Los centros de día vuelven a abrir sus puertas con «ilusión y prudencia»

Los centros han comenzado a solicitar a la Consejería de Políticas Sociales, desde la pasada semana, el visto bueno para retomar la actividad. Han de presentar, entre otras cosas, un plan de acción que detalle el uso de espacios, ratios, el tipo de atención que recibirá cada usuario...; un plan de acción que analice la realidad de cada centro. Más de una veintena de ellos han trasladado ya su estrategia a la Administración. Hasta la fecha, ocho centros tienen respuesta positiva, y la idea es que la cifra vaya creciendo.

El lunes abrió el centro de día de la Asociación Caminando, de Neurorehabilitación de Daño Cerebral Adquirido de Cantabria, ubicado en Maliaño. El centro tiene capacidad para 32 usuarios mediante plaza concertada (se ocupan 31 en la actualidad), y dos de tipo privado, ambas cubiertas. «Para dar cobertura al cien por cien de los usuarios, se han establecido turnos rotativos, de manera que puedan beneficiarse del servicio de neurorehabilitación todos los usuarios en días alternos», explica Zuriñe Caranca, trabajadora social en Caminando.

«¿Cómo ha sido el reencuentro? Ha sido un día tranquilo, donde se han percibido los nervios de un primer día al uso», cuentan en Caminando. Los usuarios, divididos en grupos, pasaron por todos los departamentos, participaron en sesiones individuales de fisioterapia y logopedia, en talleres de ocio o de estimulación cognitiva... Y aprendieron sobre el nuevo contexto, en una sesión de terapia pedagógica para «afianzar las medidas de prevención e higiene en los usuarios, a través de imitación, modelado y apoyo visual».

En Caminando han adquirido productos de desinfección y EPI (Equipos de Protección Individual). Se han reorganizado los turnos de trabajo y los grupos de usuarios. «La dinámica permite la atención de los usuarios por parte de todos los profesionales, evitando el contacto de la mitad de los profesionales entre sí», y esto «garantiza aislar, en el caso de contagio, a la mitad de la plantilla, permitiendo la asistencia a los usuarios por la otra mitad restante», indica Caranca.

En el centro de día Sanjurjo, en Ramales de la Victoria, hay ganas y prudencia. En quince años de andadura este es el episodio más «complicado y duro» que les ha tocado vivir, reflexiona su directora, Ana González Calera, y lo ha sido en lo laboral, en lo económico y en lo emocional. Se han puesto, en cualquier caso, otra vez en marcha: «Estamos con muchas ganas y mucha ilusión. Nuestro centro es pequeño y coges mucho sentimiento con las personas. Nos resultaba desconcertante no poder ayudar en estas semanas, aunque el equipo estableció apoyo domiciliario en el confinamiento con sus 18 usuarios. La primera semana y el primer mes serán difíciles, pero lo vamos a lograr, nos vamos a acostumbrar».

En Sanjurjo esperan los resultados de los test de los residentes y a que les lleguen los últimos materiales de protección. Abrirán el lunes próximo. Quizá un poco antes lo haga el centro de día de San Cándido, que tiene su actividad ya organizada: «Todo está preparado», indica Gema de la Concha. Esperarán los resultados de los test que los usuarios se harán en centros de salud para reabrir con garantías. Patricia Burdié, directora del centro Jardines de la Vega explica que abrirán esta semana, después de los resultados de las pruebas. Su plan de acción tiene el beneplácito de la Administración. «Estamos ilusionados».