«De la oca, como del cerdo, se aprovecha todo»
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Un total de 140 gansos campan por su finca de Luey, donde comenzó a criarlos hace tres años, tras jubilarseLas ocas de René Tuero campan a sus anchas por su granja de Luey desde hace tres años. Hasta ahora ha conseguido reunir 140 y no sabe de nadie en Cantabria que tenga tantas, «y menos como aficionado». Pero para este jubilado, que en su ... vida profesional ha regentado varios negocios alejados de los animales, esto acaba de empezar.
-¿Hasta dónde quiere llegar con su granja?
-Lo primero, quiero encontrar una persona joven, chico o chica, y empezar a criar para vender las aves o para vender huevos... Hay más de un sistema. Ahora hay ciento y algo y dentro de un año, yo querría tener ya un mínimo de quinientas, y dentro de dos años, mil. Para mí, sería muy interesante que, al cabo de dos años, cuando ya estás criando bastantes aves, se puedan sacrificar, porque el foie sería lo ideal.
-Criándolas usted, le dará pena sacrificarlas.
-Sí, como si fuera un perro. Quien tiene una oca tiene a la vez un perro, una oveja, una gallina y un cerdo. Las ocas son buenas vigilantes, cuidadoras. Tú tienes una oca en casa y si viene alguien extraño, chilla e, incluso, puedes hacer que sean agresivas. Instintivamente son más agresivas las blancas que estas grises, pero tú puedes hacer, como si fuese un perro, que le haga frente al individuo que no conoce. Tiene muy buen oído, es un ave inteligente, de las más inteligentes que hay.
-¿Y en qué se parece a la oveja?
-Pacen mucho. Se pasan horas y horas paciendo hierba. O sea, su alimento base es ese. Yo se lo complemento con maíz, trigo y soja.
-¿Y a la gallina?
-Pues ponen huevos. Aunque es en una época, no es como las gallinas que ponen todos los días. Estas ponen básicamente entre tres y cuatro meses. Empiezan a poner en enero; febrero, marzo y abril son los meses fuertes, y en mayo ya prácticamente nada.
-¿Cómo son los huevos?
-Cada huevo es, de tamaño, como tres huevos de gallina. Más rico en grasas, en proteínas y en vitaminas. Tiene otro sabor, a mí me gusta mucho.
-Faltaría el parecido con el cerdo.
-Lo digo porque se aprovecha todo. Las plumas, para muchas cosas: almohadones, edredones... Las finas me refiero; las otras para otras cosas. El pico y las patas lo aprovechan las fábricas para hacer diferentes objetos. La carne aquí casi no se consume porque no se conoce, pero en Alemania, por ejemplo, la Navidad se celebra con ocas. Lo mismo que aquí se comía pavo.
PROFESIONALIZACIÓN
FIDELIDAD
-¿Dan mucho trabajo?
-Ahora mismo, cada vez menos. La época fuerte de trabajo es a partir de enero, que es cuando empiezan a poner los huevos; los metes en incubadoras o también de forma natural; pero incuban muy mal las ocas, entonces, tengo patos mudos y las patas mudas, que ponen menos huevos, los pueden incubar.
-¿Que le ofrece al posible ayudante?
-No es una cosa que ahora le pueda ser rentable, pero de cara al año que viene, al darlo de alta como granja oficialmente, sí. Porque ahora estoy como aficionado.
-¿Cómo empezó con su afición?
-Empecé de jubilado, porque tenía que hacer algo, aunque tengo actividades de sobra. No solamente tengo esto de la granja, sino que también tengo dos huertas, una aquí y otra debajo de casa; y mi afición, que es la escultura, que voy a preparar ahora una exposición para octubre, en la sala Mauro Muriedas de Torrelavega. Así que muchas veces no me alcanzan las horas del día.
-¿Hicieron falta muchos trámites para empezar con la granja?
-Solicité al Ayuntamiento permiso para poner unas naves y ellos lo solicitaron a la Crotu, porque al ser rústico, ellos tienen que dar permiso para cualquier tipo de construcción. Como era una construcción superpuesta, no era con hormigón ni nada, no he tenido ningún problema. Tardaron unos meses, pero como no tenía prisa...
-¿Antes no había tenido ocas?
-Le había traído a mi madre unas. El mesón de Luey lo llevaba mi madre y tenía el gallinero al lado. Hará veintitantos o treinta años. Esas se las llevó mi hermano, a la orilla del río, porque a veces son un poco escandalosas: cuando están en la calle y están en celo, o si está alguna criando las demás la protegen y si viene alguien chillan mucho. Y como era hostal, pues no dejaban dormir a la gente.
-¿No se escapan?
-No. Aquí solamente se me han escapado una vez unos patos, y fue porque una amiga de una sobrina mía trajo una perra, una galga, y vino con esta jugando y fueron al estanque. Los patos, al ver a un bicho que no conocían, salieron. Eran dos machos y dos hembras. Una hembra fue para Pesués y los dos machos y la otra hembra fueron para arriba, dirección Puentenansa. A los seis días, la que estaba sola en Pesués, regresó; y a los veintiséis días, la que estaba con los machos, también. Y luego, los machos, como yo los llamaba y venían, una vez los cogí y los traje. ¿Qué pasa? Que aquí tienen lo básico, lo principal. Tienen comida, tienen agua, tienen espacio para salir volando... Vienen aquí y salen volando, por aquí y por allá, pero no se marchan.
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