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En Cantabria no se conoce con certeza el número de celíacos que hay. La Asociación calcula que el 1% de la población es celíaco, aunque se estima que el 75% está sin diagnosticar. «Llevamos años reclamando en Sanidad un mapa que lo refleje porque en ... Cantabria tendría que haber unas 5.000 personas celíacas, pero solo hay 500 casos diagnosticados, que es muy poco en relación a la cifra real», resaltan desde Acecan su presidenta, Laura de Odriozola, y vicepresidenta, Begoña Agüero.
El gran problema de este infradiagnóstico que se produce en toda España, no solo en Cantabria, es la escasa calidad de vida de los enfermos que, al no estar diagnosticados no cumplen una «sencilla dieta sin gluten», indican desde Acecan, lo que les causa graves problemas de salud de diversa índole: fiebre, dolores de cabeza, musculares, hasta cáncer digestivo o epilepsia.
«Los enfermos celíacos no diagnosticados conviven con dolores de cabeza, musculares, diarreas, vómitos, fiebre. Se relaciona con episodios de epilepsia y puede llegar a producir cáncer digestivo. También se relaciona con problemas de esterilidad o abortos repetidos. Son problemas que con una dieta adecuada se solucionan. No eran estériles sino que su organismo no está funcionando bien por el gluten. Al cambiar la alimentación todo mejora», asegura Agüero.
La dificultad para su diagnóstico se debe en parte a la variedad de síntomas, pero también a que el proceso médico para detectarlo se interrumpe antes de tiempo», explica Acecan. «Lo primero que es hacer unas pruebas sencillas, pero el proceso completo es más complicado y en la mayoría de los casos se desestima sin completar todos los pasos. Esta enfermedad tiene un alto componente genético por lo que si hay un caso en la familia, todos los miembros de primer grado deben hacerse la prueba. Ante las sospechas, se hace una prueba serológica que comprueba si se generan anticuerpos. Pero si no presentas, no quiere decir que no lo seas. Hay tres pasos más a tener en cuenta que con frecuencia no se comprueban. Hacer la biopsia intestinal. Comprobar que la prueba genética es positiva», subrayan.
En el Día Europeo de los Celiacos, la asociación cántabra quiere reivindicar ayudas gubernamentales para que estos enfermos afronten el alto coste en su alimentación, ayudas que ya se dan en otros países europeos.
«Un celíaco se gasta al año 600 euros más en la cesta de la compra. Si en tiempos de crisis, el pan es un alimento accesible para las familias, presente en las dietas, para nosotros es un artículo de lujo pues nos cuesta entorno a los 13 euros. Un paquete de pasta normal cuesta céntimos y un paquete de pasta sin gluten desde tres euros. Tenemos que afrontar una gran subida en la bolsa de la compra».
Acecan también quiere comunicar a los restaurantes que la asociación ofrece formación gratuita para que sepan cómo preparar una comida libre de gluten. «El paciente mejora al seguir una dieta adecuada de alimentos sin gluten hasta el punto de encontrarte completamente sano en poco tiempo. La dieta sin gluten es sencilla, a base de carnes, pescados, verduras, fruta y frutos secos. Consiste en una alimentación lo más natural posible. El problema del gluten aparece en los productos procesados que llevan trigo, avena, cebada, cereales y centeno», explica Agüero.
Los productos procesados pueden no llevar gluten en sus ingredientes, pero sí en los aditivos, aroma o conservantes. Además, también pueden estar contaminados simplemente por estar preparados en una zona de producción donde ha gluten. «Un celíaco solo pueden asimilar al día el equivalente a una gota de arena de gluten», explican. De ahí que cualquier partícula pueda contaminar el producto. «Utilizar el mismo cuchillo para corta que se utilizó para cortar un alimento con gluten, o la misma freidora…», continúan. «Por eso la formación en los establecimientos hosteleros es clave y desde la asociación la ofrecemos de manera gratuita y posicionamos a los establecimientos que han dado el curso y que cumplen estas pautas libres de gluten e nuestra plataforma que consulta 20.000 usuarios. No hay que olvidar que es el paciente más sus familiares los que se beneficiaran del servicio».
¿Hacia dónde hay que seguir avanzando? Hoy por hoy, el reglamento europeo no protege a los celíacos del todo porque hay que declarar el gluten en los ingredientes pero no así las trazas. «Si ha habido contacto cruzado con rebozados, harinas que están en suspensión no hay obligación de indicarlo y esto afecta lo mismo a un celíaco y activa su sistema inmunitario», añade la vicepresidenta de la organización a nivel regional.
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