelante con el enfrentamiento en Santander, pero ahora le toca asumir el coste de la decisión. «Zuloaga sale muy reforzado, ha sido un respaldo evidente a la dirección regional. Han dado la espalda totalmente a Casares, le han dejado caer», aseguran desde el equipo del secretario general. Un análisis que nada tiene que ver, lógicamente, con el que hacen en la lista alternativa: «Después del varapalo que se llevaron en las votaciones, ahora se sienten en la gloria. Nosotros ganamos en las urnas lo que ellos ganan en los despachos».
Desde luego, lo que no ayuda a Casares en esta batalla es su distanciamiento con Santos Cerdán, el secretario de Organización del PSOE, reforzado por Sánchez en el Congreso pese a las sombras que planean sobre su gestión debido a los vínculos con José Luis Ábalos. «No tenemos ningún tipo de afinidad con él, está en las antípodas de nuestra forma de hacer política», reconocen desde el entorno del diputado nacional. Más cercano a Zuloaga, y en busca de ampliar su poder territorial, Cerdán dio libertad total al secretario general cántabro para decidir los nombres que cubren la cuota regional en los órganos de dirección nacional.
Fue el propio Zuloaga el que pronunció el nombre de Eugenia Gómez de Diego cuando desde la cúpula le pidieron una propuesta, según desvelan desde su entorno, sorprendidos de que Casares ni siquiera haya ocupado una plaza en el Comité Federal, donde Cantabria estará representada por Noelia Cobo y Javier Incera. «No tiene precedentes. Siempre que una persona sale de la Ejecutiva, entra en el Comité. Pero no ha sido así con Casares», explican desde el ala oficialista, lo que, para ellos, «desmonta el bulo de que contaba con el aval de Ferraz para montar una lista alternativa en Cantabria».
Aunque oficialmente es la Ejecutiva Regional la que propone esos nombres, hasta los más cercanos a Casares reconocen su sorpresa por no haber contado con voz ni voto: «No se entiende. A Pedro le hubiera gustado que, al menos, le hubieran preguntado».
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Violeta Santiago
Al líder de los socialistas de Santander también le habría penalizado el ascenso del último descubrimiento del PSOE: Emma López. La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, una figura en ascenso que Ferraz quiere promocionar, ocupará en la Ejecutiva Federal la secretaría de Política Económica y Transformación Digital que hasta ahora ocupaba Casares. En las últimas semanas ya estaba sonando su nombre con mucha fuerza por su trabajo en el Consistorio madrileño, pero también por su capacidad para comunicar tanto en redes sociales como en las televisiones.
En cualquier caso, en el entorno del diputado santanderino no consideran «nada extraordinario» el puesto de vocal que ocupará Gómez de Diego. Es más, opinan que Cantabria pierde poder al no ocupar la secretaría de Casares. Un argumento que duele especialmente en el equipo de la delegada del Gobierno. «Es un desprecio hacia ella. Otro más», señalan en referencia a los comentarios sobre la valía profesional de la exconsejera cuando sustituyó a Ainoa Quiñones en la Delegación, hace ya un año. «No se sostiene esa crítica. Ella va a ser vocal, igual que los ministros Óscar Puente, Pilar Alegría o el alcalde de Vigo, Abel Caballero, por ejemplo», enumeran.
Las heridas abiertas en el Congreso y en el proceso electoral previo seguirán así hasta que llegue el Congreso Regional. La fecha aún no se conoce, será Pablo Zuloaga el que decida en qué momento de la próxima primavera se produce esa cita clave para el futuro del PSOE cántabro.
En una entrevista reciente con El Diario Montañés, Casares cargó contra la gestión del partido que Zuloaga ha seguido en los últimos años: «El partido que la actual dirección se encontró -en 2017- estaba dividido, pero ahora lo ha dejado todavía más dividido. No puede hablar de unidad quien ha dejado un partido mas desunido que el que se encontró».
Fue en esa misma entrevista donde el diputado nacional adelantó que ya tenía tomada la decisión de disputar a Zuloaga el liderazgo del partido.
El sábado por la tarde, antes de que se hiciera pública la entrada de Eugenia Gómez de Diego en la dirección nacional del PSOE, tuvo lugar un encuentro entre Pedro Sánchez y los barones autonómicos en el que el líder socialista habló directamente con Pablo Zuloaga sobre la situación en Cantabria, según informan desde el entorno del secretario general.
Entre las 14.30 y las 16.00 horas se celebró un aperitivo entre Sánchez, sus ministros y los responsables autonómicos del partido. Al acabar, cada uno se marchó a ocupar su puesto en las distintas ponencias que se celebraron en el Congreso. Fue en ese momento, cuando Zuloaga y el resto de barones recibieron una llamada de la secretaria del presidente del Gobierno para que fueran a su despacho. Una vez allí, Sánchez departió en grupo con ellos, interesándose por la situación de cada una de las comunidades. Cuando llegó el turno de Cantabria, el líder del PSOE alabó el crecimiento electoral en 2019 y 2023, según fuentes cercanas a Zuloaga, y llegó a alabar la «contundente labor de oposición» del secretario general. «Te has cargado a varios consejeros del PP, ¿no?», aseguran estos testigos que le dijo a Zuloaga en relación a los ceses en septiembre de los responsables de Desarrollo Rural y Cultura y Turismo. «Sí, y ahora vamos a por el de Sanidad», le respondió él.
El líder de los socialistas cántabros también adelantó a Sánchez su intención de presentarse a la reelección en el partido en el Congreso Regional de la próxima primavera.
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