El día a día de la administradora de una copistería fantasma

Cuando la Agencia Tributaria (AEAT) recibió hace ya un año una denuncia anónima sobre la existencia de posibles incrementos de patrimonio no justificados por parte de la familia del jefe de servicio de Carreteras, Miguel Ángel Diez, los investigadores pusieron el punto de mira tanto sobre el funcionario, por su cargo en la Consejería de Obras Públicas, como sobre su mujer.

Por un lado, elaboraron un minucioso informe patrimonial sobre la familia Diez-Del Río, que concluyó en junio y confirmó la denuncia inicial. Por otro, los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera de la AEAT realizaron durante dos meses seguimientos a la mujer del funcionario, Beatriz del Río, que era administradora de la empresa «ficticia» (la copistería Paravari Lagani) que creó el entramado familiar para supuestamente blanquear el dinero que los empresarios implicados abonaban al funcionario como contraprestación por la adjudicación de diversas obras públicas millonarias. Y que, además, estaba asalariada en La Encina (una de la empresas implicadas).

Sin embargo, esas vigilancias desvelaron que la mujer del funcionario no tenía actividad alguna. Ni en la copistería que recibía ingresos de las cuatro empresas investigadas (API Movilidad e Imesapi, Rucecan, La Encina y Cannor), y que tenía su sede en el domicilio familiar (aunque los agentes solo encontraron en los registros una fotocopiadora guardada en un trastero). Ni tampoco en La Encina Inmobiliaria, donde no nunca la vieron.

¿A qué dedicaba entonces su 'jornada laboral' Beatriz del Río? Pues a ir al gimnasio por las mañanas, hacer compras y quedar con sus amigas y sus hijas, y a dar paseos con su marido. Esa era su rutina diaria, como también corroboran las conversaciones telefónicas que también intervino la Policía Nacional entre el pasado noviembre de 2022 y febrero de 2023. En una de ellas, Beatriz le dice a su hija mayor Cecilia que está «más aburrida que la una». «Me he marchado de casa ahora mismo (risa), a la calle, a dar un paseo, tengo todo el tiempo del mundo», reconocía. En otra conversación, es su marido quien le manifiesta a otra persona sin identificar que su mujer «se quiere poner a trabajar».

Como una imagen vale más que mil palabras, El Diario Montañés ha realizado una selección de las fotografías que la Agencia Tributaria incluye en uno de sus informes sobre 'Actuaciones de investigación y reportajes fotográficos', que abarca desde el 28 de marzo al 30 de mayo de 2022. Aunque bien es cierto que meses después, a finales de año, la Policía Nacional también lleva a cabo otro dispositivo de vigilancia, pero durante menos tiempo.

La primera imagen que captan los investigadores y que revela la falta de actividad laboral de Beatriz del Río data del 5 de abril (martes) de 2022. Los agentes captan a la administradora de Paravari saliendo del complejo deportivo Marismas. Después se dirige al centro comercial El Corte Inglés, donde tras tomarse un café entra en el centro de estética y peluquería Pilar Pescador. Tres días después, Del Río es captada junto a sus dos hijas, Sofía y Cecilia, en su Mini Countryman. Van a un laboratorio de análisis clínicos y luego toman un café. A continuación, deja a una de sus hijas en la peluquería Macavi y se va con la otra a una cafetería. Otro día en la oficina.

A la semana siguiente, los investigadores optan por acudir a La Encina Gestión Inmobiliaria, en Puente Arce, donde se supone que trabaja Del Río (está asalariada en esta empresa), pero la sede permanece cerrada y no hay nadie. Se confirma que no desempeña labor alguna.

Compras, playa y paseo

Las vigilancias continúan y el 19 de mayo se produce otro hecho significativo para los investigadores que denota esa falta de actividad de la mujer del funcionario, a la que ven salir de su domicilio en su vehículo y dirigirse a la Glorieta de Pontejos, donde busca aparcamiento. Después se va a la playa donde le está esperando una conocida.

Sin actividad laboral los días se hacen más largos y hay que buscar tareas para ocupar el tiempo libre. Por eso Del Río aprovecha sus jornadas para ir de compras como muestran varias de las imágenes captadas por los agentes de la AEAT. El lugar al que suele acudir es El Corte Inglés de Santander. Allí realiza varias adquisiciones, sola o en compañía de algunas amigas.

Pero no acaba ahí su día a día. Cuando su marido ya ha terminado su jornada laboral en la Consejería de Obras Públicas (y en el negocio que le ha llevado a la cárcel), Beatriz del Río aprovecha para dar un buen paseo con él por toda la costa santanderina.