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Al gran 'cerebro' informático del Servicio Cántabro de Salud (SCS), estrenado en mayo de 2015, se le agota la 'memoria'. El pasado marzo dio el primer aviso serio. Una caída generalizada del sistema, con efecto dominó en centros de salud y hospitales, llevó ... el caos a las consultas, paralizando la actividad y llenando las salas de espera de pacientes -el fallo se prolongó durante dos horas en plena mañana-. Ya entonces el gerente del SCS, Benigno Caviedes, se disculpó por las molestias generadas y avisó de que se estaba trabajando con la empresa adjudicataria de la informática de Valdecilla, Smart Hospital Cantabria (Ferrovial-SIEC), para agilizar las medidas encaminadas a reducir las caídas «a las menos posibles (a poder ser nulas)». «Ambas partes somos responsables del asunto, y cada una tiene que asumir la responsabilidad que le toque», subrayó.
Siete meses después, el problema que se atisbaba entonces, ya es una realidad: el supercluster del Centro de Proceso de Datos (CPD) de Valdecilla, que es una instalación habilitada para las aplicaciones en alta disponibilidad (aquellas que requieren de un refuerzo para que no se vean afectadas en caso de contingencia), ha llegado a su límite y obliga a negociar una ampliación de su capacidad. Hasta el punto de que se ha decidido paralizar la implantación del nuevo sistema informático de Atención Primaria (denominado AP Cantabria) para no forzar aún más la red, en vista de que puede volver a bloquearse. La situación ha sido reconocida a este periódico tanto desde la propia Consejería de Sanidad como desde Smart Hospital, que ya han mantenido incluso «varias reuniones» para buscar una solución.
La apertura del CDP Incluido en el contrato de colaboración público-privada (CPP) de Valdecilla, adjudicado a Ferrovial-SIEC (Smart Hospital), el Centro de Proceso de Datos se estrenó en mayo de 2015.
Las negociaciones La Consejería de Sanidad y Smart Hospital, adjudicataria de la informática de Valdecilla, han mantenido ya varias reuniones para buscar una solución a la falta de capacidad del CPD.
Ambas partes destacan «la buena sintonía» de esas conversaciones, lo que evidencia un posicionamiento más conciliador en esta legislatura recién estrenada, que rompe con la tendencia de la pasada, marcada por las tensiones y los múltiples contenciosos abiertos entre la Administración y la concesionaria. Cabe recordar que el CPD de Valdecilla, que aloja todas las aplicaciones corporativas que se utilizan en los hospitales y centros de salud del Servicio Cántabro de Salud (como el acceso a la historia clínica digital o la receta electrónica), se incluyó dentro del contrato de colaboración público-privada suscrito con Ferrovial-SIEC por el último Gobierno de PP. En él, se adjudicaba la construcción del nuevo hospital (las Tres Torres) y la gestión de la informática y de otros once servicios no clínicos durante dos décadas. Una fórmula rechazada de plano por socialistas (partido que ha llevado las riendas de la sanidad cántabra desde 2015) y regionalistas.
Este Centro de Proceso de Datos, en el que se invirtieron 8 millones de euros (según la cifra difundida en su momento por la empresa), formaba parte del proyecto de renovación y modernización tecnológica integral de toda la infraestructura informática de Valdecilla. Así, la instalación habilitada en la planta baja del pabellón 21, iba ligada a la sustitución de más de 3.000 ordenadores e impresoras del hospital.
El día de la presentación, se presumía de que el CPD tenía una capacidad de proceso de datos y crecimiento que superaba ampliamente la de los hospitales más relevantes de España, contando además, con una red de respaldo que garantizaba su operatividad «al cien por cien» en caso de contingencia. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que las previsiones se quedaron cortas.
«El contrato de colaboración público-privada se redactó en 2013, y entonces no se dimensionó adecuadamente la capacidad que podría tener el SCS», explica el nuevo director general de Transformación Digital y Relaciones con los Usuarios de la Consejería, Santiago García, que recuerda el «brutal cambio» informático experimentado en Sanidad en los últimos años. El ejemplo más evidente es la historia clínica electrónica, extendida ya a toda la red sanitaria. A su juicio, el problema responde «a un error de cálculo», aunque entiende que «no es fácil hacer una proyección a veinte años» -que es la vigencia del contrato- en un mundo tan cambiante como el de la informática.
Fuentes de Smart Hospital, por su parte, confirman que las negociaciones «evolucionan favorablemente». La empresa ha mostrado su «disponibilidad» a la Administración para «atender las necesidades que han ido surgiendo en el proceso de crecimiento del propio hospital». En este sentido, García apunta que «hay que ver cómo abordamos esa ampliación de capacidad, porque el propio contrato de colaboración público-privada no pone fácil las modificaciones». No obstante, «la intención es que la relación con la adjudicataria sea amistosa y fluida, y con ese espíritu se está trabajando con ella. Confiamos en que el problema esté resuelto antes de fin de año», destaca.
El director general de Transformación Digital sostiene que la migración del sistema antiguo (OMI) a AP Cantabria, que ya está funcionando en más del 70% de los centros de salud, estaba recogida en los planes del 'cerebro' informático de Valdecilla cuando se estrenó. Pero el incidente ocurrido en marzo, sumado a los contratiempos detectados desde el inicio de la implantación, han llevado a la Consejería a «pausar el proyecto de Atención Primaria», admite, para no volver a correr el riesgo de tumbar la base de datos durante el proceso de cambio. «Lo hemos parado temporalmente, por este problema de dimensionamiento», aunque espera poder reiniciarlo a corto plazo. Mientras tanto, el Servicio Cántabro de Salud está metido de lleno en la renovación de los ordenadores e impresoras de los centros de salud, así como de los hospitales de Sierrallana, Tres Mares (Reinosa) y Laredo, «para mejorar el día a día de los profesionales», que en muchos casos trabajaban con equipos obsoletos. Precisamente, esta circunstancia es lo que había dificultado la transición al nuevo sistema -AP Cantabria-, estancada en anteriores ocasiones.
Esta renovación integral es el objeto del contrato mixto de suministro mediante arrendamiento sin opción de compra de los ordenadores, impresoras y equipos periféricos de los centros de salud, así como el servicio de gestión integral del puesto de trabajo informático, adjudicado en febrero a Telefónica-Versia por valor de 8 millones de euros.
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