Dos centros cántabros de FP logran el sello nacional de excelencia

Dos centros cántabros de Formación Profesional han recibido el sello nacional de excelencia y pasarán a formar parte de la red creada por el Ministerio de Educación para robustecer y conectar la FP. Se trata del Centro Integrado La Granja, en Heras (Medio Cudeyo), que pone el colofón de esta manera a las celebraciones por su 70 aniversario y que recibirá 895.600 para poner en marcha su proyecto formativo ligado al sector agroalimentario. Y se trata, además, del Centro Integrado Nº1 de Santander, que contará con 990.550 euros para desarrollar su propuesta vinculada con la automoción.

De este modo, Cantabria ha obtenido dos de las 44 acreditaciones otorgadas por el Ministerio a centros públicos de 17 autonomías en esta primera convocatoria,. En total, estos centros recibirán algo más de 41,6 millones de euros.

A finales de septiembre, la Consejería de Educación y FP formalizó las tres candidaturas que Cantabria ha presentado a la convocatoria, el máximo permitido. Era una buena oportunidad, puesto que esta iniciativa del Ministerio está dotada con inversiones para mejorar las metodologías y las infraestructuras de los centros de Formación Profesional. Son ayudas de hasta 1,5 millones de euros, a razón de un millón (como máximo) durante el primer tramo del proceso; y de otro medio millón según los proyectos vayan avanzando. Además, los centros quedan unidos en una red de excelencia que, además de conectar los distintos sectores productivos, impulsa la investigación aplicada, la sostenibilidad o el emprendimiento.

«Es un reto muy importante y un paso extraordinario para convertirse en centros de futuro», comentó hace un mes Ricardo Lombera, director general de Formación Profesional del Gobierno de Cantabria.

Cada centro -la candidatura también la integraba el IES Augusto González Linares, de Santander- ha concurrido a la convocatoria con un proyecto que tiene mucho que ver con ramas o líneas profesionales en las que ya destacan.

El CIFP Nº1 de Santander optó por el sector del automóvil, y entre sus puntos fuertes destacaba el desarrollo de proyectos de innovación e investigación aplicada. Por su parte, La Granja concurrió con un proyecto centrado en el sector agroalimentario que, entre otras cosas, ponía el foco en el trabajo con especies autóctonas en peligro de extinción como la vaca roja pasiega.

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