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Han sido diez días de huelga que han dejado miles de citas pendientes desde que los médicos de Atención Primaria de Cantabria iniciaran el paro indefinido el pasado lunes 7 de noviembre. A lo largo de estas jornadas los pacientes se han adaptado a ... la falta de profesionales con los servicios mínimos establecidos por el Gobierno regional o esperando el acuerdo para que los profesionales retomaran las agendas. Una situación que algunos asumieron con normalidad desde el primer día, pero que otros recibieron con cierta indignación. Y así ha sido hasta este jueves, cuando los centros de salud retomaron las agendas médicas, después de que la asamblea de profesionales celebrada por el Sindicato Médico, impulsor del paro, decidiera aceptar la última oferta de la Consejería de Sanidad.
¿Y cómo ha sido para los usuarios la huelga y su finalización? «Me afectó porque me cancelaron dos citas», contaba este jueves María Antonia Brión tras salir del ambulatorio El Alisal, en Santander. La situación la ha «sorteado como he podido», reconocía y ya este jueves ha podido retomar una de esas consultas que se la daban para el martes 29. Les ha tocado «buscarse la vida». Eso sí, este jueves ya estaba «encantada» porque «me han tratado genial». Aunque la huelga le «perjudicó» directamente, la vecina de la capital admitía estar de acuerdo con la huelga. Es más, «deberían haberla hecho antes y se lo he dicho a mi médico», ha añadido. En el centro de salud santanderino, sobre las 09.45 horas de la mañana, el goteo de pacientes era constante, llegadas que generaron cola en el mostrador de administración. Nada nuevo porque esas citas, junto con las de enfermería, no se han visto afectadas por la huelga. Lo sabe bien María del Mar Ruiz, usuaria, que ha tenido que visitar el ambulatorio varias veces: «Nos ha cuadrado el paro con consultas de enfermería y no hemos tenido problemas», señalaba a las puertas del centro.
Un rato antes, también en Santander, Juan Manuel Argüello abandonaba el ambulatorio de Vargas con un algodón en el brazo derecho que delataba el motivo de su visita: extracciones. ¿Se han enterado de la huelga? «Sí». Porque conocen profesionales de Atención Primaria que la han secundado y porque a su madre no le vio su médico de cabecera sino quienes cubrían los servicios mínimos. Eso sí, «le atendieron bien, pero le mandaron a urgencias y nos fuimos a Valdecilla», contaba. Y ahí tuvieron más problemas porque en el hospital «sí que fue una locura», ha reconocido. «Estuvimos desde las 12.00 del mediodía hasta las nueve de la noche». No obstante, a pesar de las idas y venidas, comprende las quejas que «por algún motivo será», valoraba.
También Laura, otra vecina, reconocía a la salida de Vargas que la falta de profesionales le afectó en una cita telefónica: «Era para mi hijo. La teníamos concertada, pero no se realizó». Ni el lunes que se inició la huelga ni el resto de la semana. Y ya no ha hecho falta porque «el crío ha mejorado», añadía. La visita de este jueves fue a extracciones. El resto de asuntos médicos «los hemos capeado», resumía.
Si para algunos la huelga ha supuesto reajustar la agenda para buscar otro hueco a esa cita que se quedó en el aire, para otros ha tenido algo de positivo: «La semana pasada las enfermeras me animaron a venir a vacunarme porque al estar los médicos huelga iba a haber menos movimiento», contaba este jueves Carmen Palacios, usuaria del centro de salud Los Castros. Ella es de las pacientes que no ha tenido ningún problema en estos días porque todas sus consultas han sido con el equipo de enfermería.
Aunque a muchos estar diez días sin médicos en Atención Primaria –salvo los servicio mínimos– les ha obligado a reajustar sus propias agendas, la mayoría valora de forma positiva la protesta: «Al final es una mejora para todos», opinaba ayer Juan Manuel Argüello tras salir del centro de salud de Vargas, en Santander. «Estoy de acuerdo con el paro. No sé cómo han aguantado así tantos años», coincidía María Antonia Brión a la salida del ambulatorio de El Alisal. «Piden por el bien de todos. Ellos quieren más tiempo para nosotros y nos viene bien», decía también Margarita, otra usuaria.
Eso sí, al haber visitado el ambulatorio varias veces en esta semana, sí que ha percibido un cambio evidente: más personal con bata. «Sí he visto más médicos por los pasillos. La semana pasada no había casi ninguno», explicaba tras su cita. Porque los servicios mínimos se han encargado de cubrir los huecos priorizando la atención indemorable, por eso Manuel –un joven que se rompió el dedo el sábado pasado– ha podido gestionar la baja médica. «He notado la falta de personal porque mí médico no estaba, pero me atendieron los servicios mínimos». Ayer volvió al ambulatorio porque le tocaba revisión y le comunicaron que su médico ya estaba disponible, pero con la agenda llena así que «me han dicho que vuelva por la tarde», resumía.
El acuerdo para aplazar la huelga llegó este miércoles tras una larga reunión que mantuvieron los negociadores de ambas partes para tratar de aclarar los detalles de la propuesta que Sanidad presentó en la noche del martes, con la que trataba de salvar los últimos obstáculos: la autocita y la gestión de los pacientes que excedan los 35 a que se debe limitar la agenda diaria.
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