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Tras casi un mes con las agendas médicas bloqueadas, los centros de salud de Cantabria reabrieron ayer las citas de médicos y pediatras. El plan de emergencia centrado en atender lo urgente se adoptó el pasado 7 de enero: era «inevitable y necesario porque ... estábamos desbordados», reconocía ayer Luis Berceli, coordinador del ambulatorio de Puertochico, en Santander. A la «sobrecarga» asistencial a la que hacía frente entonces Atención Primaria, se sumaba además la merma de las plantillas por los contagios entre los profesionales. Ayer la jornada transcurrió con cierta tranquilidad en el centro: «estamos en una situación intermedia», explicaba el profesional. Con la sala de espera más llena que semanas atrás, pero sin llegar a las imágenes del mes pasado, con los ambulatorios sobrepasados por la tromba de bajas laborales pendientes de gestionar. «A partir de mañana (por hoy) se notará más, porque las agendas ya empezaban a estar llenas», admite el médico.
Ana Secada - Paciente
Al menos la medida puesta en marcha ha servido para conseguir reducir «la carga administrativa de hace dos semanas». A pesar de que los contagios no frenan. Una situación que han percibido incluso los usuarios. En enero «fue un caos conseguir la baja», reconocía Ana Secada a la salida del centro de salud. El documento correspondiente de la baja le llegó cuando ya le dieron el alta tras dar positivo en covid. Sin embargo, ahora «se nota que está más fluido y es más sencillo que te atiendan», añadía. No obstante, a pesar de la mejora, se vio obligada a acudir a por el certificado de recuperación. Tampoco José Antonio Cáceres encontró problemas para conseguir cita. «Llamé el lunes y me dieron cita para hoy (por ayer)», señalaba.
Durante estos días, cada centro de salud adaptó el plan según su situación y demanda y, en el caso de Puertochico, «hemos seguido viendo a gente, pero la decisión la tomábamos los médicos y pasamos de una media de quince citas presenciales a siete», explica Berceli. El cambio principal desde ayer es que el personal administrativo retoma de nuevo su función de «redirigir» la demanda de pacientes, como marca el manual de procedimiento de Atención Primaria que se aprobó en noviembre, mientras que estos últimos días el departamento de admisión pasaba el teléfono a los profesionales.
Luis Berceli - Médico de Puertochico
En el centro de salud José Barros, en Camargo, «teníamos cerradas las agendas al 50%», explica el médico Roberto González. Una medida que, coincide, «era necesaria» porque la situación en Atención Primaria resultaba «insostenible». Allí tampoco notaron que la reapertura tuviera un gran impacto en las agendas: «No hemos percibido un exceso de peticiones», señala. Parece que la población se mantiene «razonable» a la hora de acudir al ambulatorio y sigue siendo «cauta». El profesional insiste en que acuda solo «quien realmente lo necesita». Porque hay gestiones que «se pueden tramitar por teléfono». Y el objetivo es buscar el equilibrio entre «lo que necesita la gente y la labor de los profesionales».
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