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Enrique Gómez dice que, «en principio», él no modificará su «horario habitual». No lo hará «regularmente» en el Pub Parada Bus, de la zona de vinos de Torrelavega. «Pero –matiza– existiendo esta posibilidad, puntualmente sí que podría plantearme organizar una sesión vermut un sábado o ... un domingo, por ejemplo». Ángel Suárez sí ampliará el horario de La Tienduca, en el Río de la Pila, en Santander, «en cuanto se pueda». Abrirá para dar algo de picoteo –no tiene cocina– y «aprovechar el vermut y los mediodías». Son dos de los aproximadamente 150 negocios de hostelería en Cantabria – es una cifra estimada desde el sector– con licencia de 'pubs, whiskerías y locales asimilados' a los que afectará un nuevo decreto del Gobierno. El que permitirá que estos establecimientos puedan abrir a partir de las doce del mediodía. Presidencia ya tiene el borrador listo. Un artículo único para modificar la norma anterior y cambiar los horarios. La hoja de ruta dicta que se someterá a información pública y se aprobará en el Consejo de Gobierno. O sea que, salvo sorpresa, será efectivo en breve. «Que a locales como los nuestros, con mayor insonorización y todas las medidas, no se nos permitiera abrir a las tres de la tarde era absurdo», dicen desde el sector.
El asunto requiere de una explicación. Los pubs, tradicionalmente, sí tenían la posibilidad de abrir durante el día. Otra cosa es que pocos lo hicieran. Fenómenos como el 'tardeo' o el vermut no estaban tan en auge (o no con tanta fuerza). Además, la noche vivía años mejores. El caso es que la regulación respecto a los horarios cambió con un decreto de 2018 y quedó, además, en una situación compleja en los años de la pandemia. Las medidas de Sanidad echaron el cierre total al ocio nocturno. Incluso a locales con licencia de pub (y con chimenea) y que, para el público, funcionan sin diferenciarse de una cafetería o restaurante («que hay unos cuantos», apuntan fuentes del sector). Desde Presidencia, entonces, se les dio una salida legal con la opción de convertirse en bar mixto con una moratoria para el cambio de licencia y poder abrir por el día. El caso es que, con tanto cambio –también de Gobierno–, los pubs estaban ahora en una especie de tierra de nadie «a diferencia del resto, con licencias superiores e inferiores y que sí pueden abrir».
Enrique Gómez
Pub Parada Bus
Ángel Suárez
Portavoz del ocio nocturno
Eduardo Lamadrid
Asociación de Hostelería
Lo explica Ángel Suárez, empresario con varios negocios y representante del ocio nocturno en la Asociación de Hostelería. «Ahora mismo se estaba restringiendo que pudieran abrir, que treinta o cuarenta negocios puedan contratar a dos o tres personas más y que aprovechen lo que ahora es una necesidad. El 'tardeo' o el vermut». Él echa cuentas. Del total cree que esos «treinta o cuarenta» pueden empezar a abrir asiduamente de día. El resto no. «Pero sí en momentos puntuales, como la Nochebuena o fin de año por la tarde. O en fiestas». Pone como ejemplo la reciente visita del Sporting para jugar contra el Racing. «En Cañadío sólo podían estar abiertos dos establecimientos». Y añade la importancia de los cambios en las costumbres: «Nunca hemos tenido tantos proyectos y eventos que se organizan durante el día».
Enrique Gómez (que además es concejal del PP en Torrelavega) va en la misma línea. «En mi local, a partir de las diez o las once de la noche tengo suerte y trabajo bien. Pero hay compañeros que podrían acceder a un público de mediodía y que ahora mismo están lastrados porque tienen una licencia de pub. Me parece absurdo». También pone ejemplos: «Yo, en fiestas de Torrelavega, no podría ni plantearme abrir antes de las cinco».
Firmado por la consejera Isabel Urrutia y la presidenta, María José Sáez de Buruaga, el decreto insiste en un matiz. «El sector viene demandando la posibilidad de que el horario de apertura de estos establecimientos se amplíe también a las mañanas, de modo que puedan ejercer su actividad en este nuevo tramo horario, incrementándose así la oferta de ocio y disfrute, de forma similar a la ya existente en la mayoría de Comunidades Autónomas. Esta propuesta se realiza sin que el régimen del horario nocturno resulte alterado, por lo que no debe suponer menoscabo de otros intereses, como son la protección de la tranquilidad, el respeto al descanso de la ciudadanía y el derecho a disfrutar de un medioambiente adecuado». O sea, que cambia el horario de apertura, pero no el de cierre, y que se busca –dicen– «el necesario respeto de los otros valores y derechos afectados».
En este sentido, ¿puede el resto de bares y cafeterías ver con cierto recelo esta apertura? ¿Más competencia? «No lo veo así. Con más bares y más gente, más posibilidades. Que sólo haya gente en un bar no es buen negocio para nadie. Es preferible que tengan gente todos», opina Pérez. Suárez entiende que son «ámbitos específicos». De un lado, «el que tenía un pub con cocina antes de la pandemia va a seguir igual». De otro, «en las zonas en los que hay pubs, suelen estar juntos y en zonas específicas». «Y muchos de los que pueden abrir –añade– son en zonas de veraneo, de costa, que ahora están cerrados y que en vacaciones no serán competencia porque la demanda es muy grande».
Con el borrador ya listo, la consejera de Presidencia, Justicia, Seguridad y Simplificación Administrativa, Isabel Urrutia, asegura que la presidenta Buruaga «una vez más aplica la política de los hechos, cumpliendo su palabra y el compromiso que adquirió el pasado verano con la Asociación de Hostelería, tras escuchar sus propuestas». «Somos –dice– un Gobierno que escucha a los empresarios porque ellos crean riqueza y empleo. Sabemos que nuestro papel es facilitar la actividad económica, no poner trabas administrativas y dar la máxima seguridad jurídica, con regulaciones claras, justas y oportunas. Y este decreto lo es». Urrutia explica que esta iniciativa forma parte «de una estrategia global de apoyo al sector, con otras medidas que ya están en marcha». Habla de «la modificación de la Ley de Espectáculos para que los establecimientos puedan organizar pequeños actos sin necesidad de avisar con treinta días hábiles de antelación» y de «la activación de la figura de la declaración responsable para que un local pueda comenzar a recibir clientes cuando cumpla todos los requisitos aunque no tenga aún concedida la licencia de actividad, un trámite que depende de los ayuntamientos y que, en ocasiones, se prolonga durante muchos meses». Para la consejera, el decreto ayudará a incrementar «la oferta de ocio, dinamizando la vida social, tirando de otras actividades relacionadas como el comercio, y asimilándose a la oferta que hay en la mayoría de las comunidades de nuestro país».
Eso lo dicen los que estarán incluidos en la medida. ¿Y el resto? Eduardo Lamadrid es miembro de la Junta de la Asociación de Hostelería y cuenta con dos cafeterías (en Reinosa y en Bezana). No se siente amenazado. «Si lo hacemos bien, nos podemos beneficiar todos. En algún sitio puntual puede generarse competencia, pero, en general, son diferentes públicos y puede atraer, de hecho, un público nuevo a los bares. Hay que tratar de aprovechar las sinergias y hacer zona. Y, además, es bueno para el público en general, que tendrá más opciones para elegir».
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