Los cazadores del ladrón invisible

«El trabajo aquí suele ser bastante rutinario. Llegan las denuncias, realizamos los chequeos, analizamos la documentación, solicitamos a la entidad los datos que necesitamos y actuamos lo más rápido posible para ver si podemos frenar la estafa», confirma el jefe de la unidad, el sargento primero Carlos Saiz.

Esa actuación rápida es crucial para anular las transacciones e impedir que el dinero se pierda en la inmensidad de la banca electrónica. «Muchas veces podemos ayudar a que el banco pueda recuperar el dinero; pero otras resulta imposible porque además suele ser la propia víctima la que facilita sus datos bancarios fruto de un engaño». Lo cierto es que el grueso de estos delitos no se basan en el sofisticado conocimiento de ingeniería informática. Más bien hacen un buen uso de la ingeniería social y del engaño de toda la vida. «Nunca un banco o una empresa nos va a solicitar por correo electrónico ni por ninguna otra vía nuestros datos personales ni financieros porque ya los conoce. Tenemos que desconfiar de estos mensajes que nos llegan al móvil, de esos correos electrónicos sospechosos», advierte el experto de la Guardia Civil.

El 'Equipo @' trabaja desde el cuartel de Campogiro, en Santander, donde los once agentes que lo integran analizan decenas de casos al día. «Está habiendo muchas, muchas denuncias. Son estafas de todo tipo y lo peor es que siguen proliferando», advierten. Crecen sin freno. El mejor consejo de estos expertos es bien sencillo: «Nadie da duros a pesetas y debemos desconfiar de los grandes chollos que vemos en internet». Ante la más mínima duda, siempre es mejor evitar dar a conocer ningún dato personal a través de internet.

El ambiente en la gran sala que acoge al 'Equipo @' es calmado, silencioso. Hay momentos en que solo se escuchan los ventiladores de los potentes ordenadores que funcionan a destajo. «La mayor parte de las denuncias que llegan son parecidas y tienen que ver con lo que hemos hablado. Luego hay casos más complicados donde el modus operandi es más sofisticado; pero no es lo más habitual». En esto coinciden todos los agentes: «El hacker no va a perder el tiempo en atacar nuestra cuenta bancaria. Va a por peces más gordos o a por bases de datos muy amplias para conseguir toda esa información que luego puede vender», desvela Saiz, que junto a su equipo se forma continuamente para estar al tanto de las últimas tendencias en estafas que pululan por la red.

Dos de los últimos casos, que están extendiéndose en Cantabria en los últimos meses, tienen que ver con engaños por suplantación de identidad. «Un supuesto familiar escribe desde un teléfono desconocido pidiendo dinero urgente porque dice que ha perdido su teléfono y se encuentra en una situación complicada», informan estos agentes. La gente, acuciada por las dudas y el miedo, responde con una transferencia de ese dinero requerido y la estafa se consuma. A esta modalidad también se le considera estafa informática.

«También se están dando casos de otras personas que contactan con hombres o mujeres en páginas de citas y terminan donando dinero a esa persona tras numerosos engaños», confirman los miembros del 'Equipo @'. Ahí es mucho más complicado actuar. Es más sencillo cuando tras rastrear la web detectan una página web fraudulenta o a quien busca engañar con ofertas falsas, o cualesquiera que sean los engaños que existan. «Lo que hacemos es denunciar el portal y actuar para lograr que el juez ordene su clausura inmediata». Así, paso a paso, se le va poniendo coto al engaño digital. «Pero no damos abasto. Esto crece exponencialmente, necesitamos más agentes». Sobre todo porque estos delitos van a seguir creciendo y va a ser necesario actuar con la mayor contundencia.