Secciones
Servicios
Destacamos
El anuncio que el Gobierno hizo el martes para desvelar que había localizado «en buen estado y con una leve cojera» al oso herido en una cacería en Liébana, no ha cerrado el dispositivo de búsqueda. De hecho, los servicios veterinarios de la Consejería ... de Medio Ambiente enviaron esye miércoles a analizar las muestras de pelo que hallaron del ejemplar avistado por un joven ganadero. Quieren comprobar si el ADN coincide con el de la sangre recogida el domingo tras el incidente con el cazador en Cillorigo. «Debemos ser cautos hasta que podamos confirmar genéticamente que se trata del mismo ejemplar, pero tiene toda la pinta», apunta Manena Fayos, veterinaria del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria.
Si el plantígrado visto y fotografiado hace dos días mientras cruzaba una carretera no es el mismo que disparó el cazador, al Gobierno se le abriría una doble vía. Por un lado, tendría que identificar al oso cojo y, por otro, dar con el paradero del herido por arma de fuego. «Todo apunta a que es el mismo. Sería mucha casualidad que apareciese otro ejemplar 48 horas después, a sólo 300 metros de donde se produjo el incidente», subraya Fayos.
Será la ciencia la que resolverá la duda. El domingo, después de que el Seprona fuese alertado -continúa con la investigación para dirimir qué sucedió entre cazador y oso-, se montó un amplio dispositivo de búsqueda. Los agentes del Medio Natural se dirigieron hasta el lugar del suceso -en Bicobres Norte, en el término municipal de Cillorigo de Liébana-, donde hallaron el rastro del plantígrado que se perdía en un 'escobal'. Hasta allí los condujo la sangre derramada. «No había demasiada esparcida por el suelo, por lo que deducimos que no tenía una herida vital. También encontramos restos de pelo», explica la veterinaria.
Manena Fayos | Veterinaria del CRFSC
En un primer momento se pensó que podría estar muerto, por lo que se procedió al desbroce de la zona. Luego comprobaron que salió por el mismo lugar que entró. Ahí le perdieron la pista.
El martes, a primera hora de la mañana, un joven ganadero se topó con un oso cuando regresaba de atender al ganado. «Estaba cruzando la carretera y cojeaba un poco de la 'mano' izquierda», explicó David Fuente a este periódico. «Nos vio, giró la cabeza y enseguida se perdió en un pinar», agregó. Incluso le dio tiempo a fotografiarlo.
Este testimonio le sirvió al Gobierno para certificar que se trataba del mismo ejemplar que había sido herido por un cazador de la Cuadrilla 64. «Presenta, en apariencia, buen estado general y desarrolla un comportamiento y movilidad normales, sin que se aprecien otras secuelas como consecuencia del disparo», anunció el departamento que dirige Guillermo Blanco a través de un comunicado.
Después, el equipo de la Consejería se dirigió a la zona y localizó restos de pelo en las ramas del pinar, que son las que han enviado ayer para comparar el ADN con el de la sangre. El dispositivo de búsqueda continúa porque los primeros días son clave. «Hay que descartar que tenga heridas internas o cualquier otro problema. Debemos cerciorarnos de que puede seguir él solo hacia adelante. De lo contrario, tendríamos que intervenir», asegura Fayos.
El dato de la cojera del oso no es baladí. Hasta que los resultados del estudio del ADN estén listos, no se descarta ninguna posibilidad. Sin embargo, los técnicos de la Consejería ven «poco probable» que pueda tratarse de Beato, el oso herido en las Navidades de 2017. Aunque ambos cojean de la misma pata, la izquierda. «Eso lo desvelará el análisis genético, pero nada es imposible», apunta brevemente la veterinaria del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre.
Beato fue capturado, curado de sus heridas -no pudo ser operado- y puesto en libertad. Ahora es un ejemplar adulto de entre 150 y 170 kilos de peso, que la semana pasada fue grabado por una de las cámaras de la red de 'fototrampeo' del Gobierno. «Su cojera es muy evidente, eso lo delata. Por eso pensamos que no es el mismo que apareció el martes. Los ganaderos que lo vieron hablaron de una cojera leve y Beato, cuando está quieto, no apoya la pata; aunque si sube terraplenes o desniveles, sí lo hace», explica Fayos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.