Incertidumbre en colegios, empresas y ayuntamientos ante la supresión de la mascarilla

La consejería de Educación tampoco tiene una respuesta perfilada, esperarán a leer la letra pequeña del Real Decreto (que sentra en vigor mañana) y a partir de ahí se reunirán «a lo largo de la semana» con Salud Pública para tomar una decisión, «que será la misma para todos los colegios», dicen desde la consejería. Después serán los tutores legales de los menores los que decidan si les llevan a clase con mascarilla o sin ella, sea cual sea la recomendación que se lance desde Educación.

Los directos de los centros educativos en Cantabria se encogen de hombros, aún no saben cuál será la postura, pero quienes conocen la forma de trabajar de la consejera de Educación, Marina Lombó, creen que «se va a seguir la norma»: «Se eliminará la obligatoriedad en interiores y se recomendará su uso, sobre todo para aquellos escolares de riesgo; se deberá mantener la distancia de seguridad; y se seguirá aconsejando ventilar», señala Norberto García, portavoz de la comisión permanente de directores de Secundaria de Cantabria. En el IES Montesclaros, en Reinosa, donde García es director, «seguiremos con ventanas abiertas, con ventilación permanente e iremos por la vía de la mascarilla voluntaria». En otros colegios e institutos consultados por El Diario Montañés suscriben cada palabra de su compañero, pero sin avanzar ningún tipo de medida, «primero analizaremos el Decreto».

La Universidad de Cantabria (UC) y la Universidad Europea del Atlántico (Uneatlántico) también están «pendientes» de la publicación mañana en el BOE y las recomendaciones de Sanidad. «El tema es muy delicado, queremos ver en qué línea viene y si deja alguna opción abierta», señalan.

¿Y los menores que forman parte de grupos de riesgo? ¿Deberán seguir llevando la mascarilla? Según los expertos sanitarios, pueden seguir protegiéndose «hasta que esté más avanzada la primavera». Ahora bien, los padres deben saber que crecerá el número de infecciones porque los virus han estado fuera del circuito de circulación, arrinconados por la omnipresencia del covid-19, y volverán a ver la luz. «Ya estamos viendo en las consultas muchos cuadros gripales, laringitis, gastroenteritis... porque los niños están saliendo a la calle de nuevo, viajando con sus padres y quedando con amigos. Y puede darse un repunte de covid en menores cuando se quiten las mascarillas», afirma Alberto Bercedo, presidente de la Asociación Nacional de Pediatría.

Las dudas sobre cómo adaptarse al fin de las mascarillas en interiores se extienden también al entorno empresarial. La mayoría de las grandes compañías consultadas por El Diario Montañés están pendientes de la publicación del Real Decreto para conocer los detalles de la medida antes de decidir qué pasos dar. Por eso todavía no tienen claro qué ocurrirá en sus instalaciones a partir de mañana aunque parece que la prudencia marcará las decisiones. En Solvay se han reunido hoy para discutirlo y determinar qué postura adoptarán. Lo mismo ocurre en Textil Santanderina, pendientes del documento y barajando la idea de mantener un criterio prudente. Cuesta encontrar una empresa con las ideas claras. En grandes superficies como Carrefour, la situación sobre las mascarillas se mantiene como hasta ahora. De momento sin cambios y más adelante, una vez conozcan la letra pequeña del documento, el departamento de prevención de riesgos laborales marcará el protocolo. Esa es la decisión que han adoptado la mayoría de las empresas así que la adaptación de la medida dependerá de cada una.

En El Corte Inglés sí han marcado ya unas directrices sobre el uso de la mascarilla. Con carácter general dejará de ser obligatoria. No obstante, han recogido una serie de situaciones en las que será obligatorio que el profesional la siga utilizando. En concreto, cuando haya proximidad física con el cliente como, por ejemplo, a la hora de probar productos de maquillaje. También la usarán los profesionales de las zonas de hostelería, platos preparados y pastelería. Además de quienes están detrás de los mostradores de productos frescos y el área gourmet del Hipercor. Por supuesto la llevará el empleado que así lo decida y siempre que el cliente acceda a la superficie con mascarilla. En resumen, dependerá de los puestos y seguirá cuando haya contacto más directo con el cliente.

Por la prudencia apuestan desde la Asociación de Peluquerías de Cantabria. «Hemos decidido que todo el personal siga con la mascarilla», ha explicado esta mañana su presidenta, Inma Mata. De momento mantendrán el protocolo en sus establecimientos a la espera de ver cómo avanza la situación sanitaria. Pero por ahora, pensando en el avance del virus y en los últimos datos registrados, les resulta «precipitado» dejar de trabajar con ella.

Por su parte, los principales ayuntamientos de Cantabria intentan establecer un escenario claro para sus ciudadanos y empleados, pero para ellos es imposible formarse un criterio propio sin conocer los detalles del Real Decreto que el Gobierno de Sánchez está cocinando en el Consejo de Ministros.

El Consistorio de Camargo es un ejemplo de ello: su Servicio de Prevención está estudiando las condiciones de las dependencias municipales para anticiparse a las circunstancias. Sus puestos de atención al público, las ruedas de prensa, los plenos, comisiones, el propio desarrollo de la jornada laboral de los funcionarios… ¿Con o sin mascarilla? En Camargo, como en otros Ayuntamientos, aún no se atreven a anunciar con rotundidad ninguna de las dos posibilidades. Están «pendientes de conocer los detalles del Real Decreto». Con todo, desde Muriedas anticipan que es difícil que este tipo de medidas lleguen «de la noche a la mañana». Para muestra, recuerdan la llegada de las pantallas y mamparas a los mostradores de las estancias municipales y privadas, pasadas unas semanas de la irrupción en Cantabria del covid-19.