«Hay más casos de acoso escolar que los que se contabilizan. No pasen página»

Verdeja afirmó a este periódico que desde enero han recibido en el teléfono de la asociación (620732466) 112 llamadas, «de las que han concluido en 75 posibles casos de acoso y de estos, hay ya en marcha 48 expedientes abiertos por nosotros». «En Cantabria, un 10% de los alumnos sufre acoso escolar, aunque este dato no es recogido de manera oficial», agregó.

Por ello, insistió desde el patio del Parlamento antes los representantes de las diferentes instituciones, en que «hay un problema obvio de contabilización en los casos, ya que la mesa del departamento de Convivencia de la consejería sigue tomando como referencia única y exclusivamente los protocolos abiertos por los centros escolares, como si esto fuese un método fiable para determinar si hay o no acoso escolar».

Para dar mayor peso a sus palabras, Verdeja se refirió al informe de Clima Escolar, Conflicto y Gestión de la Convivencia en los Centros Educativos de Cantabria, elaborado por la Universidad de Cantabria durante el curso 2016/2017, en el que se desvela que «90 alumnos de 800 sobre los que se hizo el estudio sienten temor en distintas zonas de la escuela, como el patio, los pasillos o los baños».

Apostó por «seguir visibilizando y luchando contra el acoso escolar. Legislando y educando en valores a nuestros hijos. Y protegiendo la que debería de ser la etapa más feliz de sus vidas: la infancia; el patio del recreo en el que vivirán el resto de sus vidas».

Claramente emocionada, dirigiéndose al público, indicó: «Les pido con este intento desesperado de ayuda, que se actúe de manera urgente para impedir que el colegio se convierta en el infierno permanente de los que se ven obligados a ir día tras día, donde son silenciados, invisibilizados, atemorizados e injustamente señalizados y estigmatizados».

El acoso escolar, «ese mal irreversible –advirtió–, que atormenta a quien lo sufre, no solo deja marca en quien es acosado, sino en también en su familia, en quien lo observa y en que lo ejerce». El impacto que provoca sobre todos ellos, agregó, «puede llegar hacer que normalicen la violencia y el maltrato, en muchos casos».

Cuando se envía a un hijo al colegio, señaló, «se espera que el sistema esté preparado para prever los posibles problemas». Pero dado que en esta materia, desde su punto de vista, no es así, «voy a conseguir que los colegios no sean el juez y parte en la decisión de quién recibe acoso escolar y quién no, sino que sea un equipo multidisciplinar independiente del centro, quien se ocupe».

También mostró su preocupación porque la pandemia «ha hecho más invisibles los casos que existían anteriormente y ha atenuado los que pudieran haber surgido nuevos por el mayor control sanitario en las aulas, pero se han visto desplazados a las redes sociales, que ya eran un foco».

Por su parte, el presidente del Parlamento de Cantabria, Joaquín Gómez, mostró su «solidaridad con la víctima y rechazo al agresor» para erradicar el acoso escolar de escuelas e institutos «que tienen que ser lugares seguros».

Apuntando a los compañeros que no se atreven «a plantar cara a los acosadores» o que aceptan estas conductas «como algo inevitable», señaló que «hoy me quiero dirigir a los indiferentes. A los niños y niñas, a los adolescentes y jóvenes educados en la costumbre de no meterse en líos, de mirar para otro lado».

Ante las autoridades, entre las que se encontraban la delegada del Gobierno en Cantabria, los representantes de los partidos políticos, del Ayuntamiento de Santander y de Cabezón de la Sal, defendió que «hay que defender y proteger a las víctimas y denunciar el comportamiento del acosador». También pidió a los jóvenes que se impliquen en esta lucha contra el acoso escolar.